La medida adoptada por el país vecino responde al hallazgo de un caso de COVID-19 con la nueva cepa que se originó en el Reino Unido.

El Sars-Cov2 sigue poniendo en jaque al mundo, cuando ya pasaron casi diez meses desde el inicio de la pandemia. Si bien los países están volcando todos sus esfuerzos en las campañas de vacunación para frenar el avance de la enfermedad, el virus continúa dando giros inesperados que obligan a las autoridades a rediseñar las estrategias de contención. Eso es lo que está ocurriendo actualmente en varias naciones, luego de que en el Reino Unido apareciera una nueva cepa que sería hasta un 70% más contagiosa. Más allá de los intentos de varios gobiernos por cerrar las fronteras para evitar que llegue a sus territorios, ya son muchos los países que reportaron personas infectadas con esta variante del virus. Esa es la situación de Chile, que ayer a la tarde confirmó el primer caso de una mujer que enfermó de COVID-19 a partir de esta mutación.

Como consecuencia, el Gobierno que encabeza Sebastián Piñera resolvió volver a imponer cuarentena obligatoria de 10 días para todos aquellos chilenos y pasajeros internacionales que arriben al país. El aislamiento se podrá interrumpir al séptimo día, siempre y cuando presenten un test PCR con resultado negativo. La medida entrará en vigencia el 31 de diciembre.

De este modo, Chile se suma a la lista de destinos que tomaron decisiones concretas para evitar la proliferación de esta nueva cepa. Cabe recordar que, hace una semana, Argentina suspendió el ingreso de viajeros desde los países limítrofes y canceló los vuelos procedentes de Reino Unido, Italia, Países Bajos, Australia y Dinamarca. También dispuso la obligatoriedad de cumplir con una cuarentena de siete días y de presentar un test PCR negativo para todos los argentinos y residentes que retornen a sus hogares.