Una charla a fondo entre Oscar Ghezzi, ex presidente y el nuevo presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías. Un repaso de logros, anhelos y planes de futuro para la actividad y la entidad que nuclea a todas las actividades del turismo.

Llegamos al final de una etapa, que empezó hace como seis meses. Creo que es la elección más larga en la historia de la CAT. ¿Cómo viviste todo este proceso, Oscar Ghezzi?

Oscar Ghezzi: En realidad nosotros sabíamos que no podíamos llegar a la fecha que indicaba el estatuto de la Asamblea. Nos pasó lo mismo otros años, al igual que en otras entidades. Pero desde ese momento siempre tuve en la cabeza que hasta al día que dejara el cargo iba a seguir trabajando de la misma forma.

Cuando se dio la postergación de fecha, lo tomé de la misma manera. Somos grandes y entendemos que a los dirigentes les toca tomar definiciones, y lo tienen que hacer inteligentemente.

En este caso especial (de la elección de Presidente de la CAT) valoro que las propuestas que se hicieron fueron para mejorar la actividad, después, como siempre, tomé la responsabilidad de trabajar cada día como si fuera el primero, y ese fue el mensaje a todo mi equipo que había que trabajar hasta el último día exactamente igual.

La llegada de un nuevo candidato a la presidencia en el mes de julio ¿generó algo de inestabilidad en la entidad?

O.G.: Las circunstancias hicieron que se diera de esta manera, pero a uno no le toca elegir que sea así, simplemente las vive. Todo dirigente sabe que tanto al llegar como al irse va a ser muy difícil que los integrantes de una institución se agrupen detrás de un proyecto. Tal vez por eso mismo yo intenté poner todo mi esfuerzo en hacer que se alcance la mejor solución. Uno conoce lo que es timonear este barco con diferentes sectores y con distintos pensamientos, todos válidos por cierto, y ver que finalmente se encamina a buen puerto, es una gran satisfacción.

Hubo rumores de que hasta desde el mismo Ministerio se estaba digitando quién debería ser el candidato. ¿Te llegó algo de eso?

O.G.: Si hay algo que todos conocen es que yo tengo una muy buena relación con Gustavo Santos y que excede lo laboral, porque nos conocemos hace mucho tiempo. Te puedo asegurar que nunca, nunca, me sugirió algo sobre cómo debía actuar la CAT en ningún tema. No está en su esencia este tema. La amistad va por afuera.

El hecho de haber llegado a una elección es algo positivo porque consolida mucho más la gobernabilidad de la Cámara. ¿Vos lo ves así Aldo?

Aldo Elías: Sí, para mí es tremendamente positivo y siempre quise llegar a una elección, desde el día uno, cuando oficialmente se confirmó la participación de Ricardo Boente, el 10 de agosto. Ese día tuvimos la Asamblea y como AHT pedimos un cuarto intermedio hasta el 26 de octubre. Fue cuando la AHRCC confirmó la presentación de su candidato y a mí me pareció la mejor noticia del mundo. Inclusive, le llegué a comentar ese día a Oscar: “Usted me planteaba que ojalá lleguemos a una lista de unidad, de consenso, y yo decía que no, que no lo veía”. Nadie que entre el último día, para una elección que ya debería haber ocurrido, lo hace para bajarse a los 15 días. Y yo no me iba a bajar de nada. Me parece que fue muy bueno lo que pasó, fortalece y legitima una conducción de cara al futuro, con transparencia, claridad, participación activa de todas las entidades asociadas a la CAT, algo que también es importante.

Durante todos estos años que Oscar estuvo al frente de la CAT, siempre pensamos de dónde iban a sacar un dirigente que esté disponible 24/7 al servicio del turismo. Esto fue así tanto en la gestión de Enrique Meyer como en la de Gustavo Santos. ¿Cómo te imaginas esta circunstancia?

A.E.: Es algo que vengo diciendo en los últimos días. Oscar puso la vara muy alta, y la realidad es que no aspiro a competir en eso, porque creo que es una batalla perdida. Pero nos une con Oscar una cuestión fundamental que es el amor por lo que hacemos: por el turismo y por trabajar en pos de un objetivo.

Ese objetivo que a él lo motorizó a estar en todas partes, es el mismo que a mí me va a impulsar a llevar adelante una gestión con una fuerte presencia y con un gran respaldo y apoyo en todas las entidades, porque no lo veo posible de otra manera. Vamos a ir viendo el día a día. Pero sí, es un tema.

