CAPITULO I: BARCELONA – El sabor de Cataluña

Entre paellas, mariscos y su famoso pan con tomate, la capital catalana abunda en propuestas gastronómicas ofreciendo visitas imperdibles. En la ciudad, se respira arquitectura e historia con lugares simbólicos como la Sagrada Familia, el Museo Picasso y el Museo de Arte Contemporáneo. No puede faltar un paseo por las Ramblas y una visita al barrio del puerto de Barcelona que fue completamente renovado para los Juegos Olímpicos de 1992, y se convirtió en un centro lleno de bares, discotecas y restaurantes. Sus ofertas son un claro ejemplo de las maravillas de la cocina mediterránea que unen mar y montaña. Con una fuerte conexión a la tradición, es uno de los destinos claves para los viajeros amantes de la comida.

CAPITULO II: MARSELLA – Cocina fusión frente al Mar 

También llamada la “ciudad mariposa”, Marsella es la más soleada de Francia y el sitio perfecto para conocer las mejores influencias culinarias de Europa en pleno corazón de la glamorosa Costa Azul. Recorrer su mítico puerto es un must, y vale la pena visitarlo desde el ferry que sale del ayuntamiento, donde se encuentra la antigua iglesia que reemplazó el palacio de los templarios. Además, las Calanques es uno de los escenarios más románticos del mundo y recorre barrios étnicos donde se pueden degustar deliciosas pattisserries, descubrir el mítico licor pastis y saborear una boullabaise frente al mar. 

CAPITULO III: GÉNOVA – Un final, alla`italiana

Y, finalmente, en el recorrido del Costa Mágica, no podía faltar la parada en el país cuya riqueza culinaria es celebrada alrededor del mundo. Aquella que nos recuerda a la comida casera de nuestros antepasados. Suspendida entre cielo y tierra, Génova ofrece una variedad de opciones para los turistas desde Plaza Raffaele de Ferrari, en el centro financiero popularmente conocido como la “city”, hasta los palacios Rolli de estilo renacentista y barroco. Pero es imposible conocerla en todo su esplendor, sin degustar los sabores icónicos que la destacan. El famoso “Pesto alla Génovese” o los “Ravioli al tocco”, protagonistas de la auténtica pasta italiana, son ideales para que apasionados de la buena comida disfruten de una verdadera experiencia alla’italiana.

Este año, semana santa se podrá disfrutar con Costa Cruceros, navegando por el mediterráneo y descubriendo los célebres sabores que hicieron famosas a sus localidades.