El Gobierno nacional se debate entre darle continuidad a los vuelos de repatriación o levantar las operaciones en Ezeiza para evitar la propagación del virus. 

El canciller argentino, Felipe Solá, sacudió el avispero el domingo pasado, cuando declaró que era cuestión de tiempo para que Argentina cierre sus fronteras definitivamente, inclusive para aquellos ciudadanos que esperan a ser repatriados en diferentes países del mundo. En diálogo con radio Mitre, el funcionario vaticinó que la medida se podría tomar la próxima semana: "Habrá un momento en que se dirá: 'Basta, no entra más gente'. Eso lo va a decidir el presidente y es una cuestión sanitaria. También tenemos que cuidar a los que están acá. Se va a quedar la mínima cantidad de gente afuera". A su vez, le contó a Radio 10 que ya les enviaron cartas a los consulados del mundo para notificarles que habrá argentinos que deban permanecer allí un tiempo más.

Eso, por supuesto, encendió las alarmas en miles de familias argentinas, ya que muchas esperan por la llegada de sus seres queridos, quienes aún aguardan a ser rescatados. Por eso, el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, salió a bajarle varios tonos a las declaraciones de Solá y desmintió que estén analizando seriamente el cierre del Aeropuerto Internacional de Ezeiza: "Eso no está previsto y hoy tampoco está en análisis. Su operatividad se mantendrá vigente mediante los vuelos de repatriación. De ser necesaria una medida de esas características, se notificará con tiempo y de manera oficial. La posibilidad de un cierre por cuestiones sanitarias la evaluaremos eventualmente con el canciller, y con la decisión del presidente".

Por su parte, Alberto Fernández también se mostró muy crítico con la gente que decidió irse de viaje después del 13 de marzo, fecha en la que se anunció la prohibición de recibir vuelos desde el exterior. Durante una entrevista con La Peña de Morfi, en Telefé, sostuvo: "Más de 20.000 personas se fueron después de que avisé que había una pandemia y que se frenaba todo. Muchos de ellos me pidieron que los traiga urgente. Eso es una prueba de la desaprensión que hay". 

Más allá de eso, las posturas contrapuestas que se generaron puertas adentro del Gobierno, y que quedaron evidenciadas con las declaraciones de ambos funcionarios, parecen demostrar que el debate sobre un posible cierre de Ezeiza empieza a instalarse dentro de la agenda oficial. De hecho, el Ministerio de Transporte anunció ayer por la mañana que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) buscará dosificar la cantidad de vuelos especiales que ingresan actualmente al país, con el objetivo de reducir la cantidad de gente que se acumula en los espacios comunes de la terminal aérea y "para no llegar al cierre". "ANAC, junto a las autoridades de la cartera de Salud, estableció nuevos tiempos y cantidades diarias de operaciones para dosificar el ingreso de ciudadanos al país ante la necesidad sanitaria de control, y también para lograr un mejor trabajo en la recepción de cada avión", adujeron.

Mientras tanto, en Aerolíneas Argentinas continúan con los vuelos especiales a distintos destinos del continente y del resto del mundo. En ese marco, comunicaron que ya lograron traer de regreso a más de 25.000 personas entre operaciones regulares y sanitarias ejecutadas desde el 13 de marzo.

Vehículos particulares, habilitados

Hacia el final de la semana pasada, la cartera nacional de Transporte decidió permitir el ingreso de automóviles particulares al Aeropuerto Internacional de Ezeiza para que la gente retire a su familiares repatriados y que "todos puedan cumplir el aislamiento social, obligatorio y preventivo en su domicilio". La autorización se realizará luego de que los interesados completen una declaración jurada, que se puede descargar de manera online, con los datos del vuelo, pasajeros, dirección en la que se hará la cuarentena, así como nombre, apellido y DNI del conductor, placa del vehículo y un teléfono de contacto.

Además, hasta el domingo se desplegó un operativo de combis y micros para trasladar a los recién llegados hasta sus provincias de origen.