Oscar, ¿cuáles consideras que fueron los logros más importante de tu gestión?

O.G.: Cuando vine a la Cámara, una de las cosas que tenía en la cabeza era la participación de todos. Mi concepción es muy federalista y quería que la variable de ajuste no fuera la posibilidad de sacarse un pasaje o pagarse un alojamiento. Me pasó en la FEHGRA, donde cada uno nos pagábamos siempre nuestros pasajes. Esa es una de las cosas que no le pediría a ningún dirigente, porque sino la participación le queda solo al que puede pagarla y no al que puede aportar ideas.

Mi gran satisfacción fue hacer que todo el país se sienta integrado, que se rompieran fronteras internas y que hayan entendido que esta es la entidad del turismo de todos.

Sé que Aldo tiene interiorizado el tema y siempre está presente, cosa que valoro muchísimo, porque me ha pasado como presidente de la CAT verlo a él en su rol de presidente de la AHT responder de inmediato cualquier consulta, porque vive el turismo como yo.

Como dirigente uno tiene que dar el mejor de su tiempo y no sólo el tiempo que a uno le sobra.

Rescato además que más allá de que a veces no se logren las cosas, sabemos que como entidad somos escuchados, que el Turismo como actividad socio-económica es valorada y lo seguirá siendo. Es muy importante. Nos ha costado mucho, pero la presencia fuerte es indiscutible.

¿Qué es lo que más rescatás de la buena relación que tuviste con los dos ministros con los que interactuaste?

O.G.: Desde que me sumé a la Cámara tuve muy buen diálogo primero con Paco Mayorga y también con Manrique, nunca me cerraron la puerta. Para mí es muy lindo, no para Oscar, sino como presidente de la Cámara, que los funcionarios que pasaron por la Secretaría en su momento, y en el Ministerio después, nos hayan tomado como su socio estratégico, trabajando codo a codo la parte pública y la privada. Lo he sentido y me lo han hecho sentir siempre y sé que va continuar así.

Volviendo a la vara alta que deja Oscar. Aldo, ¿cómo imaginas esa relación con el Ministerio?

A.E.: La CAT es socio estratégico del Ministerio y hay que fortalecer el vínculo, no porque estuviera débil, todo lo contrario, sino para continuar solidificándolo. Esa tiene que ser la punta de lanza para poder ayudar desde lo privado al Ministerio a consolidar el concepto de que el turismo es política de estado. El MinTur se tiene que hacer fuerte con sus pares para que todos entiendan que el turismo es política de Estado, que no es un tema vacacional. Y la CAT, representando a los privados, tenemos que ser una parte muy activa e importante. Por eso vamos a trabajar mucho con los números y las estadísticas de todas las entidades que conforman la Cámara, para que el ministerio tenga la fortaleza de decir, “Señores, yo represento esto, yo valgo por esto”. Amén de las riquezas naturales que tiene, Argentina es un país donde el turismo tiene que tener el espacio que tiene en países como España, Francia, Italia. Desaprovechar una oportunidad así sería raro.

Sin embargo, da la sensación de que a pesar de todo al turismo le falta lobby, que no se termina de comprender la importancia económica del sector en la sociedad, que no se entiende la verdadera magnitud en la economía del país del desarrollo turístico…

A.E.: Yo lo pondría en otro término, no se trata de hacer lobby, sino de educar a la sociedad en una visión diferente. A modo de ejemplo: todo el mundo sabe que no hay tirar la basura en la calle, que hay que separar los residuos, pero hasta que alguien no tomó la posta en el tema y empezó a trabajar con la base, o sea, con los chicos en las escuelas, no se logró entender la importancia de la sustentabilidad.

Con el turismo pasa exactamente lo mismo, nosotros venimos de muchos años, y no hablo sólo de los últimos 10 o 12, en los cuales la vida de los argentinos pasaba por ver cuáles eran las medidas económicas y cuán rico o pobre quedabas detrás de cada medida. Tenemos que ir a una línea de trabajo distinto, donde haya previsión, seguridad y confianza en que lo que se está haciendo es lo mejor que se puede hacer. Y el turismo es previsión.

Uno de los aspectos que más celebro de la Ley de ordenamiento de Feriados es la previsión, porque a mí no me sirve de nada que hoy vos me digas que mañana es feriado, porque a mi negocio, u hotel, vos no le vas a poder dar el nivel de ocupación que necesita para ser rentable porque la gente no tuvo la posibilidad de planificar el viaje.

