Luis García Codrón, director general de Europamundo, habló en "Charlas de Turismo" sobre su trayectoria en el sector y analizó el impacto del COVID-19 en el mercado.

- ¿Cómo estás transitando la pandemia?

- Sigue amaneciendo cada día. El sol sale, el tiempo va pasando, que por momentos juega en contra, pero también a favor. 

- Imagino que no debe ser simple esta situación que se está atravesando hoy en día en Europa, ya que debe ser complicado querer avanzar un paso y finalmente tener que retroceder por los rebrotes...

- Las cosas han ido mucho peor de lo que se esperaba, esa es la realidad. Todas las noticias que teníamos, como por ejemplo que en junio abrían las fronteras para que otros países vinieran hacia España, han quedado en la nada. La expansión es muy fuerte, incluso en mi país los rebrotes son los más fuertes de todo el continente. Estamos volviendo a medidas de confinamiento en muchas zonas, y toca aceptar la realidad. 

- ¿Cuándo considerás que se podrá solucionar todo esto?

- Me parece que las vacunas van a llegar a mediados de octubre o noviembre a más tardar. Esto nos permite pensar en la campaña del año próximo. Espero que podamos ir en sentido positivo en los próximos dos meses.

- ¿Cómo vive el trade de España toda esta situación?

- Es muy difícil, y va más allá del país. Hay mucha angustia y preocupación. Vivimos una gigantesca incertidumbre. 

- ¿De qué manera repercutió en tu estructura de trabajo?

- Nunca estuvo tan unida como ahora, mi equipo es fundamental. Al momento del inicio de esta crisis, nosotros pensamos que en dos o tres meses como máximo se iría recuperando el mercado. Lamentablemente no fue así. Con este escenario decidimos mantener la totalidad de los trabajadores a través de un ERTE, que es una ayuda del Estado al 50%. En junio nosotros veíamos que el mes siguiente y para agosto teníamos viajeros apuntados. Estábamos contentos porque teníamos una base de clientes, pero fue muy triste todo lo que pasó después, ya que semana a semana les enviamos correos electrónicos diciéndoles que los viajes aún no están autorizados.

"Yo no soy un empresario, soy un apasionado por viajar"

- De todas formas, ¿algunos viajes concretos pueden hacer?

- Afortunadamente sí, pero son muy puntuales. Siempre hay algún viajero que puede hacerlo. Algunos tal vez tienen doble nacionalidad y llegan a Europa por otros motivos y pasan la cuarentena, porque les permiten entrar. Hay operaciones que sí se pueden hacer con precios que nos implican pérdidas muy grandes. Hoy por hoy estamos trabajando con un solo guía conduciendo y dos viajeros con suerte. De todas formas mantengo la esperanza porque nos gusta dar trabajo. 

- Acorde a tu experiencia, la pandemia no va a lograr derrotarte, al contrario...

- Las épocas difíciles son para rascarse la cabeza y mover la imaginación. ¿Podemos trabajar para el presente? No, pero podemos hacerlo para el futuro. Mi equipo está enfocado en nuevas rutas, en actualizar toda la información en relación a cada viaje, en traducir en muchos idiomas todo el material, en crear sistemas para traducción simultánea y demás. Lenguajes como el japonés, el tailandés y el malayo son muy novedosos. 

- ¿Qué visión tienen los socios de Europamundo?

- Hoy en día soy el CEO, no soy más el propietario. Siempre les digo que hay que mantener todo y que de aquí no se "baja" nadie. No buscamos despedir a ningún empleado, al contrario. Lo importante es no interpretar "pérdidas", más bien es una inversión a futuro. El esfuerzo de hoy dará los resultados de mañana. 

- ¿Cuánto tiempo pensás que va a demandar el trabajo que están haciendo en vistas al futuro?

- Los frutos siempre son muy lentos. Aquellos que tienen prisa y que esperan cosechar en 365 días como máximo son como los que plantan un árbol y al año siguiente lo tala. En turismo sucede algo similar, y mínimamente hay que aguardar cuatro o cinco años. Hay que esperar para ver los resultados. En el mientras tanto es fundamental ir viendo cómo es el crecimiento. Nadie tiene la garantía del éxito, a veces las cosas funcionan y otras no, porque el fracaso forma parte de la enseñanza. 

- ¿Cómo logró reinventarse Europamundo ante todos estos cambios de hábitos que surgieron a raíz del coronavirus?

- Al principio hubo un "desorden" lógico porque todos no sabíamos por dónde empezar. La primera prioridad fue salvar a los viajeros y asistirlos en todas sus necesidades por el cierre caótico de fronteras. Luego decidimos esperar 15 días para ver cuáles eran los pasos a seguir. Lo importante era darle seguridad a los trabajadores. Analizamos mucho la parte económica, también. Por eso apelamos a la formación y a seguir en crecimiento. Siempre es fundamental abordar proyectos que puedan generar mucho empleo. 

