El segundo día de la WTTC tuvo, entre varias charlas, un eje temático muy especial: las comunidades como centro de desarrollo turístico. Para debatir el tema, un panel de expertos contó diversos casos, como el de Nueva York, el de Filipinas o el de Buenos Aires.

Pasado el mediodía del jueves, el foro tuvo su epicentro en la charla acerca de cómo poner a las comunidades en el centro del desarrollo turístico. La misma fue moderada por Tim Willcox, presentador de noticias de la BBC, acompañado de un panel que compuesto por Nikolina Angelkova, ministro de Turismo de Bulgaria; Fred Dixon, presidente y CEO de NYC and Company; Katie Fallon, Global Head of Corporate Affairs del Hilton; Gonzalo Robredo, presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires; y Wanda Teo, secretaria de Turismo de Filipinas.

Para iniciar el debate, Willcox ejemplificó la importancia del desarrollo de las comunidades, con un pequeño fragmento del libro “Voces del viejo mar”, escrito por Norman Lewis a finales del siglo XIX: “Es uno de sus mejores libros, y cubre los tres años que pasó en una comunidad pesquera en la Costa Brava, en España. Y el vio el cambio de estos pueblos, de un pueblito pesquero a un lugar turístico para los europeos occidentales”, inició. Al comentar cómo un pescador se vio tentado para convertir su negocio en un emprendimiento turístico, generando un aluvión de pasajeros alemanes, leyó: “Queda claro que el aislamiento cultural de España estaba en su fin, superado por la gran invasión foránea del norte, del dinero y de las libertades”. “España se convirtió en el país turístico más visitado del mundo y, lentamente, a medida que llegaban los extranjeros, su estilo de vida se vio alterado más en esa década que en el siglo anterior”, finalizó, dando inicio al debate.

Desarrollar una comunidad

Las alternativas para el desarrollo son diversas, y eso se pudo ver reflejado en el amplio espectro de la charla. Por ejemplo, desde el Hilton buscan captar talentos locales, según explicó Fallon: “Tenemos la prioridad de incorporar a las comunidades en nuestro viaje, aunque esto puede llevar meses o años, hasta que llegamos a abrir un nuevo hotel”. Pero, cuando eso sucede, la concentración está puesta en una prioridad: “Tratamos de capacitar y reclutar talentos locales, con un foco particular en los jóvenes. Nosotros organizamos nuestra cartera alrededor de una plataforma de responsabilidad, es decir, todos los que quieren abrir un hotel con nuestra marca, deben compartir nuestra visión”. Para el ejemplo de la Ciudad de Buenos Aires, la atención se centra en los vecinos: “Desde el principio, cuando empezamos con el equipo, comenzamos a contactarnos con los diferentes barrios y los vecinos para que nos dijeran qué era lo que pasaba en cada barrio”, dijo el presidente del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, al hablar acerca de las reuniones que mantuvieron con los ciudadanos. Además, agregó: “Queremos saber sobre las atracciones de cada lugar, pero también quiénes son ellos, cuál es su identidad. Esta es una ciudad enorme, tenemos diferentes barrios con diferentes identidades, con lo cual, fue un proceso fascinante”. De todas formas, la alineación turística aún no presenta consecuencias negativas en los porteños, como se vio en otras ciudades del mundo. “La saturación todavía no es un problema en Buenos Aires. Pero el turismo está creciendo, nos estamos preparando”, sentenció.

Otras ganancias del destino

En otro transcurso del debate, el moderador inquirió acerca de las formas en las que la vida de una ciudad puede modificarse, gracias a las ganancias recibidas por su industria turística. “Nosotros tenemos una ley de turismo que especifica dónde y cómo se deben gastar los impuestos relacionados con esta actividad”, desarrolló la ministra de Turismo búlgara. “Van a los presupuestos municipales, pero además el gobierno municipal está obligado a gastarlo en la comunidad local, para crear nuevas conectividades, rutas. Todo hay que gastarlo en la región. Entonces, es para beneficio de la comunidad local, de la industria, de todos”, añadió.

A su vez, Angelkova también habló del sector privado: “Las inversiones privadas son privadas. Y nosotros alentamos la rehabilitación, demolición de los edificios viejos para construir nuevos”. “Damos muchos incentivos en términos de un régimen fiscal muy favorable, nuestro impuesto corporativo es del diez por ciento, incluyendo todos los impuestos”, finalizó. Como contrapunto, Robredo comentó: “Para nosotros, es un poco contraintuitivo cobrar un impuesto especifico a alguien que nos elige como destino. Parece un castigo, más que un incentivo. Entonces, si lo vamos a hacer, hay que comunicarlo realmente bien. Porque tienen que estar cien por ciento seguros de cuál será el destino de ese dinero”.

“A veces, los locales pueden verse irritados cuando llega mucha gente. Es un tema que tenemos en mente hace muchos años, y creemos que la prevención es más importante que la cura. Pero tenemos mucha suerte, porque tenemos un crecimiento estable en el turismo en la última década, hay muchos hoteles nuevos”, agregó por su lado Dixon, al hablar de la ciudad de Nueva York. “Desplegamos muchas estrategias, pero era claro para nosotros que teníamos que incorporar a la comunidad local en este viaje, y que entendieran que ellos juegan un rol en el turismo, que la actividad iba a impactar en sus hogares”, agregó, previo a desarrollar sus iniciativas. “Aprendimos sobre gestión de destinos, cosas que nunca pensamos que íbamos a tener que necesitar. O manejo de fuerza laboral. Prestamos mucha atención a los talentos locales para que tengan una carrera en el sector turístico, porque vimos que la industria del turismo estaba reclutando gente de afuera del mercado”.

El caso búlgaro

Según explicó Angelkova, la industria turística de Bulgaria está recibiendo más inversiones, como por ejemplo, en la costa del Mar Negro, o en su capital, Sofía. “El turismo en Bulgaria ha sido el principal objetivo en los últimos años. Lo que hicimos fue dividir la región en nueve organizaciones de gestión de destino. pero de una forma muy particular. Por ejemplo, hay dos en la costa del Mar Negro, una en el norte y otra en el sur, y la comunidad local se involucra, porque son parte de los municipios. Para cada propuesta hay una consulta publica”, sostuvo.

Luego, para ejemplificar este último punto, dio detalles en particular: “Si vamos a construir un resort, se hace una consulta publica con respecto al permiso de construcción. Reunimos a la gente y hablamos de los problemas, de cuáles serían los beneficios para la sociedad local y cuántos puestos de trabajo se crearían. Y, la gente se involucra en el proyecto”. Además, también incluyó la situación en cuanto a la población: “Vemos si todo será suficiente para que las familias se queden a vivir en la costa del Mar Negro, porque hay una tendencia, y es que la capital está sobrepoblada. Entonces, el objetivo del ministerio es distribuir a los turistas en el interior del país también”, finalizó.