Este dato, que fue aportado por la secretaría de Turismo local en base a los últimos relevamientos realizados, confirmó el entusiasmo de los prestadores ante la elevada afluencia de público que comenzó a arribar paulatinamente en las fechas previas al inicio de este año y no hizo más que incrementarse desde que despuntó enero, atestando cada sector de la extensa franja costera que bordea la ciudad.
El informe dado a conocer por este departamento consigna exactamente que 18.397 visitantes ingresaron en sólo cuatro días, generando un promedio de ocupación del 65% de la totalidad de las plazas ofrecidas.
Las casas particulares se ocuparon en un 82% sobre un total de 6.000 ofrecidas. Los dúplex, cabañas y complejos, en un 68% de los 9.000 disponibles. Las inmobiliarias, con unas 5.500 ofertas, tuvieron una ocupación del 66%, mientras que los hospedajes, hostels y hosterías se vieron cubiertos en un 61% de sus 300 plazas. De las 1.000 camas de aparts hotel, se ocupó el 61% y el 60 % de las 700 plazas de hoteles. Los campings se ocuparon en un 53% de los 4.000 lugares disponibles.
El promedio de estadía de estos visitantes, según los datos relevados hasta el momento, fue de cuatro días y, junto con las casas particulares, los complejos y los campings fueron los sitios más elegidos por ellos para residir durante sus vacaciones.
De la misma manera el último mes del año también fue muy convocante, ya que desde el 1 hasta el 31 de diciembre la misma encuesta indicó que 37.624 veraneantes pasaron por la villa, un 23% más que en el mismo período de 2008.
Con estos datos, sumados a la cantidad de visitas registradas en el arranque de 2010, se especula que durante la primera etapa de la temporada se registrará un nuevo récord.
Los únicos ajenos a estos promisorios datos son los turistas, abocados a disfrutar plenamente de las opciones del balneario. Ayer, aunque el clima se mantuvo cálido, los nubarrones que a tarde amenazaron por momentos la jornada mantuvieron las playas un poco más despejadas.
El ritmo incesante de público se trasladó a la ciudad, ya que los veraneantes aprovecharon para recorrer la costa y curiosear en busca de lugares para entregarse al relax, alejados de los paradores céntricos, para pasar en ellos futuras tardes soleadas.
Debido a esto San Antonio y el Puerto SAE recibieron una inusual cantidad de visitantes y las playas que se extienden más allá de la ya tradicional "Piedras Coloradas" también registraron el ingreso de mucho público que optó por paseos y recorridos que depararan postales distintas a las habituales.