Las leyes del Karma indican que todo vuelve. El subcomisario Luis Gigena no necesita saber sobre la cultura hindú o budista para experimentarlas en carne propia.
La semana pasada la Cámara Federal de Casación Penal instó a profundizar la investigación por presunto falso testimonio contra Gigena, que a partir de su relato posibilitó la detención y encarcelamiento de Fernando Arriete, ex gerente de Ventas de Southern Winds, imputado por las “narcovalijas” que transportaban drogas a España a través de la empresa aérea.
A modo resumido, en el juicio oral, y tras pasar 647 días encarcelado, Arriete fue absuelto ya que se estableció que su vinculación con la causa “provino de los dichos del Subcomisario Luis Gigena, quien en la instrucción le atribuyó participación en el delito de contrabando de drogas de manera concluyente”.
El agente policial, que parecía respirar tranquilo tras el sobreseimiento dictado por el juez federal, Norberto Oyarbide, ahora tiene motivos para “dormir con frazada”. Los camaristas Jorge Ballestero, Eduardo Freiler, Eduardo Farah revocaron el fallo de Oyarbide. De esta manera, las “contradicciones” de las declaraciones realizadas en el juicio oral llevado a cabo por el Tribunal Penal Económico N° 3, siguen pesando sobre la cabeza de Gigena, como si de la Espada de Damocles se tratara.

Inculpados y sospechosos
Por el caso de las cuatro “narcovalijas” (con 60 kilos de cocaína y con la etiqueta “Embajada Argentina en España”), trasladadas a España en 2004 por la compañía aérea Southern Winds, fue condenado el matrimonio de José González Villar, 8 años, y Elena Toimil Batán, 7 años.
Juan Aristizábal Tabares, el encargado de transportar las drogas hasta el Aeropuerto de Ezeiza, también fue condenado, en diciembre de 2007, inculpado por las filmaciones de las cámaras de seguridad.
Walter Beltrame, el ex empleado de Southern Winds hijo del jefe del aeropuerto, recibió cuatro años y medio de prisión. Hoy su padre, el brigadier Alberto Beltrame, también está bajo el ojo de la investigación, ya que en ese momento se encargaba del envío de valijas en Ezeiza.
Y los hermanos Juan y Christian Maggio (Presidente y Gerente General de SW, respectivamente) tampoco están exentos del dedo acusador del Tribunal Penal Económico N° 3. Se ordenó investigar la real responsabilidad que habrían tenido en la maniobra de las “valijas voladoras”.
A 8 años, la causa sigue más viva que nunca.