Hace 10 años armaste Chasma Tour a partir de una tesis de posgrado, ¿cómo fue pasar de la teoría a la práctica?
Todo empezó siendo un caso con muchos contenidos teóricos al que le fuimos agregando las experiencias profesionales de cada integrante del grupo. Yo mismo venía de gerenciar por casi 10 años la tercera obra social a nivel nacional, de haber trabajado en un proyecto de Naciones Unidas.

Si ninguno tenía nada que ver con turismo, ¿porque elegirlo como tema?
Para mí fue la búsqueda de una actividad que me posibilitara salir de la dureza de mi profesión de las Ciencias Económicas, y en el turismo veía una actividad distendida, multiplicadora de actividades.
Casualmente Federico Petazzi, gerente de LAN en Córdoba, también estaba haciendo la maestría y fue al primero que le consultamos temas específicos sobre la actividad.
Cuando esa Tesis se aprueba yo quise ir más allá y llevarla a la práctica. Busqué gente especializada y comenzamos desde cero: encontrar un local para la oficina, pintarlo y después elegirle un nombre.

¿Y cómo fue encontrarle el nombre justo?
Tomando un café en la librería el Ateneo de Córdoba y revisando libros me encuentro con la palabra chasma que para los incas significaba “la estrella que más brilla. La referencia confiable para el viajero en el camino”. Eso era en el 2002, con un país en crisis, y ser “la referencia confiable” era todo un mensaje, y para una agencia de viajes o un operador turístico ser confiables para los clientes y proveedores es fundamental. Por eso me dije “este es el nombre”. De ahí Chasma Tours.

¿Porqué cres que sos una referencia confiable del sector?
Todo comienza con la crianza de mis padres, que con sus mejores intenciones trataron de educar un buen hombre, después puede venir el estudiante, el amigo, el contador, el agente de viajes, pero la confianza debe llevarse adelante como una expresión cultural de trabajo y ser bajada a todos los órdenes. Era un desafío hacer de eso la consigna para toda la estructura de una futura empresa.
Entonces empezamos a trabajar con ese concepto y nos sentamos con cada posible proveedor diciéndoles: “mire, yo no sé nada de turismo”, lo que era verdad, y le explicábamos lo que queríamos hacer. Ese lema se convirtió en una filosofía de vida y de trabajo.
Al inicio fue muy duro, porque fuimos una a una a todas las agencias de Córdoba para explicarles quien era Chasma.

¿Quién confió en el proyecto?
El primero en confiar fui yo. Pudimos romper con el primer paradigma del turismo, que era no venir del turismo, ni ser amigo de…, yo era un Contador que quería hacer una inversión en la actividad, que conocía de administración, que podía mostrar antecedentes laborales serios, pero de turismo no sabía nada. Fue durísimo.
Creía que la amistad era más fuerte que el profesionalismo, que la cultura kiosquera era más fuerte que la empresarial, pero al pasar el tiempo fue apareciendo gente que también comenzó a confiar.

¿Qué pasó entonces?
Se fueron dando cosas muy particulares porque así como el gerente de LAN nos apoyó, la gente de Aerolíneas Argentinas comenzó a confiar en nosotros. Un día hablando sobre nuestras ventas le pregunté qué lugar ocupábamos en el ránking de agencias y en Cabotaje estábamos 76, en Internacional ni figurábamos…y nuestro ejecutivo de ventas me recomienda a alguien que trabajaba en Aerolíneas. Me encuentro con ella, le explico nuestro proyecto y a pesar de sus 25 años de trabajar en AR escuchó mi propuesta de Chasma Tours, tomó el riesgo y se vino a trabajar.    
Era la persona que nos hacía falta porque ella conocía a las agencias de viajes. Al día de hoy es la Gerente de Relaciones Institucionales, Cecilia Romero. Ella es la cara de Chasma en las agencias.
Luego se produce un hecho anecdótico que hace un quiebre en la empresa, fue cuando Félix Antelo y Federico Petazzi me invitan al Master LAN en El Calafate. Una vez ahí Federico me presenta al dueño de Piamonte, Juan Carlos Tártara diciéndole que me gustaba el modelo de su empresa para el terrestre y desde ese entonces comenzó mi relación con Piamonte; después Félix me presenta a Víctor Catania para hablar sobre su modelo de aéreos, y ahí comencé a trabajar siguiéndolo, por lo que nosotros comenzamos a funcionar muy bien siguiendo esos modelos.
También allí me acerqué a la gente de Swan, a la de Furlong Fox, a Claudio Palacios de Juliá Tours, y todos empezaron a darnos buena energía y me mostraron sus empresas sin ninguna reserva. Hasta el principal operador de Córdoba me recomendó a sus proveedores. Eduardo Creixell me contó acerca de la operación en Caribe y me hizo entrar a Cuba.  
Me encontré con gestos de ese tipo que me llevaron a darme cuenta que ser la referencia confiable empezaba a tener sus primeras raíces. 

¿El turismo fue tan divertido como creías?
Fue un desafío constante. Porque tuve que participar de cada Feria de Turismo en el mundo y volver a decirles “yo no sé nada de turismo, pero dénme la oportunidad”, y felizmente hubo muchos que le dieron la oportunidad a Chasma. Primero generamos ser confiables con los de adentro de la empresa, con los proveedores pagándoles en término, con los clientes para que confíen en uno y si hubo un mal servicio hacer lo posible para mejorarlo, en fin, cuidar al cliente. Hoy los proveedores, en un 80%, no tienen contrato firmado con Chasma porque saben que cumple. Después de 10 años puedo darles las gracias a los colegas que nos ayudaron, gracias a los proveedores y clientes que confiaron, es que la cultura de ser la referencia confiable es lo principal como legado de empresa.