Entonces, no creo tanto en la fuerza del lobby, pero si que la CAT tiene la obligación de pegarse al MinTur para brindar la voz de los privados e ir formando a la sociedad.

Hay que cambiar paradigmas, vos cuando ves una publicidad de un destino turístico ¿qué encontras? una playa, una piscina, gente tomando tragos. Nunca viste una de un recepcionista un 25 de diciembre a las 2 am, parado detrás del mostrador esperando que llegue un huésped, o una foto de una mucama a las 8 de la mañana de un 1 de enero lista para entrar a limpiar una habitación. Eso es trabajo y es turismo. Y pasa los 365 días del año. Me parece que el foco tendríamos que ponerlo en colaborar para formar este concepto de que el turismo es importante. Y lo plantea mucho el Ministro cuando dice que hay pueblos que no existirían si no estuviera el turismo. Es literal. Ahora, si no se lo explica de esa manera no se puede llegar a sensibilizar a la sociedad en la verdadera dimensión que tiene el turismo. Es ahí donde me gustaría que podamos tener una gestión profesional.

“Mi gran satisfacción fue hacer que entiendan que esta es la entidad del turismo de todos”. Oscar Ghezzi

En los últimos años se pudo ver cómo creció la interacción entre la actividad pública y privada logrando muy buenos resultados para el sector. ¿Cómo se debería mirar el futuro esa unión?

O.G.: Sé que Aldo mantendrá ese trabajo y lo potenciará. Hemos tenido buena relación con el ministerio de Trabajo, inclusive desde ahí hay una valoración de lo que significa el empleo en turismo. El mensaje de Aldo, que yo comparto, es que cuando uno está en un lugar tiene que seguir, y el lugar donde hay que entrar fuerte es en la cabeza de muchos que todavía no lo han entendido. He tenido la suerte de ver como un ministro de Trabajo o de Educación lo entienden, pero hay más personas que piensan en el turismo de otra forma y no han logrado ver cómo impacta en la generación de empleos. Esto que parece tan sencillo de explicar es difícil de entender. El turismo posibilita el arraigo de la gente en su lugar, cuando antes del turismo debía emigrar a las ciudades. Hay que mostrar ese costado menos visto de la actividad.

Aldo, vos hablás de educar a la gente, ¿pero que pasa con los que viven del turismo?

A.E.: Creo que fuimos parte de un proceso histórico en el cual tuvimos que prestar más atención a lo que pasaba con la economía general y no con la particular. Cuando se dice que Argentina tenía el potencial de Australia, que éramos la quinta potencia del mundo y nos perdimos 10, 20, 30, 70 años de crecimiento, de desarrollo, pensar desde dentro de nuestra actividad se hace mas difícil.

Como sociedad debemos ir madurando, y de hecho tengo la percepción de que lo estamos haciendo, que queremos otra cosa, otro esquema de vida, y no estoy hablando del gobierno.

Todo conlleva una madurez y nosotros, evidentemente, como Nación hemos madurado en tiempos distintos que otros países. Por ejemplo en Australia dejaron de fabricar autos porque no le cerraban los números y decidieron importarlos. Si lo trasladás a nuestro país es imposible que eso ocurra. Pero alguien ya lo hizo, entonces, evidentemente, si lo hizo es porque lo evaluó pensando en que era el mejor camino. Esa es una discusión que nosotros nos debemos. Esto que pasó con el paro de Aerolíneas Argentinas, no debe suceder más. Es una historia de la cual debemos salir, porque sino no vamos a terminar de entender nunca cómo funcionan las grandes naciones, y no porque no haya paros, sino porque se trabaja de una forma distinta, se prioriza el diálogo, el consenso, el crecimiento.

Estamos demasiado intoxicados. Acá cualquier cosa es un paro, un corte de calle, la invasión al derecho ajeno y tenemos que corregirlo. Todos esos cambios van a terminar produciendo esta maduración de la sociedad que hace falta. Que cada persona se dedique a ser creativo en su trabajo, a desarrollarlo, y esto no es privativo del turismo. Creo que debemos crecer como sociedad y nos debemos charlas de fondo, en el aspecto formativo, en la capacitación…

Se ha venido trabajando con el Ministerio de Trabajo para formar a personas que hasta hoy se venían desenvolviendo con un enorme bagaje de conocimiento, pero de onda. Y en realidad lo que nosotros tenemos que lograr es profesionalizar sus funciones, porque eso dignifica más su trabajo, y le da una herramienta que es fundamental, porque es lo que permite que después el turista llegue a su lugar de origen y transmita sus experiencias. Le tenemos que aportar ese valor agregado, no sólo la riqueza natural, sino, ese don de gente que tiene el argentino desde sus entrañas. En esa línea es en la que debemos trabajar.

