Por la suba de casos de COVID-19, los destinos brasileños anunciaron oficialmente la postergación de los desfiles hasta el 21 de abril.

Hace algunas semanas, tanto Río de Janeiro como San Pablo habían decidido que en febrero no haya carnavales callejeros por el ascenso de la curva de contagios de coronavirus. Sin embargo, en esta oportunidad, Brasil no tendrá uno de sus principales atractivos internacionales, ya que las autoridades tomaron la decisión de dejar sin efecto los carnavales a cargo de las escuelas de samba.

Ambos destinos prefirieron postergarlos "para una fecha con posibles mejores condiciones sanitarias", y de este modo, la Alcaldía de Río de Janeiro comunicó oficialmente en sus redes sociales que la nueva fecha elegida es el 21 de abril.

La fecha elegida para la realización de los desfiles coincide con un jueves que es feriado nacional en Brasil, ya que se conmemora el día del líder independentista Tiradentes, por lo que la concesión de un festivo municipal adicional el viernes 22 de abril podría permitir la organización de un carnaval de cuatro días.

En declaraciones a la prensa brasileña, Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro, afirmó que "fue una decisión tomada a partir de una lectura científica". "Queremos mostrar que respetamos la ciencia, pero también debemos cuidar una actividad que es importante para la economía", sumó.

"Se trata de un aplazamiento y no de una suspensión. Somos conscientes de que el carnaval es una fiesta que moviliza mucha gente, principalmente en las periferias y en los barrios más humildes, que trabajan todo el año para eso", agregó al respecto.

Por su parte, las ligas de escuelas de samba de Río de Janeiro y San Pablo apoyaron la decisión de las autoridades brasileñas. "Es la actitud correcta, tiene todo el apoyo de las escuelas de samba y esperamos que el 21 de abril podamos hacer una fiesta de alegría, como el carnaval manda. No queremos forzar un desfile donde haya preocupación", dijo Sidnei Carriuolo, presidente de la Liga de Escolas de Samba de San Pablo.

Es importante remarcar que las "escolas" de samba, organizaciones barriales con hasta 4000 integrantes cada una, pasan mucho tiempo preparando sus vistosos desfiles, con llamativas carrozas, miles de trajes confeccionados a mano y una gran cantidad de bailarines y músicos que ensayan durante meses para lucirse ante los jurados y la platea en el Sambódromo.