"Los gobernadores analizan si vale la pena abrir el turismo intraprovincial"
En una entrevista exclusiva con Mensajero, Matías Lammens detalló exhaustivamente el panorama del sector y dejó conceptos importantes sobre varios temas.
¿Qué balance podés hacer de tus primeros seis meses al frente de la cartera de turismo?
-Es imposible no hacer el balance en dos etapas. Una hasta el 15 de marzo, cuando veníamos contentos con una temporada récord en turismo interno y el mejor febrero de los últimos 25 años en Mar del Plata, con todas las ciudades turísticas con ocupación superior al 90%; y un momento posterior a eso, en el que tuvimos que salir a tapar agujeros y a ayudar a la industria para que pueda seguir subsistiendo. Los necesitamos porque son nuestros socios, porque cuando esto pase y salgamos a ofrecer a Argentina en el mundo queremos que los hoteles y restaurantes estén abiertos, que las agencias estén vivas y que los guías puedan seguir trabajando de eso. Tuvimos que ocuparnos de mantener con vida al sector, y en ese sentido hubo una gran respuesta política de parte del Gobierno nacional con el programa ATP. Más del 82% de las empresas y el 90% de los trabajadores accedieron a estos planes. Después está el PACIT, que ya se implementó para que los monotributistas puedan ingresar al APTur. Creemos que nos vamos a quedar cortos con el monto inicial y que necesitaremos duplicarlo con otros 100 millones de pesos. También hay un plan muy fuerte con más de 1400 millones de pesos para invertir en todas las provincias y dotarlas de infraestructura turística. Generará obra pública y empleo. En todas las grandes crisis, el que aparece invirtiendo es el Estado, y que una parte de esa inversión esté destinada al turismo habla de la importancia que creemos que tendrá la actividad en lo que viene y del rol estratégico que cumplirá en la recuperación de la economía argentina. También está el Fondo de Asistencia y Capacitación Turística, destinado a ayudar a las pymes del sector para el pago de salarios y para que lo usen como bien de capital. Son más de 2500 millones de pesos y seguramente en los próximos días ya se podrán estar inscribiendo. El APTur y el Plan 50 Destinos lo pusimos en marcha en tiempo récord, y creo que lo mismo ocurrirá con el crédito de financiamiento internacional que tenemos y que será de mucha ayuda.
¿Qué alcance tendrá el PACIT? En estas circunstancias, ¿se puede ayudar a todos desde el Estado?
-Lo mejor que se puede hacer es salir de los criterios subjetivos y ver los números. En este caso, son los que marca el nomenclador de AFIP. Del total de las empresas prestadoras de servicios turísticos, más del 80% accedió al beneficio y las que no lo hayan hecho será porque tendrán una facturación mayor en este período que en el anterior. Es un plan con una cobertura extraordinaria. Trabajamos muy bien con el sector privado y no solamente con las cámaras. Hay un vínculo permanente y entiendo que el Estado está haciendo un esfuerzo enorme para que puedan llegar al otro lado de la orilla. En el medio nos recibió el presidente de la Nación. Es la primera vez en mucho tiempo que un mandatario se reúne con el sector.
¿La idea de implementar el PACIT surgió luego de esa famosa reunión en Olivos entre Alberto Fernández y las cámaras empresarias del sector?
-Estaba desde antes. De hecho, la plata del crédito internacional la teníamos asignada para otras cosas, y lo que hicimos fue redireccionarla. Con el impuesto PAIS sucedió algo similar, al igual que con el APTur (ex Fondetur), que lo reconvertimos para llegar directamente a los guías de turismo porque sabemos que están pasando una situación complicada. El presidente nos pidió que nos ocupáramos de las empresas del rubro, porque atraviesan una problemática más grave que el resto de las compañías que también tienen facturación cero. Si bien creo que el turismo volverá con muchísimo vigor, también es cierto que será una de las últimas en arrancar por cuestiones obvias.
¿Cuál será la escala a tener en cuenta para distribuir la plata del Fondo de Asistencia y Capacitación Turística entre las pymes de turismo?
-Habrá diferentes ponderaciones. Se van a poder inscribir las empresas y se les exigirá a cambio una capacitación sobre temas de idiomas, seguridad e higiene y otras cuestiones que serán importantes de cara a lo que viene. El hecho de pedir capacitación como contraprestación implica que la entendemos como una medida para salir en el corto plazo, pero también como una estrategia a mediano y largo. Es algo que redunda en un beneficio para todos. El trabajador se forma y adquiere conocimientos, el empresario obtiene empleados más calificados y el país se fortalece porque cada turista que venga se sentirá más acompañado y podrá ver que se encuentra ante una persona preparada e idónea. Las especificaciones del programa prefiero contarlas cuando se dé a conocer. Lo que sí puedo adelantar es que es un plan muy ambicioso. Para que se den una idea, el presupuesto del Ministerio de Turismo y Deportes tenía 1900 millones de pesos asignados y ahora estamos hablando de un plan, solamente para el sector privado, de más de 2500 millones. Algunos detalles aún no los terminamos de definir porque queremos que sea algo muy amplio.