¿Qué cosas quedaron por hacer?

O.G.: Una de las cosas que no se completó, pero que va en camino, es consolidar todas las Cámaras provinciales.

Tampoco hemos podido completar el tema de la Calidad, para que los inversores encuentren calidad en cada oferta de servicio, proyecto o producto. Tanto los gastronómicos como los Agentes de Viajes tienen un interés bárbaro en la calidad porque es un valor agregado muy fuerte.

La interrelación con los Ministerios es un tema que hay que reforzar también. Lo que está haciendo Díaz Gilligan, pero es un trabajo permanente. Todas las áreas deben interrelacionarse con los diferentes sectores del gobierno, Migraciones, Economía, Trabajo, etc.

Después, quedan temas como la promoción. El año pasado hicimos un gran giro al respecto sin dejar lo clásico. Nos propusimos con el INPROTUR sumar otro tipo de promoción.

Hay cosas que venimos viendo y que son sólo cuestión de tiempo. Cuando hablábamos de China no nos tomaban en serio, y ahora vemos que creció más China que Alemania en turismo receptivo.

La relación con las compañías aéreas también es muy importante para nosotros, y que la CAT tenga una consolidación para manejar su propio presupuesto va a fortalecerla.

Muchos todavía dicen que la imagen que se promociona hacia afuera no es la adecuada, que se invierte demasiado en las ferias y habría que cambiar el modelo de mostrar al país en el exterior. ¿En qué medida es así?

O.G.: No hay un solo modelo. Hay gente que trabaja en el tema desde lo digital, hay otros que trabajan en ferias, otros que trabajan en rondas de negocios, etc. La importancia de la feria es porque un país puede llevar a todos los involucrados: hoteleros, prestadores de servicios, agentes de viajes, pero es el país que marca la presencia.

A.E.: Inclusive hay una palabra que elimina todo este tipo de discusiones y es Dinamismo. Hay que estar permanentemente viendo qué es lo que mejor conviene para cada situación. No podemos estatizarnos cual foto, sino verlo como un video. Conceptualmente me suscribo a lo que plantea Oscar. El país tiene que estar, después, si es en esta u otra Feria eso hay que verlo dinámicamente, porque estamos en la era de la inmediatez y todo dura un suspiro. Entonces, hoy arrancó una red social y está de moda, y no hay que esperar a que desaparezca, hay que subirse a esa ola, surfearla, y cuando cambie, porque mutan con la misma facilidad con la que aparecen, hay que pegar el salto a la ola siguiente. Lo que no puede pasar es que nos quedemos quietos y dejemos el nombre del país en un cajón del escritorio. Todo lo que podamos hacer va a servir. Es indispensable tomar tantas herramientas como tengamos posibilidades de sostener.

El año que viene va a ser muy especial, por la cantidad de eventos que se vienen, desde los JJOO de la Juventud, al G20, la presencia de la OMT, y después ¿qué?

O.G.: Yo aprendí que Barcelona hizo los Juegos Olímpicos no por los juegos en sí, sino por el día después. Así que esto debería ser una plataforma espectacular para nuestro país. El 2018 hay que aprovecharlo porque cuando el presidente Macri visita algún país la aguja se mueve para la Argentina y acá vas a tener a los presidentes de todo el mundo. Si eso no le llega al mundo, será que no nos hemos manejado debidamente.

A.E.: Además hay un aspecto fundamental. Vos hablabas de inserción. Cuando logras insertar al país y ser una alternativa para todos los congresos y convenciones después entrás en agenda fácilmente. Argentina no se va a extinguir en el 2018, sino que va a estar en carpeta para eventos del 2019 o el 2020. En el éxito con el cual manejemos esta enorme responsabilidad que se viene en 2018 va a estar la seguridad o garantía de que se va a volver a elegir a nuestro país para ser sede de muchos eventos importantes a nivel mundial.

