La semana pasada se difundió un video en el que el piloto de una nueva compañía aérea argentina, que desde sus inicios da mucho que hablar, realizaba tareas poco habituales.

El hombre en cuestión fue filmado entrando y saliendo de la aeronave, mientras intentaba reparar el sistema de frenos a través del seguimiento de un mecánico de la compañía... ¡vía telefónica! Resulta que la compañía low cost no posee técnicos en el aeropuerto de Neuquén (en donde sucedió este hecho) para realizar estos trabajos. El problema es que ninguna persona que no sea certificada por el fabricante de la aeronave puede reparar alguna falla por más mínima que sea... a menos que el piloto tenga un título de mecánico de Boeing. ¡ANAC, teléfono!

En el periodismo vernáculo existen los periodistas que van a los eventos a trabajar de verdad y por otro lado están los famosos sangucheros que sólo saludan a un par para luego dedicarse de lleno a comer como si no hubiera un mañana. Pero últimamente se ha notado la presencia de una nueva especie: el periodista que no es tal y que no sabe para qué va, pero aún así habla como si supiera. Si bien la censura no es la solución es preferible pasar por tímido y callado antes de parecer un bol... delante de los presentes.

Es sólo un consejo, ¡con amor!

La oferta que no fue pero que cerca de 300 avispados buscadores de tarifas aéreas baratas podrán disfrutar. Como título de película es largo pero es lo que sucedió el jueves pasado con una de las grandes OTAs que publicó una oferta de vuelos a Barcelona con el 90% de descuento que rápidamente se difundió y varios cientos compraron sin dudar. A diferencia de una aerolínea norteamericana que sufrió un error parecido pero desconoció las compras, la OTA dijo que respetará a quienes van a disfrutar de la ciudad Condal por menos de 6000 pesos.

¿porqué no avisaron antes?

Se dice por ahí que han visto a un funcionario de una provincia del Norte argentino por las calles de Buenos Aires aunque pocos pudieron reconocerlo. Los que recordaban su elegancia de antaño se sorpredieron al verlo en ropas cómodas, casco y bicicleta sorteando las ruidosas calles del Microcentro.

En un descanso obligado de tanto pedaleo confesó que, además de manejar mucho mejor el estrés, se ha acomodado tan bien a las costumbres locales de su nuevo domicilio que se traslada a todos lados con las dos ruedas, ya que es más rápido y ecológico. Eso sí, las subidas y bajadas de las callecitas salteñas le están tonificando tanto los músculos que ya está por animarse al Tour de France 2019.

¿Será así?