Caminos y Sabores volvió a demostrar que se trata de la feria gastronómica y cultural más importante de la Argentina. En su 14° edición, los 400 expositores, casi 40 cocineros, 14 cadenas de supermercados que participaron de la Ronda de Negocios y más de 90.000 personas que pasaron por la feria en cuatro días así lo confirman.

A lo largo de su historia, la feria se ha convertido en un mercado que concentra las tendencias en el consumo de alimentos, bebidas y artesanías de la Argentina. En este espacio, PyMEs, emprendedores y gobiernos provinciales ponen a disposición del gran público la originalidad y la calidad de sus productos, sin intermediarios. Aquí mismo también acuden las grandes cadenas de supermercados, que encuentran en esta feria federal la oportunidad de conectarse con proveedores únicos que marcan la diferencia en sus negocios. Y este es el ámbito que la familia argentina elige para perderse entre los sabores y colores más auténticos del país, sin moverse de Buenos Aires, a precios increíbles y para todos los gustos, desafiando la coyuntura económica.

En el cuarto día de feria, miles de personas eligieron desde temprano hacer la larga cola -que volvió a llegar hasta la avenida Santa Fe- para vivir en Caminos y Sabores el feriado del 9 de julio. Luego del Himno Nacional Argentino, las cocinas abrieron sus clases honrando a la patria: Ramón González hizo en la Plaza del Sabor su “cocina tucumana”, un pollo de campo relleno con queso de Tafí del Valle y salsa de arándanos, en tanto Flavio Carusso y Gonzalo Bello, de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, prepararon un jamón de cerdo laqueado a la cerveza artesanal y miel en la cocina Sabores Gourmet.