Una maniobra sospechosa de un avión de Vueling, procedente de Málaga con 183 pasajeros a bordo, generó alarma en el aeropuerto de Amsterdam, que hizo pensar que se trataba de un secuestro.
La nave debía aterrizar en la capital holandesa, pero entró en el espacio aéreo nacional sin establecer contacto telefónico con la torre de control.
En casos similares, Holanda pone de inmediato en marcha un protocolo de seguridad mediante el cual son enviadas naves de combate, en este caso dos F-16 para escoltar al avión sospechoso.
Tras la incertidumbre inicial, la empresa Vueling explicó que no se trataba de un secuestro, "sino de una mala comunicación entre el piloto y los expertos aéreos", consignó la agencia de noticias Europa Press. El coordinador nacional holandés para la Lucha Antiterrorista tomó en cuenta al principio la posibilidad de que hubiera ocurrido "una calamidad" a bordo del avión.
Sin embargo, la radio nacional holandesa se puso en contacto con un pasajero que desmintió el secuestro. "Dimos varias vueltas y después aterrizamos. Entonces fue cuando nos dijeron que pasaba algo", señaló el entrevistado.
Las autoridades del aeropuerto, por su parte, no aclararon aún la naturaleza del incidente que está ahora en manos de la Policía Nacional.
Según la compañía aérea, "el piloto hizo una maniobra poco usual al entrar en el espacio aéreo holandés, pero no pasó nada, todo está en orden aunque Holanda active sus sistemas de seguridad en casos así".
Casi al mismo tiempo, un sector del aeropuerto de Amsterdam fue cerrado esta mañana para desactivar una bomba de la Segunda Guerra Mundial.
Enterrada en la arena, el proyectil que pesaba 500 kilos causó retrasos en una decena de vuelos en Schiphol, una antigua base aérea de la Alemania nazi que acabó destruida por los bombardeos en 1945.

Fuente: Télam