La Feria de las Alasitas es una feria artesanal en la ciudad de La Paz, Bolivia, cuya característica principal es la venta de miniaturas con la finalidad ritual de que las mismas se conviertan en realidad. La deidad aymara Ekeko (dios de la abundancia) es el objeto principal de la feria.

La tradición se inicia el año 1781 cuando el gobernador intendente de La Paz, José Sebastián de Segurola, ordenó celebrar una fiesta anual en honor a la deidad pre-republicana denominada Ekeko, en agradecimiento porque la ciudad se salvó del cerco indígena de Túpac Katari.
La alasita es una feria donde artesanos ofrecen una diversidad de productos y artesanías en miniatura, que expresan todo lo que una persona desea para el futuro; es por esto que se le llama la “fiesta de la abundancia”.
En sus orígenes, esta festividad se realizaba el 21 de diciembre, solsticio de verano, época de lluvias y crecimiento de las cosechas, sin embargo, durante la colonia y el proceso que se conoció como la extirpación de idolatrías, se la practicaba de manera clandestina. En el siglo XVIII a causa de muchos factores, resurge esta práctica y se oficializa convirtiéndose en algo público pero con muchos cambios en cuanto a la fecha y manera de realizarse.
El término "Alasita" viene del aymara que quiere decir "comprame". Hasta mediados del siglo pasado (1950-1960), la llegada de esta fiesta era anunciada con el toque de pinquillos (flautines de caña hueca), que los niños hacían sonar, días antes de esta feria. En aquellos tiempos, los niños eran los que más esperaban su llegada, porque podían seguir comprando miniaturas a modo de juguetes, por entonces no habían distracciones como la televisión, juegos cibernéticos, celulares y juguetes sofisticados.
Se celebra todos los años el 24 de enero en la ciudad de La Paz y se extiende por el lapso de aproximadamente tres semanas. Los visitantes compran miniaturas de toda clase de elementos del hogar: Dinero, automóviles, casas, materiales de contrucción, ropa, electrodomésticos, comida, etc. que los asistentes encomiendan al Ekeko, para su conversión en realidad en el futuro. Al mediodía del 24 de enero, los que han adquirido las miniaturas, someten éstas a un ritual que puede variar según el celebrante, éste consiste básicamente en una ch´alla, rito andino que incluye una rociada con alcohol o vino, pétalos de flores, sahumerio, adornos coloridos y oraciones que mezclan tradiciones prehispánicas y católicas.
Ésta tradición que se originó en la época prehispánica, adquirió aceptación y vigencia en la sociedad de la época colonial y en la actualidad es un elemento cultural común de la sociedad boliviana y una de las fiestas tradicionales más importantes de Bolivia. Tiene réplicas en otras ciudades de Bolivia en fechas diferentes, pero estas ferias son de menor magnitud, siendo la Feria paceña la m&aa