¿Todo fue bueno?
No, claro que no, hubo cosas malas como pelear con un cliente porque lo mío nunca fue la actividad comercial y me golpee muchas veces porque discutía en términos de contador, de administrador de empresas y tuve que aprender a discutir en términos comerciales, de empresario, en términos de turismo, donde no hay ni reglas ni procedimientos. Todos los traspiés de Chasma fueron míos por mi falta de experiencia.

¿Cuándo comenzaste a pensar en incorporar la tecnología al negocio?
Desde el inicio sabíamos que la tecnología era muy importante (2001-2002). Naciones Unidas decía para el 2000 que el que no supiera de informática y de inglés era considerado semi analfabeto. Pero veía que en turismo todos se movían con manuales de papel, es más, nosotros hicimos un manual que era un ejemplo, por la descripción de circuitos, por la fotografía. Pero en Europa y Estados Unidos todo pasaba por la tecnología. Yo tomo la decisión de ir fuertemente por ese camino, sin dejar lo clásico. Cuando nos dimos cuenta empezamos a marcar tendencia entre los operadores turísticos en cuanto a la tecnología. La ficha nos cae cuando al buscar en la Argentina quien hacía tecnología para el turismo nos encontramos que había sólo dos incipientes empresas. Después de contratar a una de ellas al poco tiempo me dice: “la mejor publicidad que tengo es Chasma”, y cuando me lo dijo me sorprendí y me di cuenta que indudablemente éste era el camino. Cuando eso sucede me propongo desandar esa senda con tecnología propia. Para entonces ya me había convencido que estaba todo por hacer.

¿Cuál fue el primer desarrollo propio?
Reserva de aéreos. Sacamos la primera web terminal del interior del país. Había un par en Capital Federal y nosotros empezamos a superarlas rápidamente porque teníamos la web terminal sobre dos GDS, no sobre una. Después empezamos con un buscador de hoteles contratando a una empresa de Buenos Aires, hasta que desarrollamos una propia y gradualmente hicimos la mutación para llevar todo a desarrollos propios.
Hoy tenemos la herramienta de reserva hotelera con más de 16 integraciones propias; el buscador de vuelos, con un cuadro tarifario de 49 opciones; el buscador para excursiones, para traslados y para atracciones. Con esa última herramienta se pueden emitir hasta las entradas a Disney.
También tenemos el buscador de autos, integrados con una empresa extranjera que tiene más de 600 rentadoras en todo el mundo con un convenio de exclusividad y con reservas on line desde hace dos o tres años.
Un sistema que hemos lanzado es el Agile, donde todas las agencias pueden funcionar como IATA, reservar y emitir sin ser miembros de IATA, y si bien está alquilada a una empresa del exterior el desarrollo lo hicimos en forma interna. Nos llevó 11 meses cargar la información de las compañías aéreas de todo el mundo con todas las condiciones.  
Pusimos las herramientas para facilitarle todo al pasajero y para que el agente de viajes confíe en Chasma.  

Con la experiencia a cuestas, ¿cómo ves el futuro de los agentes de viajes en relación con la tecnología?
Como industria se ha desaprovechado mucho tiempo. Cuando hace seis años yo recorría provincia por provincia para explicar estos desarrollos y de lo conveniente que era el buscador de hoteles que nosotros les permitíamos poner en sus páginas web pero nos enterábamos que muchos no tenían sitios web y por eso no lo entendían. Todas las empresas on line, no sólo la número uno de Argentina sino las del exterior, en algún momento iban a venir al país, y hoy están instaladas acá. Por eso digo que muchos han desperdiciado su tiempo. Ahora hay que avanzar más rápido, si las compañías aéreas, casas de electrodomésticos, obras sociales y hasta las grandes tiendas venden paquetes turísticos, hotelería o excursiones. Las compra on line ya está en la mente del consumidor, y eso es muy importante. Es bueno que reaccionen, que vayan por la tecnología y que elijan entre Chasma y cualquier otro buscador de la competencia, pero no necesariamente porque elijan el camino de la tecnología tienen que abandonar los caminos clásicos porque van a seguir existiendo siempre, pero tenemos que ver para dónde está yendo todo. No podemos seguir guiándonos como kioscos.  Hay que elegir. Si queremos ser empresarios de turismo tenemos que salir del vértigo del cortoplacismo de la economía porque llevamos a un cortoplacismo furioso a la empresa, y no podemos ser un negocio para seis meses y después vemos que pasa. El turismo tiene que ser manejado como cualquier otra empresa, tiene que tener proyección y futuro. A pesar de los avatares económicos y políticos, que pasan en todo el mundo.

¿Cómo ves los próximos 10 años de Chasma?
Lo primordial es que Chasma bajó la cultura de ser la referencia confiable a su estructura y al mercado. Nos jactamos de ser una empresa con organigrama, tenemos flujograma, un manual de procedimientos para cada área, está todo por escrito con normas y procedimientos. Entonces en los próximos 10 años se debería mantener la credibilidad y la confianza, la transparencia en la conducta, una forma de trabajo organizada y cuando me toque hacerme a un costado, si realmente esa cultura de empresa se hizo carne tiene que haber gente que la siga, sino en dos o tres años se caerá. Porque sino el maestro no ha sido lo suficientemente bueno para que sus alumnos sean superiores.
Para mí sería una satisfacción y una etapa de la vida cumplida que me haría una