La localidad solía estar entre las más peligrosas del país, pero el trabajo de la Secretaría de Turismo local logró cambiar el estigma.

CORRESPONSAL EN MÉXICO

Luego de estar en el ranking de las ciudades más peligrosas de México, el estado de Tamaulipas –ubicado en la frontera norte– sorprende por colocar a la ciudad de Tampico como una de las cinco más seguras. Esto se da según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El relevamiento proviene de un organismo gubernamental, pero sus resultados son producto de la percepción de la población local.

De acuerdo con Fernando Olivera, secretario de Turismo de Tamaulipas, se debe en gran parte a que reforzaron la seguridad física de la urbe, pero también a que desde hace tres años diversificaron su oferta turística y se apropiaron de espacios que antes estaban destinados para cuestiones ajenas al turismo.

“Se acabó el tiempo en el que lo único de lo que se hablaba de Tamaulipas era el narcotráfico y la inseguridad. Hemos trabajado mucho para que ese prejuicio se borre de la mente de las personas, y lo estamos logrando poco a poco con mucho trabajo y una mejor comunicación”, aseguró Olivera.

Tampico, entre las cinco ciudades más seguras de México

La oferta de Tampico

Más allá del clásico recorrido por las calles del centro de la ciudad, ahora se apuesta también mucho por el orgullo culinario de la zona. Cabe mencionar que ahí permea totalmente la cultura huasteca y que, como tal, el mestizaje de dicha cultura prehispánica, con la española y hasta la libanesa que es común en dicha parte de México, la hace muy rica y profunda.

De sólo ser una ciudad de puerto, apenas conocida por su cocina de mar, ahora se busca mostrar al destino como un lugar donde encontrar grandes lácteos, carne de primera y hasta alta cocina.

De igual manera, lanzaron un proyecto llamado Tēnek, que consiste en la recuperación de un espacio en la capital de la ciudad, donde los fines de semana las familias van a conocer los proyectos locales, y hasta autogestivos, de pequeños productores.

En Tēnek lo mismo se exponen productores de ostras, que vinicultores. Tiene una zona cultural y otra de juegos para niños. A sólo unos días de haberse lanzado oficialmente, ya es un sitio que se llena y que promete crecer.