¿Cómo ves a la industria en 10 años?

La veo cada vez más enfocada en Internet, con la autogestión del pasajero que pasará a ser un socio estratégico. Todas las integraciones con los proveedores, los inventarios dinámicos y demás tendrán su importancia, también. No veo tanta intervención de las agencias de viajes en sus roles tradicionales. Van a seguir adaptándose a esta nueva era.

¿Cuándo te sentiste más orgulloso de tu accionar profesional?

Cuando hay alguna situación límite y logro resolver el conflicto con éxito junto a mi equipo de trabajo. Recuerdo puntualmente un paro de Aerolíneas Argentinas que coincidía con una salida grupal de quinceañeras, y estuve todo el día peregrinando en el aeropuerto hasta que logré que la aerolínea brinde una respuesta y levante el paro. Nos trajeron un avión desde Buenos Aires a Córdoba, para llevar a los pasajeros para Ezeiza. Eran más de cien, y logré que la salida fuera ese mismo día. Fue en 2005, y fue una situación muy estresante y satisfactoria a la vez, porque pudimos cumplir con lo que habíamos convenido. Si bien no dependía de nosotros, fue espectacular poder resolverlo con éxito.

¿Cuál es la mejor parte de tu trabajo?

Hacer bien las tareas, y no tener quejas. En mi parte, en el área de cobros y pagos, al no tener quejas de los proveedores y que estás abonando en término las reservas, o de las agencias, que les estás cobrando bien y no se les reclama el pago de un ítem en reiteradas ocasiones. Todas estas acciones reconfortan, sin dudas.

¿Y la peor parte?

Los reclamos me tiran abajo. Cuando no se hacen bien las tareas, y no depende de uno. Somos un eslabón en una cadena, y por ahí puede fallar algún proceso. Nosotros somos la cara visible ante el pasajero y la agencia de viajes, y no es por un tema de responsabilidad, porque no la esquivamos, al contrario. Uno es responsable, pero a veces piensan que la culpa es de uno, como si quisiéramos causar un problema. Afortunadamente no son tantos y tratamos de hacer bien las cosas.

¿Qué cualidades debe tener un líder empresarial?

En este país, la perseverancia y el optimismo. Debe tener la oportunidad de ver más allá de la próxima crisis. Acá siempre son recurrentes las crisis, y lo importante es ser optimista, desde mi visión. A largo plazo, creo que la situación actual va a mejorar, porque así como son repetitivas las crisis, las recuperaciones también toman cierto protagonismo. 

¿Cuando vas a una feria internacional, ¿qué hacés puntualmente?

Primero me registro, y después, trato de cumplir con todas las citas. La agenda está muy cargada siempre.

¿Qué significa Juan Toselli International Tours para vos? ¿Cuáles considerás que son las principales fortalezas?

Estoy más tiempo con mi equipo de trabajo que con mi familia, así que la compañía, para mí, es un segundo hogar. Creo que todos pasamos más tiempo acá que en nuestras casas. La principal fortaleza es el gran equipo que tenemos y cómo marca la diferencia. Algunos empujan más, otros menos, pero es importante contar con gente de confianza para cumplir los objetivos.

¿Cuál fue tu primer trabajo?

Acá, en la empresa, hacía cadetería. Toda mi trayectoria la hice acá. Era cadete, y arranqué llevando tickets, documentación, y demás.

¿Qué es lo que no te puede faltar cuando salís de tu casa?

El celular. Es indispensable. Mi mujer me reta a veces porque en vacaciones chequeo constantemente el teléfono. La billetera es otro elemento fundamental.

Si tuvieras que comer una sola comida por el resto de tu vida, ¿cuál elegís?

Hamburguesas. Soy como Wimpy, el personaje de Popeye.

Cuando eras chico, ¿qué soñabas ser de grande?

Quería ser piloto de aviones. En aquel entonces miraba las películas del estilo Top Gun, y fantaseaba con dar vueltas por el aire. También me gustaban los aeropuertos, uno idealiza todo eso. Ya de a poquito le empezaba a agarrar el gustito a los viajes inconscientemente. 

¿Cuál es la canción que sabés de memoria?

“Disparo de Nieve”, de Silvio Rodríguez. De afuera me gusta mucho Live, una banda estadounidense de rock alternativo.

¿Cuál es tu película favorita?

El Padrino. La primera, con Marlon Brando como protagonista. Me gustan mucho las películas de mafia.