¿Cuántas provincias faltan presentar sus proyectos del Plan 50 Destinos?
-En estos días vamos a estar firmando con las que ya hayan presentado sus proyectos ejecutivos, como La Rioja, Neuquén y Misiones. Hay algunas que están avanzando y el resto viene un escalón detrás. Hay de todo. Venimos bien y es un proyecto que es importante, porque se trata de 60 millones de pesos por provincia para mejorar la infraestructura turística. Nuestra meta es no sólo dar a conocer los grandes íconos del país, sino también otros lugares. Simultáneamente tenemos que promocionarlos y lograr que vaya más gente, pero dotarlos de infraestructura. Estaremos en un problema si el turista llega y no se encuentra con un buen hotel y con un entorno acorde para disfrutar.
¿Piensan en extender los plazos de los fondos de asistencia para empresas y monotributistas del PACIT?
-Si consideramos que hay necesidad, lo haremos sin ninguna duda. Hoy no lo contemplamos porque la ayuda es muy importante. Para ser gráfico, el IFE que brinda la ANSES es de 10.000 pesos y nosotros estamos llegando a cada guía con 50.000. El gran desafío que tenemos nosotros es abarcar a la gran mayoría de monotributitas, pymes y emprendedores que lo necesiten. Por eso pensamos que con 100 millones nos quedaremos cortos. Los guías son un número muy importante en el país y no sabemos cuántos lo pedirán, pero es una buena primera medida para saber qué demanda tendremos.
¿Es hacer futurología o desde el Gobierno nacional manejan alguna fecha tentativa en la que se pueda recuperar un ritmo de actividad turística más o menos pareja en todo el país?
-Es hacer futurología, pero hay que hacerla. Esto es muy dinámico. Algunas provincias abrieron y tuvieron que volver una fase atrás. Yo vengo del rubro privado y entiendo perfectamente la desesperación por abrir y por tener a la gente parada, pero hay que ser muy cautos con ese tema.
En las últimas semanas hubo varias provincias que ya retomaron la actividad turística, aunque con muchas restricciones. ¿Creés que el peor momento, ese de paralización total a nivel nacional, ya quedó atrás para el turismo argentino?
-Yo creo que lo peor está pasando ahora. Estamos más cerca del final, eso sin dudas. Tampoco sabemos qué va a pasar con el pico. Hay provincias que tuvieron que ir para atrás y eso es una muy mala señal. Yo hubiera hecho lo mismo en el lugar de esos gobernadores, pero no es algo bueno. Todos los gobernadores empiezan a analizar si realmente vale la pena la apertura por el poco movimiento que genera ese turismo intraprovincial. Genera pocos ingresos y a la vez puede traer algún tipo de circulación del virus, y ahí estás en un problema.
¿Cómo ves la intención de establecer corredores turísticos interprovinciales?
-Para mí está bien. En provincias en las que no hay circulación comunitaria ni casos positivos hace varios días es sensato que empiecen a pensar en una alternativa así. Nosotros lo vemos bien.
¿Cuál es la mayor demanda o preocupación que te transmiten hoy los empresarios?
-Cuándo pueden volver a trabajar. Es lógico, yo los entiendo perfectamente. Gran parte de lo que pudimos hacer en este tiempo tiene que ver con que estamos abocados el 90% del día a ver cómo solucionamos la situación de estas empresas, cómo hacemos para que no cierren. Pensamos en cómo lograr que el guía de turismo o que cualquier persona que vivía de algo vinculado a esto pueda subsistir y pasar los próximos meses que van a ser muy duros.
¿Cuál será el mayor desafío del turismo nacional para la era post pandemia?
-Argentina tiene un desafío y una posibilidad, que es instalarse y promocionarse como un destino seguro. Acá se manejó bien la pandemia y es uno de los países de la región que mejores números tiene para mostrar. Hay mucho para ofrecer en producto de naturaleza y espacios abiertos. A través de nuestro observatorio y de los organismos internacionales, como la OMT, nos llega información que indica que el turista buscará eso. El desafío es cómo hacemos para promocionar cada vez mejor nuestros destinos de naturaleza y cómo conseguimos que el hecho de haber atravesado bien la pandemia sea un activo a la hora de mostrar al país en el mundo para que nos visiten. Eso lo podemos lograr y el sector privado piensa igual que nosotros. Todos estamos trabajando juntos. Acá no hay diferencias de gobernadores ni de colores. Por eso activamos nuevamente el Consejo Federal de Turismo, un espacio abierto en el que se escuchan inquietudes y en el que participan las 24 provincias. Es una gestión transversal y federal, que es lo que necesita el sector para seguir creciendo y para atravesar la crisis.
¿Manejan la posibilidad de establecer un sello sanitario nacional para certificar a destinos y prestadores de servicios?
