El estado mexicano decidió que los alquileres de casas y departamentos realizados a través de la plataforma Airbnb tributen el Impuesto Hotelero que rige para todos los establecimientos.

No es ningún secreto que el avance de las llamadas plataformas C2C, como Airbnb, colocaron a la hotelería en el mundo en una encrucijada, al considerarla una competencia desleal. Por lo menos en el Estado de Quintana Roo, México, se ha llegado a un acuerdo: los alquileres de Airbnb comenzarán a tributar el denominado Impuesto por la Prestación de Servicios de Hospedaje desde el próximo 1 de octubre y la recaudación será remitida a la Secretaría de Finanzas y Planeación del Estado.

De esta manera Quintana Roo se convertirá en el segundo estado de México donde se cobrará un impuesto de 3 por ciento a todas las reservas de alojamiento hechas a través de la aplicación Airbnb, ya que a primera en implementarla fue la propia capital, el DF, donde se aplica desde junio pasado. El proceso de recaudación será automático para los huéspedes pues la aplicación se encargará de deducir el monto.

Tendencia creciente

El año pasado, cerca de 270.000 personas se hospedaron en un Airbnb de Quintana Roo, y las reservaciones crecieron un 131 por ciento respecto a 2015.

“Mediante este convenio, el estado de Quintana Roo reconoce la importancia del alojamiento compartido en el desarrollo del turismo local y Airbnb refuerza su postura de trabajar de la mano de los gobiernos para encontrar soluciones que impulsen el alojamiento compartido responsable”, informó la empresa en un comunicado.

Destino del impuesto

Con la tasa de 3% se espera recaudar en principio unos US$ 57.000 mensuales que serán destinados a la infraestructura urbana, social y turística, particularmente a la recuperación de playas y demás infraestructura turística, informó el gobernador Carlos Joaquín González. Se estima que aproximadamente 10.000 inmuebles son ofrecidos por Airbnb en todo el estado.

Los recursos recaudados por este concepto –los hoteles aportan US$ 600.000 mensuales- son destinados proporcionalmente a promoción de los destinos de Quintana Roo, así como a financiar infraestructura urbana, social y turística en todo el estado, por lo que los ingresos adicionales que aportarán las casas que se alquilan a través de Airbnb tendrán ese mismo destino, incluido un porcentaje para las playas de la entidad.