¿Cuál fue el mejor regalo que hiciste?

Una cadenita de oro que le regalé a mi mujer cuando se recibió. En realidad es más por lo emotivo y por lo que significaba, no tanto por el valor económico. Tenía las iniciales de ella.

¿Y el mejor presente que recibiste?

El que más recuerdo es un auto, cuando alcancé la mayoría de edad. Yo ya estaba trabajando, y con el coche podía movilizarme. Compraron un segundo auto en mi familia, y lo pusieron a mi nombre. Fue un gran presente de cumpleaños. No me lo olvido más, me tocó manejar un Peugeot 106 color gris plata.

¿Cuál era tu apodo en el colegio?

“Juanchi”. A veces me llamaban Juan, o Juani, por Juan hijo, pero quedó “Juanchi” en la primaria.

¿Cuál es el plato de comida que cocinás con más frecuencia?

Ninguno. No sirvo para eso. Cocina la tengo previa, no la rendí nunca ni la cursaría. No sé prepararme ni un té. Mi mujer es la que se ocupa de todo eso. No me interesa ni me gusta. Me encanta comer, pero prepararme algo, no.

¿A quién admirás?

No tengo una persona para elegir con nombre y apellido sinceramente. Hay muchos ejemplos de gente que logró superar verdaderos obstáculos, y creo que nunca podría haber transitado el mismo camino que ellos. No te voy a decir ni Nelson Mandela o Mahatma Gandhi simplemente porque jamás podría haber hecho lo mismo que hicieron ellos. Hay personas más “humanas”, como un empresario, como esos que salen en los diarios que arrancan con muy poco dinero, y con el correr del tiempo, se transformaron en verdaderos referentes con negocios multimillonarios.

¿Qué preferís tomar junto a las comidas?

Una cerveza. Mi preferida es la IPA. Patagonia es una de mis favoritas.

¿Tenés algún destino pendiente para conocer?

Sí, Nueva Zelanda. La isla Sur y la Norte tienen mucho para ofrecer, y me gustaría viajar en algún momento para recorrer todo el país.

¿Cuál fue el último libro que leíste?

Justo terminé de leer “El Mar sin Fin”, de Roger Crowley, y trata sobre la evolución del imperio portugués. Ya había visto otras obras del autor, y explica la historia de una forma muy didáctica. 

¿Qué te gusta y qué no te gusta de las redes sociales?

En su momento, me encantó poder estar en contacto con gente con la que uno no podía hablar tan seguido por las distancias, principalmente. Eso es algo muy positivo. Poder reencontrarte con gente que no veías hace 20 años, por ejemplo. 

Lo malo y lo negativo es la difusión de noticias falsas, con una ola de rumores que se esparcen sin ningún tipo de control, y todo el daño que pueden causar.

¿Recordás qué fue lo último que te compraste en ropa?

Una campera.

¿Con qué celebridad te gustaría pasar un día?

Me encantaría poder conocer y hablar con los fundadores de Google. Me gustaría que me cuenten cómo se les ocurrió armar una herramienta tan útil. Sería muy interesante poder conocer sus historias.

Si pudieras mudarte a otro país, ¿a dónde te irías?

Un lugar al que fui y me gustó mucho fue Australia, por el orden, la prolijidad de todo, la baja de criminalidad y el desarrollo. Me iría para allá sin dudarlo, porque es un lugar muy bueno para vivir. 

¿Qué evento deportivo o espectáculo te gustaría ir a ver?

Quizás un partido de fútbol en Europa, alguno de la Champions League. Hincho por Barcelona, por Messi. En su momento me gustaba mirar a Fiorentina, por Batistuta, o Nápoli, por Maradona, aunque era más chico en esa época. Lo mismo me pasaba en el básquet, cuando jugaba San Antonio trataba de mirar los partidos por Ginóbili.

¿Cuál es la última película que fuiste a ver al cine?

Hace mucho con mi mujer a ver “Relatos Salvajes”.

¿Preferís ser comandante de avión o capitán de crucero?

Comandante de avión, sin dudas.

¿On Demand, Netflix o YouTube?

Netflix. Me gusta tener la posibilidad de mirar películas y series por completo, y es más didáctica. Es una de las opciones que me gusta tener a mi alcance. 

¿Hamburguesas gourmet o sushi?

Hamburguesas, toda la vida.