Promover y acentuar los controles al “turismo polar” en la Antártida será el objetivo que guíe a la delegación argentina de cara a la XXXIV Reunión Consultiva del Tratado Antártico, el principal ámbito de decisión sobre el continente blanco, inaugurada ayer formalmente por el ministro argentino de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao.
Después de 30 años, Buenos Aires volvió a ser escenario de este encuentro internacional: hasta el 1 de julio, delegaciones de los 48 Estados intervinientes, observadores del Tratado Antártico y expertos de diversos organismos discutirán sobre la protección del medioambiente antártico, la coo-peración científica y el aumento de las visitas a la reserva natural, un tema que hasta hace unos años no generaba mayores señales de alerta, pero que en la actualidad y por la masividad que ha alcanzado, se convirtió en un dato a