Según datos oficiales, solo el 10 % de las propiedades de este tipo están registradas, lo cual -explican los hoteleros- daña a la actividad y a los destinos.

En la actualidad, ante la gran demanda que hay en barrios puntuales, incluso en muchas ciudades turísticas a nivel mundial, los propietarios de muchos departamentos apuestan por los alquileres temporales para obtener más rentabilidad en los inmuebles. De este modo, los retiran del sistema tradicional y ofrecen una estadía determinada por la que se paga en dólares.

Este tipo de movimientos se perfilan como una gran alternativa para los turistas internacionales. Es decir, hay una amplia oferta inmobiliaria a raíz de la escasez de las ventas. Esta acción implica que suban los crecimientos informales, ya que los departamentos están "frenados" por la situación económica que atraviesa el país.

Según detalló Mariano García Malbrán, presidente de la Cámara de Empresas de Servicios Inmobiliarios, a través de un artículo publicado en Perfil, hace 30 años, la rentabilidad de un alquiler rendía el 12 % anual y esa era la cuenta aritmética que realizaban los corredores inmobiliarios para saber el valor de venta de un inmueble rápidamente.

Esta situación tuvo un cambio rotundo a partir de la convertibilidad, descendiendo al 8 % por año y luego, con la salida del 1 a 1 en 2002, se bajó al 5 % anual. Posteriormente, estos porcentajes se fueron modificando a partir de la suba del valor del dólar. Sin embargo, desde 2018 hasta la fecha, los altibajos llegaron al 1,70 % anual, la peor rentabilidad de la historia y actualmente se encuentra en el 2,9 % por año.

Alquileres temporales, bajo la lupa

En este contexto, dirigentes del sector dialogaron con Mensajero acerca del contexto que atraviesa la actividad turística de Argentina respecto a los alquileres temporales. Fernando Desbots, presidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) explicó que si bien "no tiene nada en contra de los alquileres temporales", deberían estar constituidos de forma regular: "Si pagan y se equiparan con la hotelería, está perfecto. Es cierto que este segmento ha crecido muchísimo, pero en realidad lo hizo desde un punto de vista informal".

Alquileres temporales, bajo la lupa

Roberto Amengual, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), también le brindó a este medio su punto de vista y remarcó que las repercusiones no solamente se limitan a la hotelería: "La falta de control absoluto de todas las normativas que atañen a los establecimientos de alojamiento hace que los alquileres temporarios informales no lleven registro de huéspedes, ni tengan que llevar el libro de policía, o que por ejemplo no tengan un control sobre las emisiones de gas, entre otras cuestiones. Eso implica que se generen situaciones lamentables, cuya repercusión la sufre el destino más que la hotelería en sí".

Respecto a la competencia desleal por la que muchas veces se ha debatido, Desbots fue contundente al afirmar que los alquileres temporales no fomentan el turismo: "La oferta informal, a través de los departamentos, no tributan absolutamente nada, como los derechos intelectuales, por ejemplo. No están inscriptos, no están regularmente instituidos. De hecho, la mayoría de las trabajadoras que tienen son empleadas domésticas, que no están dentro del Convenio Colectivo de Trabajo de la actividad hotelera y gastronómica. No pagan IVA, es todo en negro y por eso combatimos este accionar".

En ese sentido, Amengual opinó: "Por competencia desleal se entiende un establecimiento que no está registrado y no cumple con los requisitos pautados por los entes gubernamentales. En ese aspecto, hay alquileres temporarios que sí cumplen con requisitos. En Argentina, menos del 10 % de los alquileres ofrecidos son los que se encuentran registrados. Ese nivel de informalidad conlleva una desventaja muy notoria frente a los que cumplen con los formalismos, no sólo con las documentaciones, sino también impositivos".

"Edificios enteros se inclinan por esta modalidad. Nosotros venimos haciendo un seguimiento de la problemática del alquiler temporario turístico, incluso en foros a nivel mundial, con el objetivo de transformar a esta oferta e intermediar en un segmento socialmente responsable y sostenible para la economía. De esta forma, se podrá garantizar una justa y transparente competencia entre todos los actores y modelos de negocio, ofreciendo al turista una estadía segura y previsible", afirmó Desbots.

Por último, en relación con las posibles soluciones que pueden encontrarse en el camino, Amengual destacó que la balanza podría equilibrarse en favor de la hotelería si se pudieran simplificar los procesos de inscripción. Así como si se lograra encontrar facilidades para los cumplimientos, si se recortara la burocracia a la que están sujetos los inscriptos y si se bajara la carga impositiva que implica la formalidad.