La Revolución de los Aviones, y las low cost, que no van a ser tan low cost, en este momento está generando más pasajeros que salen del país que los que llegan. ¿Se va a invertir esa polaridad?

A.E.: Cuando hablamos de Revolución de los Aviones y low cost, estamos mezclando dos conceptos que a nosotros como país nos preocupan. Lo que necesitamos es que se llegue a todo el país, que haya vuelos que conecten a todos los destinos. Si están saliendo más pasajeros de los que entran estimo que se va a revertir drásticamente. No está mal que salgan, lo que tenemos que lograr es que vengan. En este escenario económico si tenés 10 vuelos y el argentino cuenta con posibilidades de salir a conocer al mundo, esos 10 vuelos van a salir de la Argentina llenos y no das espacio al turista extranjero a venir. Pero si tenés 100 vuelos, cambia radicalmente la ecuación, porque los que quieran venir van a poder hacerlo. El gran objetivo es que vengan la mayor cantidad de líneas posibles, que van a generar empleos, que van a pagar impuestos y van a atraer inversores.

O.G.: Soy un convencido de la conectividad y la primera charla que tuve con Gustavo Santos cuando estaba por asumir en Córdoba su primera gestión fue soñar sobre el Hub Córdoba.

A.E.: Lo que está pasando es una sumatoria de revoluciones. El micro y el avión no van a competir directamente, tienen que ser complementarios. Y obtener el mejor resultado. Hay viajes cortos o de media distancia en donde con ómnibus de buena calidad, servicio y un sistema más rápido que lo que significa subirse a un avión, es el medio de transporte por excelencia.

Hay mucho para entender en esta dinámica que se viene, y nosotros como país tenemos que darnos esa conversación para sacar lo mejor.

Oscar, danos una conclusión de tu mandato.

O.G.: He pasado desde la Dictadura hasta la Democracia presidiendo entidades como la FEHGRA y la CAT. Me ha tocado vivir gobiernos radicales, peronistas y los he transitado perfectamente. He pasado de Alfonsín a Menem, y he tenido relación con ambos. Pero nunca le pusimos una bandera política partidaria a la actividad. Tenemos claro que hacemos política turística y porque tuve una buena relación con Enrique Meyer no significa que fui kirchnerista. Cuando asumió Menem fui el primer dirigente del sector que él llevó a una gira presidencial a Washington, y mi tarea fue hacerle entender a cada uno de ellos lo que era la actividad turística. En este período de 6 años al frente de la Cámara te imaginarás con los gobernadores que he hablado! Los que han hecho política partidaria, así les ha ido.

La mejor conclusión que tengo es que en Turismo se tiene que trabajar con intendentes y gobernadores de distintos signos políticos y no hay que trabajar desde lo partidario.

Yo terminé mi mandato el jueves y el sábado en la FIT al saludar a la gente sentía cómo estaba identificada con la CAT, para mí es muy satisfactorio. Me voy muy contento.

Aldo, ¿tu perspectiva del futuro?

A.E.: Si tengo que definir en una frase lo que quiero, para mí el turismo es crear vínculos. Es lo que he hecho en estos dos años y medio de presidencia de la AHT, porque es en lo único que creo. Tengo un problema con la palabra “grieta”, que no puede existir. Eso no puede afectar un vínculo. No puede interponerse entre dos personas. Cuando mencionaba el tema de la formación y la capacitación pensaba, y pienso, que cuando un turista llega a un pueblo alejado de una gran ciudad, se encuentra con la esencia de ese pueblo y con las personas con las cuales va a compartir un momento de su vida. Ese encuentro es lo que te debe marcar el viaje, más allá de la altura de la montaña o el color azul profundo de un lago en el que se está sacando una foto. Lo que hace la diferencia es el vínculo, lo que le pasó a la persona en ese lugar. Muchos les llaman experiencias, pero excede la experiencia para hacerse fuerte en algo que está buscando la sociedad, que es justamente impactar en la otra persona. Es un trabajo de sensibilidad. Pasa por lo que te genera el contacto con otra cultura. Durante muchos años me he cansado de escuchar a embajadores que estuvieron en la Argentina que no se querían volver a pesar de la locura en la que se vive acá adentro. Eso lo tenemos que explotar y quiero que sea un rasgo que es lo que ha venido construyendo Oscar. Creo en el respeto, en tratar de sumar todo aquello que pueda servirle a uno, porque en definitiva es lo que le va a terminar sirviendo al otro.