El transporte de pasajeros entre países de la Unión Europea quedó oficialmente abierto a la competencia a inicios de 2010, aunque ésta se encuentra con dificultades debido a la posición dominante que ostentan compañías como Renfe, en este país, o la SNCF de Francia.
Así, se ha generalizado para las 27 naciones que integran el bloque el derecho a ofrecer un servicio ferroviario de pasajeros fuera de sus fronteras, lo que hasta ahora sólo existía en virtud de acuerdos puntuales, explican varios cables de agencias internacionales.
En términos logísticos, la nueva normativa significa que todas las empresas ferroviarias de la UE tienen derecho a utilizar las infraestructuras de otros estados miembros para efectuar rutas internacionales, lo que, según la Comisión Europea -CE-, supone "nuevas perspectivas" empresariales y de empleo.
Los requisitos para transportar pasajeros fuera de las fronteras nacionales serán poseer una licencia ferroviaria y contar con certificados de seguridad para operar en los distintos Estados miembros.
"Se trata de una nueva etapa en la realización de un espacio integrado del transporte ferroviario, que beneficiará tanto a las empresas como a los pasajeros", declaró el vicepresidente de la CE y responsable de Transportes, Antonio Tajani, en una nota fechada por el Ejecutivo Comunitario.
Sin embargo, fuentes comunitarias han reconocido a la prensa que el proceso será "progresivo" debido que, hasta ahora, son pocas las compañías que han hecho solicitudes de acceso a las infraestructuras de otro paí