El recorrido de 48 horas incluye la ruta del vino tucumana, las ruinas de Quilmes y el Observatorio Astronómico de Ampimpa.

La dupla auto y Argentina vuelve para seguir redoblando apuestas en un recorrido icónico que permite conocer el corazón de Tucumán, con sus paisajes montañosos, valles verdes y rincones mágicos empapados de historia. A partir de esos condimentos se ha trazado una ruta estratégica en el mapa, contemplando dos días de roadtrip a pura naturaleza, cultura y disfrute:

1. Ruta del vino tucumana

Al noroeste del país, los encantos de las uvas locales se sienten en varias provincias, y Tucumán es una de ellas. Las cepas Malbec y Torrontés conquistan paladares a lo largo de 100 kilómetros en plenos Valles Calchaquíes, con altitudes desde los 1750 hasta los 3000 metros sobre el nivel del mar. Se trata de un trayecto teñido de viñedos y bodegas, con productores locales e industriales que se dedican a trabajar una de las frutas más codiciadas del país. El resultado final es una degustación que marida a la perfección con la gastronomía local. Además, Tucumán aloja la única bodega de Argentina (y tercera a nivel mundial) administrada y dirigida por una comunidad indígena: Bodega Los Amaichas.

2. Ciudad Sagrada de Quilmes

Sobre la misma Ruta 40 (y antes del desvío por la 307) se encuentra una joya arqueológica de 30 hectáreas: los restos de la Ciudad Sagrada de Quilmes, el asentamiento precolombino más extenso de Argentina. Se trata de un pueblo indígena, más precisamente el último bastión de la resistencia de los pueblos originarios ante el avance español. Entre vegetación típica local y cardones se abren caminos, reconstrucciones residenciales y hasta una fortaleza con paredes de piedra que dan cuenta del desarrollo que había alcanzado el poblado en ese entonces. La visita también amerita un paseo por el Centro de Interpretación, cuatro salas que ilustran las costumbres del pueblo y guardan tesoros de alto valor histórico, con proyecciones audiovisuales, maquetas y objetos de la cultura Quilmes.

3. Observatorio Astronómico de Ampimpa

La última parada del circuito por la Ruta Provincial 307 desembarca en una maravilla de la astronomía. A 11 kilómetros de Amaicha del Valle se abre este mundo paralelo que conecta al cielo con la tierra y posibilita la observación de las estrellas desde otro lugar. La puerta del observatorio recibe a turistas de todo el mundo con un cartel que reza: “Una ventana al universo”.

Declarado sitio de interés turístico por el Ministerio de Turismo y Deportes, y de interés educativo por el Ministerio de Educación, Ampimpa habilita la posibilidad de presenciar eclipses de luna, lluvias de estrellas y todo tipo de fenómenos astronómicos presentes en el firmamento.