Cuando los destinos sufren algún tipo de catástrofe, el turismo suele mermar y las economías son un flanco vulnerable. ¿Cómo vuelven a ser los mismos de antes una vez que la situación se normalizó?

Un destino pujante, puede tranquilamente volverse en un sitio al que es preferible evitar. Los motivos pueden ser variados y van desde lo natural -como huracanes o inundaciones-, hasta pandemias o ataques terroristas. Una vez que estas crisis pasan, los sitios afectados en primer término deben ocuparse de su gente y de brindarles herramientas que permita tranquilizarlos y asistirlos en lo que haga falta. Luego de esto llegan los efectos colaterales, porque si bien la crisis pasa, es difícil que la economía encuentre una recuperación en lo inmediato, aunque esto también depende de la ubicación del destino.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) está trabajando para garantizar que las organizaciones del sector público y privado puedan desempeñar su parte en situaciones de crisis. Con este fin, los miembros del WTTC identificaron recientemente la gestión de crisis, la preparación y la recuperación como prioridades estratégicas clave.

Con este fin se llevó a cabo el panel “Planificación y gestión de una crisis”. El mismo estuvo moderado por la periodista Kathleen Matthews y contó con la participación de Peter Jan Graaff, Director Global Initiatives de WHO Health Emergency Programme; Najib Balala, Cabinet Secretary for Tourism de Kenya; Sean Donohue, CEO de Dallas Fort Worth International Airport; y Cathy Tull, CMO de Las Vegas Convention and Visitors Authority.

Todos estos expositores comentaron acerca de las realidades que sus destinos vivieron y cómo influyó en la actividad turística.

Por su parte, Peter Jan Graaff contó su experiencia de trabajo en África en plena pandemia del Ébola y aseguró que muchas veces es peor el contexto político y social que la propia enfermedad, ya que la economía se pone en riesgo y eso conlleva un efecto dominó que puede sumergir a cualquier país en una crisis constante.

A su turno, el director del Aeropuerto Internacional de Dallas, Sean Donohue hizo hincapié en la importancia de estar preparados, realizando simulacros y capacitaciones constantes con el fin de aminorar los riesgos en caso de algún accidente o ataque.

La diferencia está en la ubicación

El 1ero de octubre de 2017, Las Vegas sufrió un tiroteo masivo mientras se llevaba a cabo un concierto. El saldo fueron 59 muertos y 500 heridos. Luego del shock, según explicó Cathy Tull, el destino tuvo una pequeña baja en las visitas y ellos decidieron quitar todas las promociones del destino, en señal de respeto. Pero, tan sólo unas semanas después, los viajeros volvieron a confiar en el destino y Las Vegas volvió a su clima habitual, aunque con una herida latente. En este caso la comunicación fue fundamental para transmitir seguridad entre la población y los turistas que se querían acercar. Además, según comentó la ejecutiva, la renovación constante del plan de comunicación de crisis fue un gran acierto. Luego de algunas semanas posteriores, decidieron hacer una campaña de promoción bastante fuerte en la que se incluía testimonios de visitantes contando por qué elegían Las Vegas y con esto definitivamente el destino se volvió a posicionar.

Un caso muy distinto es el de Kenya. Najib Balala hizo referencia a que los incidentes se pueden producir en cualquier lugar y en cualquier momento y que Kenya tiene la misma posibilidad de ser atacado porque “hacemos las cosas bien, somos democráticos, apoyamos los valores correctos, entonces somos un blanco”. La economía del país africano no es la misma que la de Estados Unidos, por lo que un ataque como el sufrido en 2013 en un shopping- en el que hubo 39 muertos-, puede dejar al destino en ruinas con sus efectos colaterales.

“Tenemos un excelente destino lleno de vida silvestre, playas, pero un día nos despertamos y vimos el secuestro de un turista hace siete años. luego en 2013 tuvimos el ataque en el shopping, pero el problema es que no se trata del incidente, sino de las dobles tragedias que se produjeron. Murió gente sí, pero después tuvimos grandes dificultades económicas. Hay personas que pierden su trabajo por ejemplo y no tenemos solución alternativa para ellos”, explica Balala. ¿Pero por qué sucede esto? Según el funcionario, esto se da porque África y los países del tercer mundo en general, tienen una constante exposición al sufrimiento, el boicot y la mala difusión mediática. Uno de los ejemplos con respecto al último concepto, tiene que ver con la propagación del Ébola, y si bien Kenya estaba lejos del foco, todo África fue “demonizado” por Occidente y de esta forma volvieron a sufrir una crisis económica que los condena por muchos años. “En París tres semanas después de los atentados, todo el mundo se puso en solidaridad con ellos, pero cuando sucedió algo parecido en nuestro país, los asesores de turismo sólo se dignaron a decir que no vengan a visitarnos”, esgrime Balala y agrega que en su caso la resiliencia es mucho más larga y que recién ahora están saliendo a flote, aunque aún les falta mucho por transitar para tener una economía estable.

Ruanda, honrado y premiado

El país de Ruanda ha sido galardonado con el primer Premio de Liderazgo Global del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC). El premio fue entregado al Dr. Edouard Ngirente, Honorable Primer Ministro de Ruanda, en la Cena de Gala que se desarrolló durante las jornadas de la WTTC.

El Premio Mundial de Liderazgo WTTC será un premio anual que reconoce a los países que no solo han priorizado Viajes y Turismo, sino que han puesto a la sostenibilidad en el centro del desarrollo del sector. Al anunciar el premio en la Cena de Gala en Buenos Aires, Gloria Guevara, presidenta y CEO de WTTC, dijo: “Gran parte del mundo ha oído hablar de Ruanda, pero sobre todo de su problemática historia. En 1994, fue el escenario de uno de los peores genocidios en nuestra vida. Pero desde entonces el país ha pasado de bordear un estado fallido y un cementerio del mundo real a uno de los países más transformados de África, sino del mundo”. A su vez, añadió: “Reconstruido sobre una sólida base de reconciliación e impulsado por la determinación de tener éxito, Ruanda ahora es líder en educación y en responsabilidad ambiental. Su economía es robusta, ayudada por un enfoque en viajes y turismo sostenibles”.

Luego, detalló las cifras de esto: “El país ahora recibe a un millón de turistas al año. Los viajes y Turismo representa el 13 por ciento del PBI del país y el 11 por ciento del empleo. Y la sostenibilidad está en el corazón del crecimiento del turismo. Las iniciativas para proteger a la población de gorilas, única del país, mientras generan importantes ingresos de los visitantes que atraen, así como el establecimiento de parques nacionales para proteger el medioambiente aseguran que el crecimiento turístico beneficie no sólo al medio ambiente sino también a las comunidades que allí viven y trabajan. Es un honor presentar nuestro primer Premio de Liderazgo Global a un país tan inspirador y transformador”.