Los aranceles de Trump podrían impactar en el turismo de compras en Miami
Mientras las medidas de Estados Unidos impactan en la economía global, cada sector debate cuál es el efecto de este nuevo escenario que vive el mundo.
El sueño de viajar a Miami y volver con la valija llena podría estar llegando a su fin para muchos pasajeros de diversas partes del mundo. Lógicamente, Argentina no sería la excepción.
Sin dudas, la nueva medida del Gobierno de Estados Unidos amenaza con cambiar las reglas del juego para miles de argentinos que, aprovechando un dólar oficial contenido y precios competitivos, habían reactivado los viajes de compras hacia la meca del consumo.
El anuncio de un fuerte aumento de aranceles a productos importados, en el marco de la escalada en la guerra comercial con China, genera un efecto dominó: sube la inflación en Estados Unidos, aumentan los costos de los bienes de consumo más buscados y se complica el panorama para el turista extranjero. Para los argentinos, la ecuación ya no es tan favorable y aparecen interrogantes sobre si vale la pena seguir apostando a Miami como destino de shopping.
Una medida que apunta a Asia… pero impacta en Florida
La decisión de imponer aranceles del 10 % al 50 % a productos importados —principalmente desde China y el sudeste asiático— busca proteger la industria estadounidense, pero también encarece los bienes que nutren los centros comerciales de ciudades como Miami. Esta medida fue impulsada por el gobierno de Donald Trump como parte de su estrategia proteccionista y generó respuestas inmediatas de países afectados, como China y Vietnam.
Los sectores más golpeados por el paquete arancelario incluyen:
- Indumentaria: podría subir hasta un 37%
- Juguetes y videojuegos: aumento estimado del 30%
- Smartphones y componentes electrónicos: entre 27% y 30%
- Notebooks y tablets: alzas que rozan el 25%
- Televisores y electrodomésticos: entre el 10% y el 20%
Casualmente, todos estos artículos forman parte del clásico que los argentinos van a buscar cuando cruzan a Miami: zapatillas deportivas, celulares, ropa de marca, tecnología y gadgets.
Aunque en Argentina el dólar oficial continúa contenido gracias al cepo cambiario, y muchas agencias de viajes ofrecen cuotas sin interés, la ventaja de comprar en Miami comienza a diluirse. Una remera de marca que costaba 15 o 20 dólares ahora puede llegar a los 28 o 30. Un smartphone de gama media que valía USD 300, podría superar los USD 380. El encarecimiento se vuelve significativo si se multiplica por la cantidad de productos que suele adquirir una familia en un tour de compras.
Históricamente, los viajes a Miami se justificaban por la enorme diferencia de precios con el mercado argentino. Pero si esa brecha se reduce —ya sea por subas en Estados Unidos o por estabilización local—, muchos argentinos podrían replantearse sus vacaciones de compras. Además, las restricciones para el acceso a dólares financieros y los altos costos en pasajes y estadía también inciden en la ecuación.
Algunos especialistas advierten que el encarecimiento de los productos asiáticos en Estados Unidos podría abrir oportunidades para otros países de la región. Sin embargo, el impacto en Argentina sería marginal, ya que sus exportaciones no compiten directamente con las chinas. Para el consumidor, podría significar el regreso al consumo interno o la búsqueda de nuevos destinos más accesibles, como Chile o Paraguay, donde la oferta tecnológica y de indumentaria también creció.
Si las negociaciones entre EE.UU. y China logran un acuerdo que reduzca o elimine los aranceles, los precios podrían volver a estabilizarse. Pero si la guerra comercial se intensifica, el escenario se complicará aún más para los viajeros. Además, la posibilidad de que productos asiáticos redirigidos desde Estados Unidos inunden Europa genera una presión extra en el comercio internacional, con efectos difíciles de prever.