Uno de los momentos más destacados durante la recepción en honor del Papa Benedicto XVI, celebrada en la Residencia del Presidente, Simon Peres, fue la simbólica ceremonia de plantar el Árbol de la Paz.  Su Santidad Benedicto XVI  plantó un olivo centenario en el Jardín de la Paz de la residencia presidencial. Con este simbólico gesto el Pontífice, en su peregrinaje por Tierra Santa,  expresó su deseo de fomentar la paz y la fraternidad entre los pueblos y las religiones. El Papa ha iniciado, con esta plantación, una nueva tradición en la residencia presidencial.
El olivo, como símbolo de la paz se remonta a la Biblia, de origen Mediterráneo forma parte del paisaje de Israel. En la Galilea, conocida especialmente por sus olivos centenarios, además de embellecer el paisaje proporciona un medio de vida para sus habitantes.                    .
A la recepción, en la residencia presidencial,  asistieron más de 600 invitados, entre los que se incluían miembros de las comunidades judías, musulmanas y cristianas; Justos entre las naciones, israelíes ganadores del Premio Nobel, representantes de la cultura y sociedad israelí así como familias supervivientes de Holocausto.
Dos niños, uno cristiano y otro judío venidos de la ciudad de Nazareth, entregaron al Papa una cesta de frutas con las “siete plantas” mencionadas en la Biblia y otros productos de producción israelí, incluyendo una nueva variedad de trigo desarrollada por el centro Volcani y llamada Benedicto XVI en honor del Pontífice. Otros presentes fueron  el texto completo en hebreo del Antiguo Testamento sobre un soporte similar a un grano de arena, gracias a la nanotecnología.
El Presidente Peres durante su discurso de bienvenida señalo que: "En Vd. vemos un promotor de la paz, un gran líder espiritual, un potente portador del mensaje de paz para esta tierra y la de todos los demás".
“EL GRITO DE LAS VÍCTIMAS DEL HOLOCAUSTO AÚN RESUENA EN NUESTROS CORAZONES”
Seguidamente a la recepción en la Residencia Presidencial, Su Santidad Benedicto XVI visitó Yad Vashem donde tuvo lugar una conmovedora ceremonia de recuerdo en presencia del Presidente Shimon Peres, el Portavoz de la Knesset Reuven Rivlin, el Ministro de Educación Gideon Sa’ar, el Ministro de Bienestar y Asuntos Sociales Isaac Herzog, el Ministro de Turismo Stas Misezhnikov, el Ministro de Información y Asuntos de Diáspora Yuli Edelstein, el Ministro Yossi Peled, la vice-Ministro de Asuntos para Pensionistas Lea Nass, el Alcalde de Jerusalén Nir Barkat, el Presidente de la Junta Directiva de Yad Vashem Mr. Shalev, el Presidente del Consejo de Yad Vashem el Rabino Israel Meir Lau, entre otros invitados.
En Yad Vashem, Su Santidad reavivó la Llama Eterna y depositó una corona de flores amarillas y blancas, representando los colores de la bandera del Vaticano. Después de su discurso, Benedicto XVI tuvo un encuentro con seis supervivientes del Holocausto: Ed Mosberg, Israela Hargil, Avraham Ashkenazi, Gita Kalderón, Dan Landsberg y Ruth Bondy, y con Ivan Vranetic, un “justo entre los justos”, que ahora vive en Israel.
En su emotivo discurso, Su Santidad agradeció al pueblo de Israel el haberle dado la oportunidad de “poder estar en silencio ante este monumento”