El grupo de cinco turistas británicos, dos estadounidenses y un canadiense llegó el 8 de marzo y recorrió los sitios de monumentos históricos de Irak, incluyendo la ciudad bíblica de Babilonia, legendario hogar de los Jardines Colgantes.
Su viaje de tres semanas fue organizado por un operador británico de turismo aventura, dijo el portavoz del Ministerio, Abdul-Zahra al-Telagani, que se negó a nombrar la compañía.
"Este es el primer grupo desde la caída del régimen", dijo. "Esperamos que estos turistas hagan llegar un mensaje positivo a sus compatriotas de que la situación en Irak es buena".
Su itinerario incluyó el castillo de Arbil, una reliquia del imperio Otomano medieval en la región Kurda del norte de Irak, así como también la antigua ciudad asiria de Nineveh, en Mosul, una peligrosa ciudad que aún debe lidiar con insurgentes árabes sunitas.
Los turistas visitaron la Mesquita al-Askari en Samarra, uno de los lugares más sagrados del islamismo chiíta, cuya devastación en un ataque con bomba en el 2006 desencadenó una ola de violencia sectaria que llevó a Irak al borde de la guerra civil.
En el sur vieron los santuarios chiítas de Kerbala y Najaf, que ya son populares entre los peregrinos de Irán, y el sureño centro petrolero de Basra.
Terminarán su gira este fin de semana con una visita al Museo Nacional Iraquí. El edificio fue reabierto el mes pasado por primera vez desde que fue saqueado después de la invasión liderada por Estados Unidos.
Irak, parte de una región conocida como la cuna de la civilización, tiene innumerables sitios arqueológicos y religiosos, pero década de guerra alejaron a los turistas extranjeros.