Cuando estalló la gripe A, el Gobierno suspendió el intercambio aéreo con México. Hoy los mercados recomiendan no viajar a Argentina por los altos índices de infectados y Cristina Fernández puso el grito en el cielo. Un portal de noticias mexicano afirma que, la Presidenta “carece de autoridad moral” para la queja.

A días de haber estallado la gripe A en México, Argentina fue uno de los primeros en bajar las barreras aerocomerciales entre ambos países. La resolución de la Casa Rosada fue tomada con recelo por las autoridades mexicanas, dado que el origen del virus, aseguraban en Centroamérica, era Estados Unidos y no se había definido una medida de igual nivel para el país del norte.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, fue el más crítico con la posición de Argentina y denunció a nuestro país por tomar “medidas discriminatorias”.
Hoy nuestro país está sufriendo en carne propia actitudes como las que tomó con México. Desde Brasil en su momento y desde el Reino Unido, Francia y Estados Unidos, por dar algunos ejemplos, la recomendación es no viajar a Argentina por los altos índices de infección de Influenza A (H1N1) a los que está sometido gran parte del país.
Ante la escalada de la tendencia, el Gobierno se queja de que sus pares en el mundo desalienten la llegada de turistas a estas tierras. México, por su parte, entiende que la actitud del ejecutivo comandado por Cristina Fernández carece de “autoridad moral” para esta queja y advierte que los hechos han dejado plasmado que las medidas tomadas en su momento fueron desacertadas.
Lo que sigue es una nota de opinión aparecida en el portal mexicano SDP Noticias que cuenta con el punto de vista de Orlando Ferreres, uno de los analistas políticos de mayor consulta en la región.

Argentina sin argumentos
“El gobierno argentino carece de autoridad moral para protestar por las `alertas de viaje´ emitidas por Estados Unidos y Reino Unido después de haber actuado de manera tan poco solidaria con México, advirtieron analistas locales.
En los últimos días, ambos países recomendaron la cancelación de los viajes que no sean estrictamente necesarios hacia Argentina, o, en todo caso, consultar la pertinencia de sus planes con un médico para evitar contraer la influenza H1N1.
Esta fue la reacción de los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido al avance de una pandemia que ya ha dejado 137 muertos en Argentina, lo que ubica a este país como el segundo en el mundo con el mayor número de víctimas fatales, por encima de México.
El explosivo incremento de contagios con el virus H1N1 en Argentina tuvo un inmediato impacto en el turismo, ya que el ingreso de visitantes al país cayó un 15 por ciento en mayo pasado, según estimaciones de empresas del rubro.
El analista Orlando Ferreres, director de la prestigiada consultora que lleva su nombre, advirtió que la presidenta Cristina Fernández no podrá quejarse de que otros países promuevan la restricción de viajes al país sudamericano.
`En su momento, Argentina, tomó medidas unilaterales que fueron muy criticadas porque estuvieron mal diseñadas y drásticas, como la cancelación de los vuelos directos con México´, recordó.
La medida fue incoherente, añadió, y afectó únicamente a aerolíneas mexicanas, porque el gobierno permitió que otras empresas provenientes del Distrito Federal siguieran entrando y saliendo del Aeropuerto Internacional de Ezeiza previa escala en otros países.
Ferreres explicó que la suspensión de vuelos directos respondió al interés que tenía el gobierno argentino de `tapar´ la epidemia de dengue que estaba en uno de sus picos más altos, cuando estalló la pandemia de gripe A.
`Todo eso le da menor autoridad al gobierno para quejarse´, dijo.
El epidemiólogo Emilio Santabaya advirtió que no se deben dramatizar las decisiones asumidas por estos países ya que responden a pautas naturales fijadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
`Lo que sí es cierto es que es una paradoja, porque el gobierno argentino no actuó solidariamente con México y tomó medidas que nada tenían que ver con enfrentar correctamente una realidad´, lamentó.
Si la presidenta quisiera protestar porque el sector turístico se verá afectado, añadió, tendría muy pocos argumentos para defenderse, porque nadie está suspendiendo los vuelos de Aerolíneas Argentinas”.

Debilidades del Gobierno
El mismo portal reflejó, en la nota que reproducimos, las debilidades del gobierno de Cristina Fernández para maniobrar con la pandemia.
“El avance de la pandemia de la influenza humana en Argentina dejó al descubierto la incongruencia, ineficacia y falta de coordinación con que la presidenta Fernández ha manejado la crisis sanitaria en su país.
Desde abril y hasta ahora prevaleció la falta de coordinación, ya que el gobierno nacional y los provinciales nunca pudieron ponerse de acuerdo para suspender clases, cerrar lugares públicos, permitir ausentismos laborales y recomendar el aislamiento social.
La incongruencia también fue un sello de las políticas aplicadas ya que, por ejemplo, el 28 de abril pasado el gobierno suspendió por dos semanas la salida y llegada de vuelos directos con México.
Sin que mediara explicación lógica alguna, se permitió el arribo de aerolíneas chilenas, panameñas y estadounidenses que también venían de México, pero hacían escala en Santiago, Panamá o Miami, con lo cual el peligro de contagio era igual.
Hubo además un manejo electoral de la crisis sanitaria ya que, mientras los contagios crecían, se realizaba la campaña de los comicios legislativos del 28 de junio, donde se jugaba una mayoría parlamentaria que, finalmente, perdió”.

Ecos de un rumor nacional

La columna del sitio web mexicano dice: “La ex ministra de Salud Graciela Ocaña le pidió a Fernández que se decretara la emergencia nacional por la influenza humana, pero la presidenta se negó por el temor a perder más votos y durante semanas la pandemia fue opacada por cuestiones políticas. Un día después de las elecciones Ocaña renunció y, entonces sí, la gripe A/H1N1 se convirtió en el centro del debate y la presidenta tuvo que enfrentar acusaciones, incluso judiciales, por manipulación de cifras y ocultamiento de información”.