"Yo no soy un empresario, soy un apasionado por viajar"

- ¿Cuál es el feedback que reciben de los pasajeros que, por un lado, están ansiosos por viajar, pero por otro tienen un poco de temor a enfermarse?

- El miedo es un factor muy libre y no se puede evitar. De todas formas, hay muchas personas que ya han pasado por el virus y de cierta forma pierden ese temor. Igualmente nosotros trabajamos con una serie de pautas en vigencia hasta el 31 de diciembre para cuidar al máximo la salud. Los grupos pueden ser de hasta seis personas, con un guía conduciendo una minivan. La capacidad de los vehículos de transporte tienen un 50% de ocupación con estrictas medidas de controles sanitarios. Seguramente comencemos a implementar los testeos rápidos a los viajeros que tengan que compartir el transporte. 

- Mensajero, desde el año pasado, se focalizó en implementar la última tecnología y estar a la vanguardia digital en lo que respecta a la comunicación. Entre todas las acciones que hacemos, un ejemplo destacado es el envío a través de Whatsapp Business, dirigida especialmente a una base de datos de profesionales de turismo de Argentina como de toda la comunidad de América. ¿Qué tan importante es la incorporación de la tecnología?

- Es fundamental, es maravillosa. Cuando comenzó todo creamos muchos grupos de WhatsApp con los guías, con el personal de la oficina, con los operadores que nos venden y demás. El espíritu de equipo y la sensación de querer ayudar siempre fue vital, porque sentíamos que no estábamos solos en un momento tan complicado. Tenemos varios proyectos en mente que aún no podemos anunciar, aunque estamos trabajando en ello. Siempre hay que avanzar y aportar más ideas. 

- ¿Qué balance hacés de todo este tiempo que llevás trabajando en el ámbito del turismo?

- Desde 1979 que organizo viajes, empecé con 19 años. La vida es larga, compleja y bonita. El turismo cambió muchísimo. Aún en mi juventud era una actividad minoritaria enfocada para un segmento muy particular. Fue hermoso ver cómo fueron cambiando las caras de los turistas. En un principio pensaba que eran de raza blanca, vivían en Europa, Estados Unidos o a lo sumo muy poco de América Latina, y hoy en día es soñado ver gente de distintas naciones, de todos los continentes. Es cierto que el turismo afronta problemas por diferentes cuestiones, porque siempre corre riesgos fuertes. Hay segmentos puntuales como el turismo de selfies, el de moda, de prestigio social, y realmente asombra cada uno de ellos. El turismo siempre existirá, de eso no tengo dudas. 

- ¿Cómo imaginás que serán tus próximos años?

- Respecto a mi futuro, lo tengo muy en claro, la vida va pasando. Soy de las personas que piensan que hay que marcharse a tiempo, cuando son las propias facultades físicas y mentales las que indican que hay que dar un paso al costado. Tal vez no hay que irse del todo, pero sí dejar la gerencia, la mayor responsabilidad a personas totalmente preparadas. Mi contrato es hasta diciembre de 2021. Había pensado terminar mi vínculo a fines de este año, pero no puedo hacerlo en esta situación, es imposible. Voy a seguir en Europamundo, pero tal vez haciendo lo que más me gusta, que es el diseño de rutas. En la parte más de gestión seguramente seguirá Alejandro de la Osa, nuestro director comercial, Hoy en día se busca eso: más juventud, más energía, más tecnología. Igualmente, mi pasión por mostrar el mundo no va a acabar. Nací con ella y moriré con ella.

- ¿Cuál es el mensaje que se le transmite al agente de viajes ante este presente que se está viviendo?

- El primer concepto es el más importante. No deben desanimarse. Es fácil tirar la toalla y no seguir. Es simple tener miles de angustias. Sin embargo, los que dejan de nadar son los que se ahogan. La pandemia lamentablemente nos superó a todos, y si una empresa atraviesa un mal presente no es por culpa del director o del gerente. Sin embargo, es el momento de ayudar. Hay que sentir orgullo, incluso aunque mueras en el intento, porque se ha luchado. Deben seguir, sobrevivir y no deben parar en ningún momento. No deben cargar el peso de la culpa  deben apoyarse entre todos.

- Por último: ¿qué significa viajar para vos?

- Yo siempre digo que no soy un empresario, porque son personas que quieren colocar una empresa para hacerla crecer. Yo simplemente soy un viajero, y para poder serlo, armé una compañía. es una pasión, y es muy bonito percibir las emociones intensas que siento cada vez que conozco lugares nuevos. Ni hablar si es algo desconocido, es aún más fantástico. La emoción de viajar es descubrir, no es comprobar que una foto que hemos visto corresponde a lo que tenemos enfrente. Cuando encuentro un sitio que me gusta, no pienso tanto en mí, sino que imagino que les va a encantar a mis viajeros. ¡No lo puedo evitar! Llevo años enteros viajando y pensando qué les va a gustar y qué no. Todos estos sentimientos describen mi maravillosa profesión.