El presidente y consejero delegado de Boeing, Denis Muilenburg, afirmó que los 737 MAX volverán a estar operativos a finales de año y que eso permitirá que, en 2020, la producción mensual de estas aeronaves suba a 57 mensuales.

En una conferencia en Nueva York organizada por la firma Jefferies, Muilenburg insistió en que la prioridad ahora es devolver a los 737 MAX al servicio, para lo que están trabajando en una reforma del software del avión y que esta tiene que pasar los controles reguladores correspondientes.

"Estamos trabajando en una actualización del software, terminándola, trabajando con los planes de certificación que esperamos enviar en septiembre para una vuelta al servicio de los MAX a principios del cuarto trimestre", aseveró Muilenburg. 

La empresa lleva cinco meses sumida en una profunda crisis de reputación después del accidente de uno de sus modelos más vendidos. La falla que produjo la caída de dos aeronaves semejantes  se localizó en el software de control de vuelo que se activó por una información "errónea" del sensor del "ángulo de ataque" y, ante la incapacidad de los pilotos para desactivarlo, todo terminó en catástrofes.

Muilenburg arrancó su intervención recordando a las "familias y comunidades" afectadas por los accidentes, pidiendo disculpas y asegurando que ambas desgracias pesan en una empresa para la que "nada es más importante que la seguridad de los pasajeros".

El máximo ejecutivo reconoció algunos riesgos en el calendario que maneja, debido a la necesidad de que la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés), así como otros reguladores en todo el mundo aprueben la modificación del sistema de control de vuelo y permita a los 737 MAX volver a los cielos.

El escenario con el que trabajan es el de mantener la producción de estas aeronaves 737 MAX en 42 mensuales -hasta abril fue de 52-, para arrancar 2020 fabricando 57 de estos modelos al año. En función de las decisiones de los reguladores, se podrían tomar otras medidas como la de rebajar de nuevo la fabricación o incluso paralizarla por completo.

Boeing sigue con más de 4.400 pedidos pendientes de este modelo y ahora hay casi 500 naves sin permiso para volar. Respecto a estas últimas, Muilenburg subrayó que están trabajando con aerolíneas de todo el mundo, no solo produciendo materiales de formación y entrenamiento, sino también garantizando el buen estado de las mismas y su mantenimiento, para que estén en buen estado una vez se permita su vuelta al servicio.

Los resultados de su último trimestre, el primero en pleno escándalo, fueron los peores de su historia, con unas pérdidas de 2.942 millones de dólares por los costos de la paralización de su flota. En esas cuentas ya habían previsto un cargo de 4.900 millones de dólares, aunque hoy aseveró que ese costo adicional sería "en varios años".

"Sabemos que conseguir de nuevo la confianza del público va a llevar tiempo, pero estamos seguros de que con la actualización del software el 737 MAX será uno de los aviones más seguros que jamás haya volado", aseguró Muilenburg.