La FIT 2022 volvió al espíritu que siempre la caracterizó: el ida y vuelta en los discursos del acto inaugural, la apuesta de los expositores y la cantidad de público. 

Seguramente antes de que empezara la 26a edición de la FIT América Latina algo se podía suponer, pero nadie se vio venir una apertura con tanta tela para cortar.

El sábado, pasado el mediodía, comenzó el acto inaugural, que este año tuvo un protagonista más sobre el escenario, Enrique Pepino, presidente de Ferias Argentinas y que este año se retira de la actividad.

Y si de dejar cargos se trata, Gustavo Hani encabezó su última inauguración como presidente de la Faevyt, y en consecuencia de la FIT, luego cuatro años, dos mandatos. Seguramente haya sido ese relax el que le permitió ponerle una sonrisa a cada situación que se fue presentando. Cómo cuando se entonaron las estrofas del Himno Nacional pero hubo sonido en los primeros minutos y hubo que improvisar un acapella masivo. "Me enteré de que acá algunos cantan bien así que decidimos que no haya música", dijo el dirigente que ayer, domingo, hizo el traspaso a su sucesor, Andrés Deya.

Pero antes de que el presidente de la Cámara Argentina de Turismo tomara la palabra, fue el turno de Lucas Delfino, presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires.

En primera instancia, el funcionario porteño pubtualizó en que la crisis demostró en la industria turística argentina la importancia del trabajo en conjunto entre públicos y privados. 

"Lo más importante de este evento es cómo nos ponemos de acuerdo para lo que viene. El turismo tiene la posibilidad no sólo de ser uno de los motores del desarrollo, sino también es la clave para resolver muchos de los problemas que hay hace mucho tiempo", agregó. A su vez, dijo que hay que discutir un modelo de país a partir del cual la Argentina deje de ser una promesa en materia turística y se convierta en una potencia mundial.

Hasta este punto, el auditorio estaba tranquilo, aunque ya se presentía una pequeña posibilidad de que lo que viniese podría cambiar el clima de la apertura.

Así fue, Delfino aseguró que el país necesita una revolución de los cielos, algo así como aquella revolución de los aviones que encaró el Ministerio de Transporte, durante la presidencia de Mauricio Macri. "2019 fue el año que más gente voló en la historia de la Argentina, transportando más de 16 millones de personas en vuelos de cabotaje y 14 millones en internacionales", agregó Delfino. 

Minutos más tarde iba a venir la respuesta del ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens.

Pero antes, Hani dio su último discurso en el cargo. "Tranquilos arrancamos hoy. Por lo de la música del himno, digo", expresó en tono jocoso. 

Sobre la feria, recordó que el año pasado con todo en contra fueron los que dimos el puntapié inicial para la reactivación del turismo de reuniones. "Nos volvimos a sorprender por lo que somos como sector. Recibimos más de 70 mil visitantes", remarcó. 

Por otra parte, consideró que la FIT actual va a batir todos los récords. Luego fue el momento de los clásico pedidos al ministro, entre los que se encontraban la salida del Previaje 4 para 2023, una nueva línea de créditos blandos, reforzar la lucha contra la ilegalidad y, la solicitud tan esperada: "Queremos insistir, además, con la necesidad de replantear el regreso de las cuotas, porque quedó demostrado que fue una medida que no resolvió ningún problema". Lo cual, lógicamente, despertó los aplausos de los asistentes. 

Finalmente, llegó el momento de Lammens quién ponderó "la mayor inversión de la historia del Estado nacional para la industria", en relación con el Previaje y con lo que había hecho alusión Delfino sobre la necesidad de un Estado presente. Además, dijo que con eso solo no alcanza, sino que también hay que ser creativo e innovador. "Cuando nos dicen que el Estado nacional es ineficiente no es verdad. Se puede", agregó.

Para el final, se guardó algunas palabras más: "Ojalá que en el año electoral que se viene tengamos la inteligencia, la sabiduría, la perspectiva generacional de no poner al turismo en la grieta". A su vez, pidió no solo que no lo metan a él en ese lugar, sino que tampoco incluyan al turismo. "Sé que es tentador, pero hay lugares en los que tenemos que construir grandes consensos, y el turismo es uno", cerró.

A partir de ahí, la ola de comentarios y la polvareda que levantó uno y otro discurso fueron centro de las charlas.

La alegría es Argentina

Saliendo del recinto ya fue el momento de que destinos y empresas desplieguen todo lo que tenían preparado desde hace tiempo y que al parecer era bastante. Todo el fin de semana fue un sinfín de propuestas gastronómicas y de entretenimiento. El show de la Mona Jiménez en el stand de Córdoba quizás fue el espectáculo que se destacó del resto y que también obligó a sus vecinos de stand a suspender las actividades que tenían programadas para ese momento. El sonido, cómo en los viejos tiempos, volvió a despertar críticas y enojos de muchos expositores que resaltaron que era imposible mantener una conversación o una reunión.

Pero la realidad es que hubo propuestas para todos los gustos y así lo vivió el público que ayer hizo extensas filas para ingresar a la feria. Incluso, desde la organización adelantaron que se va a superar la cifra del año pasado, pasando los 80 mil visitantes.

Si bien todo el entretenimiento estuvo concentrado en el Pabellón Nacional, con las provincias que no escatimaron en gastos en sus Stands, el internacional tampoco se quedó atrás.