Los embajadores resolvieron exigir una prueba PCR negativa, cuarentenas y rastreo a viajeros ajenos al bloque.

Las garras del invierno acechan contra la situación sanitaria en el Viejo Continente y las nuevas variantes del coronavirus generan temor en las autoridades nacionales. Es por eso que los embajadores de los países de la Unión Europea aprobaron el pasado lunes nuevas restricciones para los viajeros que ingresen al bloque: se comienza a exigir la presentación de una prueba PCR negativa, el cumplimiento de la cuarentena de 14 días y el seguimiento de personas que procedan de lugares en los que se hayan detectado las nuevas cepas del coronavirus.

Cabe mencionar que los países terceros deben tener una tasa de incidencia igual o menor a 25 nuevos casos cada 100.000 habitantes durante 14 días, una tasa de testeos superior a 300 y una positividad igual o inferior al 4%. Asimismo, se tendrá en cuenta la presencia de nuevas variantes de coronavirus en estas naciones.

Por otro lado, se permite el ingreso al bloque a personas originarias o residentes de los países que la integran y también a aquellos que viajan por motivos denominados esenciales (es decir, personal de salud, trabajadores fronterizos y demás). Asimismo, agregaron que para el personal de transporte, trabajadores del mar y transfronterizos, los Estados no deberían exigir más que una prueba rápida de antígenos negativa a la llegada, aunque en caso de que haya una alta incidencia o variantes preocupantes, se les podrá pedir una prueba rápida de antígenos antes de la salida.