Durante la semana se conoció una nueva estafa por medio de una agencia de viajes. Aunque, en rigor a la verdad, fue una persona la que perpetró el fraude, aunque involucró a varias empresas. De hecho, el caso tomó estado público porque uno de los damnificado fue la Selección Argentina Universitaria de Futsal. “Cuando uno va a cualquier prestador de servicios, aunque sea un restaurante, tiene que tomar los recaudos necesarios”, explica Fabricio Di Giambattista, presidente de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT), al respecto. Y si bien es consciente de que nadie es infalible y que puede ocurrir, es “inconcebible” entregarle tanto dinero a una persona desconocida y sin referencias, “alguien que pasa por la calle”. Además, aclara: “Como consumidor, eso es una falta”.

El caso

Los jugadores de la selección argentina universitaria de fútbol de salón fueron estafados al querer organizar el viaje para disputar el Mundial, de agosto, en Kazajistán. Como la Federación Deportiva Universitaria Argentina (FeDUA) no contaba con los fondos suficientes para solventar los gastos, ellos se hicieron cargo de la organización.

El delegado del equipo, Emiliano Gordin, contó: “Buscando precios en distintas agencias llegamos a ésta que manejaba números más baratos que otras. Incluso viajamos a mundial de Rugby Sevens en Namibia con pasajes que les compramos a ella. Todavía no lo podemos creer, es un golpe muy duro para el equipo”.

Para lograr el objetivo, se organizaron rifas, fiestas y partidos a beneficio para recaudar los 75 mil pesos que cada integrante debería poner para costear el viaje a Almaty. Finalmente, lograron juntar el dinero y fueron estafados, junto con otras dos mil víctimas.

De acuerdo a Gordín: “El plantel se enteró de la noticia estando en San Pablo, a un día de debutar en los Juegos Panamericanos Universitarios, evento que servía de preparación para el mundial”.

A raíz de esto, desde FeDUA lanzaron una campaña solidaria y pidieron colaboración a la sociedad en general, así como organismos gubernamentales, empresas y organizaciones de la sociedad civil.

Rocío Martínez, la acusada, fue detenida esta semana. Según trascendió, comercializaba paquetes turísticos con precios que iban desde los 500 dólares a Cancún, Egipto y Orlando. Además, decía representar a las agencias Mega Travel, Domina Tour, Terra Nova, Mil Vueltas, Aero SRL, Trip Bye y La Plata Viaja.com. De hecho, esta última se desligó de la situación, y publicó en su cuenta de Facebook que era uno de los perjudicados por esta supuesta agente de viajes freelance.

Buscarle la vuelta

Para el presidente de FAEVyT hubo ingenuidad en lo que respecta a la contratación. E informa que tanto el Ministerio de Turismo de la Nación como la entidad que dirige, realizan campañas dirigidas al consumidor final, para alertar sobre estas posibilidades. “Las mismas agencias informan eso. Son nuestros verdaderos voceros en ese sentido. La institución también lo refrenda en cada oportunidad”.

Y bien no está dentro de las facultades de la FAEVyt regular el andar de los establecimientos, Di Giambattista cuenta que en el último CAF se habló con el MinTur la posibilidad de hacer cambios en la Ley de Agencia de Viajes, para así tener otro tipo de fiscalización. De hecho, explica que en el país estamos bastante avanzados en la materia, por lo menos en comparación al resto de la región.

En relación a esto, cita un caso emblemático para la actividad, que fue la incursión de Mercado Libre. En su momento, la plataforma llegó a ofrecer paquetes sin demasiadas restricciones y controles. Por medio de gestiones, se logró que el gigante electrónico no comercialice si no hay detrás un legajo que respalde la operación. De lo contrario, se daría la baja la publicación.

Aunque no son todas buenas. “En las redes hay mucha oferta informal”, indica y explica que Facebook es un gran ejemplo de ellos. “No hay soluciones automáticas, hay que buscarle la vuelta”.  

Un consumidor osado

Al momento de hablar de mecanismo de seguridad, el presidente de la FAEVyT indica que hay dos que son claros e inequívocos. El primero, y antiguo, es cerciorarse que la empresa cuente con número de legajo. Por otra parte, está el nik de la web a la que suben su información, el cual debe incluir “.tur.ar”.

“Funcionan, porque están actualizados directamente por el MinTur, ya que sin legajo, no puede haber dominio”, agrega. Sin embargo, reconoce, hay que educar al consumidor local. “En términos generales, es muy osado”.