Este sistema que se aplica en los aeropuertos más modernos del mundo y que requirió una inversión superior a los 100 mil dólares, se pondrá en vigencia a partir de junio.
Los desfibriladores son equipos que generan descargas eléctricas y son capaces de evitar el paro cardiorrespiratorio. El programa garantiza que por medio de la atención inmediata de los afectados, se llegue a la desfibrilación en un tiempo inferior a 3 minutos dentro de toda el área pública y oficinas del Aeropuerto. El tiempo es crucial ya que luego del suceso, por cada minuto de demora en la desfibrilación se pierde un 10% de posibilidad de sobrevida.
La desfibrilación temprana se reconoce como el paso más crítico ya que con ella se restaura el ritmo cardíaco resucitando a la víctima de la muerte súbita. Para lograr la certificación “Aeropuertos Cardioprotegidos” y poner en marcha el plan, se creó una brigada de rescatistas debidamente entrenado. Esta brigada y el personal que se desempeña en los aeropuertos  obtuvieron perfecto conocimiento de los métodos del programa a través de cursos de capacitación.
El sistema está preparado para activarse a través de la apertura de un gabinete, presionando un pulsador de emergencia o activando un poste S.O.S. Esta maniobra puede ser realizada por cualquier persona que esté observando los acontecimientos, tanto un pasajero como personal de la empresa. En el Aeroparque Metropolitano se instalaron 8 desfibriladores y  en el aeropuerto de Ezeiza 15. Los desfibriladores, pulsadores de emergencia y postes SOS están ubicados dentro de sus gabinetes y distribuidos estratégicamente dentro y fuera de la terminal. Todos los gabinetes, pulsadores y postes se comunican de forma inalámbrica con la central.
La muerte súbita cardíaca es una de las causas de fallecimiento más comunes. Se estima que sólo en Estados Unidos mueren aproximadamente 350.000 personas por año a causa de este problema. En nuestro país las cifras son alarmantes.  De las 30 a 60 mil víctimas que se estiman anualmente, solo un 5 % llega con vida al hospital. La desfibrilación automática externa, que se realiza con equipos desfibriladores, es, en el 80% de los casos, el único tratamiento efectivo para resucitar a la víctima.  
El sistema se irá extendiendo de manera progresiva al resto de los aeropuertos del país.