El Gerente del Ente Trelew Turismo -Entretur- realiza un balance de la temporada estival.

Promediando la temporada de verano, ¿cuál es el balance para Trelew?

Aceptable. Venimos de temporadas que no fueron tan buenas, por lo que estamos atravesando un período de recuperación dentro de los segmentos que trabajamos. Para el verano, que a priori no sería nuestro fuerte, tenemos distintas alternativas ya que somos el sostén del producto sol y playa de todos los balnearios cercanos, como Playa Unión, en Rawson; Madryn y luego Pirámides y Península Valdés. Nuestros propios atractivos y servicios, como el Museo Paleontológico Egidio Feruglio, con el reciente descubrimiento del dinosaurio más grande del mundo (Patagotitan mayorum), cuya réplica se colocó en las puertas de la ciudad; las Capillas y Casas de Té galesas, y ser base de visita a la Pinguinera Punta Tombo apoyan fuertemente la oferta comarcal. Además, somos una ciudad de paso: son varios los que desde el sur viajan hacia el norte, y viceversa. Trelew es un nodo de comunicación y servicio.

¿Cuál es entonces la temporada fuerte?

Dentro de la Comarca Península Valdés, de septiembre en adelante, cuando se intensifica la llegada de las ballenas y llegan los pingüinos. Ahora bien, Trelew en sí suele tener un promedio de ocupación bastante interesante durante todo el año, por ser una ciudad cultural y comercial. Por eso, el mercado nacional es muy importante, ya sean los centros cercanos, Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Desde hace muchos años se está haciendo un trabajo mancomunado en lo comarcal. Tratamos que las temporadas se extiendan, que haya visitantes en varios momentos, que no se concentren tanto en una época del año y en eso ayudan mucho los fines de semana largos. Antes todo ocurría en octubre, y ahora la participación se nota también en septiembre y noviembre además de los meses de verano. El desarrollo del Turismo de Reuniones a través del Bureau de la ciudad, por ejemplo, va generando la desestacionalización. Se va emparejando la ocupación a lo largo del año. Mucho tiene que ver la tarea de promoción y comercialización, pero también el aumento de la conectividad aérea. Los números de Punta Tombo que co-administramos con el Ministerio de Turismo de Chubut lo reflejan. La pinguinera, que está a 120 kilómetros de Trelew, refleja un crecimiento del turismo nacional, de un 10 por ciento al momento.

¿Sos optimista en cuanto a este incremento de visitantes?

Sí, siempre. Confío en que todo va a mejorar, más si la conectividad se sostiene, y se suman las low cost. Esto es algo que dará más posibilidades, porque entendemos que somos un lugar lejano de los grandes centros de origen, Trelew y toda la comarca turística. Todo lo que sea conectividad ayuda. Incluso para paquetizar con otros destinos de la Patagonia.

Entonces, ¿cuán importante es el trabajo en conjunto con diferentes actores locales del sector?

Chubut tiene muchísimas realidades y posibilidades de desarrollo. Es muy importante a nivel turístico, pero compleja para manejar. El trabajo en las distintas Comarcas que componen la oferta turística se basa en entender que se debe cooperar. En nuestro caso, yendo a la comarca Península Valdés, el Ente Trelew Turismo (ENTRETUR), desde su conformación en 2001, trabajó conscientemente en lo público y privado. Es fundamental entender que todos formamos parte de una sola cosa, que cada uno aporta su particularidad para un todo. Son procesos de maduración de cada destino. Nosotros estamos bastante avanzados, pero con muchas tareas por delante.

¿Cuál es la cuenta pendiente?

La planificación del destino en cuanto a sus novedades, que deben ser permanentes, por la velocidad de la información y basadas en el respeto ambiental. También la modernización de las herramientas de comunicación, para llegar a la demanda correcta. No creo que haya modelos de destinos que sean exitosos para siempre, todos pasan por momentos. El proceso turístico es apasionante, pero es muy difícil porque depende de muchos factores. La inteligencia de su análisis y gestión entendiendo los nuevos paradigmas es el desafío permanente.