Por medio del programa CO2labora, los pasajeros de la aerolínea podrán compensar las emisiones de sus vuelos a través de dos proyectos en Guatemala y Perú.

Desde hace tiempo, el Grupo Iberia viene trabajando para colaborar en la descarbonización del sector aéreo. Los pilares que engloba dicha estrategia son cuatro. Por un lado, la transición ecológica de la actividad (renovación de flota, operaciones más eficientes y utilización de combustibles de origen sostenible de aviación); la creación de una experiencia de viaje más sostenible para los clientes; la formación, sensibilización y participación en materia de sostenibilidad de los empleados de Iberia; y por último, el compromiso con la sociedad, poniendo en valor el impacto social de la aviación a la sociedad a través de la conectividad

En esta línea, en las últimas horas el grupo anunció la puesta en marcha de CO2labora. La plataforma está destinada a los clientes que decidan compensar su huella de carbono. De esta manera, podrán decidir también qué trayectos quieren compensar, o si uno o varios del total de los vuelos realizados.

A través de la calculadora de huella de carbono de Grupo Iberia, los clientes conocerán las emisiones de su viaje y se calculará el equivalente de inversión monetaria para su compensación a través de los proyectos climáticos certificados que ofrece Iberia.

Este cálculo de huella es una media de los vuelos operados por Iberia en esa ruta y se realiza teniendo en cuenta cuatro variables: tipo de avión, meteorología, eficiencia de las operaciones y tipo de cabina.

Iberia se concentra en reducir la huella de carbono
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El resultado de la intención del pasajero se verá reflejado en dos proyectos: uno será el situado en Izabal, en la costa caribeña de Guatemala. Esta iniciativa promueve la creación de nuevas reservas naturales y mantiene los bosques naturales existentes que están amenazados por la deforestación y las actividades insostenibles de uso de la tierra.

Izabal es un área de invernada y parada para más de 120 especies de aves migratorias, lo que lo convierte en una zona relevante para la conservación de la biodiversidad. "Las aportaciones de los clientes de Grupo Iberia servirán para proteger los ecosistemas agroforestales y favorecer el crecimiento del ecoturismo, además de proporcionar recursos para vigilar la zona y apoyar los programas de desarrollo de la comunidad", comentaron.

Por otro lado, en el borde de la selva amazónica peruana se encuentra el segundo proyecto certificado con el que pueden colaborar los clientes del Grupo Iberia. Siete comunidades indígenas pertenecientes a las etnias shipibo-conibo y cacataibo están asentadas alrededor del río Ucayali y gestionan un área de 119.837 hectáreas de selva tropical. Este proyecto apoya el desarrollo de empresas socialmente inclusivas, fomenta el uso adecuado de las tierras comunales y favorece la creación de capacidades para la gestión de los recursos naturales.