-Lo que hicimos fue tener protocolos y presentarlos a través del CFT y que todas las provincias adhieran. Lo llevamos a cabo con el Ministerio de Salud y con los privados. Vender esto del pasaporte o sello sanitario es complejo y hay opiniones encontradas sobre el tema. Lo que sí podemos vender en el mundo es que Argentina es un destino que atravesó bien la pandemia y que tiene mucho para ofrecer en los productos que serán demandados de acá en adelante. Son obligatorios y cada jurisdicción tiene que adherir a esos protocolos y eso lo estamos haciendo a través del CFT.
¿Hoy los vuelos de cabotaje en julio están más cerca de ser una realidad que una buena intención?
-Nosotros tenemos esa voluntad, es lo que vengo hablando con el ministro de Transporte y con Aerolíneas Argentinas. La idea nuestra es empezar a volar con frecuencias reducidas. No va a ser lo que era en febrero, pero queremos comenzar a activar la maquinaria y vivir de a poco esta nueva normalidad.
¿Los vuelos internacionales tendrán que esperar sí o sí hasta septiembre o hay posibilidad de rever esa fecha?
-Yo pienso que falta, pero no sé si hasta septiembre. Creo que podemos ir avanzando en agosto. Lo que nos dicen los epidemiólogos es que estamos cerca de llegar al pico. Después el virus baja muy drásticamente. El fin de semana España tuvo 50 contagios después de registrar arriba de 1000 muertos por día. Seguramente para agosto haya una situación de mayor normalidad que nos permita comenzar a trabajar con algunos destinos internacionales.
Desde el CFT plantearon la necesidad de ayudar a las low cost por la importancia que tienen para el tráfico de pasajeros en sus destinos. ¿Están contemplando eso?
-Nadie planteó ninguna ayuda desde el CFT. Lo que siempre manifiestan los ministros y gobernadores es la importancia de las low cost. La ayuda que ya tienen es la de los ATP y es importante. Por supuesto que son actores clave de la industria y para nosotros es importante que estén.
¿Cómo tomaron el cierre de la filial argentina de Latam?
-Es un golpe para la industria desde todo punto de vista. Hay más de 1700 trabajadores que seguramente no podrán continuar en sus puestos. A Argentina le viene bien tener más conectividad porque eso fortalece a la actividad, pese a que tenemos una aerolínea de bandera de la que nos sentimos orgullosos y que hasta podría eventualmente cubrir toda esa demanda. No es una buena noticia que Latam tenga que dejar de operar.
¿Se avanzó de alguna manera en la suspensión de las cancelaciones que tanto vienen reclamando las agencias de viajes?
-El tema de cancelaciones no es fácil. Hay un gran problema con el equilibrio que tenemos que hacer entre defender a los consumidores y de cuidar a las agencias. Si nosotros abrimos la canilla para que todas las agencias tengan que devolverles a los clientes se quedarán los pasajeros sin cobrar y las empresas quebradas. Hay que hacer un equilibrio para que ambos se vean lo menos perjudicados posibles. Todos van a perder algo lamentablemente. Todos perdimos algo en esta pandemia. Hay que pensar una alternativa. En eso estamos trabajando y habrá novedades en los próximos días.
Todo el sector de las agencias continúa insistiendo en la quita del impuesto PAIS, por lo menos para las compras de servicios turísticos en sus empresas. ¿Lo están contemplando desde el Gobierno nacional?
-Hoy no está en agenda. Sí estamos pensando en incentivos fiscales para compra de paquetes y eso beneficiará mucho a las agencias. Hoy no está en duda lo del impuesto PAIS. Es una determinación que en su momento fue tomada por la vulnerabilidad en la que se encontraba la economía argentina. Esa situación no sólo no mejoró, sino que empeoró. Todo lo que tenga que ver con medidas para cuidar a los dólares seguirá adelante.
¿Cómo están gestionando la paralización de los viajes de egresados? ¿Siguieron avanzando con ese esquema escalonado para empezar a concretar algunas salidas?
-Tuve una reunión por el turismo estudiantil con el sector privado. Hay más o menos 140.000 chicos que tienen que viajar. Les planteé que lo que podemos hacer ahora es que viajen los de Salta, Jujuy, Catamarca, Formosa y Corrientes. Seguramente en octubre estemos en una mejor situación sanitaria en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Entonces, ahora descomprimamos esa demanda y que ellos viajen. En esas provincias no hay circulación comunitaria y pueden hacerlo. Llegó el momento de poner arriba de la mesa esta vocación de ser un gobierno federal y dejar de declamarla para hacer que las cosas realmente sucedan de esa manera.
¿Cuál es la situación actual de los centros de esquí?
-Los centros de nieve podrían abrir, pero a nivel interno. Lo que pasa es que hay que ver si les sirve, se los dije a los empresarios sin dar vueltas. Las condiciones van a estar dadas. ¿Tierra del Fuego va a poder abrir su centro de esquí? Sí, pero de Buenos Aires y Brasil no les va a ir nadie. Tienen que ponerse a pensar si les conviene o no y eso ya es una decisión empresarial.
¿Qué pasará con el segmento corporativo? ¿Se puede hablar de una reactivación en el mediano plazo?
-Yo creo que es una de las cosas que va a tardar mucho en volver. Diría que es una de las que más demorará.