Aerolíneas Argentinas anunció una transformación histórica: en 2025 no necesitará transferencias del Estado Nacional para cubrir sus operaciones, algo que no ocurría desde su estatización en 2008. Este cambio de paradigma marca un antes y un después en la historia reciente de la compañía de bandera, que durante más de una década operó bajo un esquema de fuerte dependencia financiera del Tesoro Nacional.

El anuncio fue realizado ante el Ministerio de Economía y confirma el rumbo de reconversión emprendido por la aerolínea en los últimos años. Con resultados positivos en 2024 y un modelo de gestión orientado a la eficiencia, Aerolíneas Argentinas se posiciona ahora como una empresa capaz de sostener su operación con recursos propios, un hito inédito en el panorama aerocomercial argentino.

Una historia de déficit operativo y asistencia estatal

Desde su reestatización en 2008, Aerolíneas Argentinas recibió cerca de 8 mil millones de dólares en transferencias por parte del Estado. Estos fondos fueron destinados, en gran parte, a cubrir el déficit operativo medido a través del indicador EBIT (ganancias antes de intereses e impuestos), una métrica clave para evaluar el desempeño financiero en la industria aérea.

Durante ese período, la empresa registró una pérdida operativa promedio anual de 400 millones de dólares, lo que convirtió a la asistencia estatal en una constante. Esta situación, sin embargo, comenzó a revertirse a partir de 2023 con una serie de reformas profundas en la estructura operativa y comercial de la compañía.

Superávit operativo y reestructuración en 2024

El 2024 marcó el punto de inflexión definitivo: Aerolíneas Argentinas reportó un superávit operativo de 20,2 millones de dólares, junto a un resultado económico positivo de 156.324 millones de pesos (equivalente a más de USD 150 millones). Estos datos están siendo auditados por la firma internacional KPMG y serán oficializados en los próximos meses.

Este resultado no fue fruto de ingresos extraordinarios ni de ajustes contables, sino de una mejora concreta en la operación diaria. Por primera vez en más de una década, los ingresos superaron los costos operativos, permitiendo a la empresa cubrir su actividad sin necesidad de aportes estatales.

Claves del cambio: reducción de costos y red comercial optimizada

Uno de los pilares de este nuevo modelo fue la reducción de la planta de personal, que se achicó en un 15%, con la salida de más de 1.600 empleados. Esta medida permitió alcanzar el menor promedio de empleados por avión en la historia de Aerolíneas Argentinas y redujo significativamente los costos fijos de la empresa.

Además, se eliminaron 85 cargos jerárquicos, incluyendo 8 direcciones, 20 gerencias y más de 50 posiciones de nivel medio. Este recorte estructural fue clave para alinear la operación con las necesidades reales de la compañía y avanzar hacia una gestión más ágil y profesionalizada.

Otra medida relevante fue la cancelación de rutas deficitarias y el refuerzo de aquellas con mejores márgenes. En paralelo, Aerolíneas firmó acuerdos de código compartido con Iberia y LATAM, dos alianzas que fortalecieron la conectividad internacional, especialmente hacia España y el Cono Sur.

Estos acuerdos no solo permitieron ampliar la red sin incurrir en nuevos costos operativos, sino que también optimizaron la ocupación de vuelos, elevando los niveles de rentabilidad en rutas clave.

Cierre de sucursales físicas y migración digital

El proceso de modernización también alcanzó a la red comercial. La empresa decidió cerrar 19 de sus 21 sucursales en el interior del país, manteniendo solo las de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Esta decisión respondió a un cambio radical en los hábitos de consumo de los pasajeros: hoy, solo el 1% de los pasajes se vende en forma presencial, mientras que el canal digital se consolidó como la principal vía de comercialización.

Esta transformación digital permitió reducir aún más los costos operativos, al tiempo que potenció la eficiencia y accesibilidad del servicio al cliente.