Casi seis años después de los saqueos que sufrió tras la llegada de las tropas estadounidenses a Bagdad, el Museo Nacional de Irak reabrió ayer sus puertas. Su colección (única en el mundo por la cantidad y calidad de piezas pertenecientes a las antiguas civilizaciones de la Mesopotamia) podrá ser visitada por el público. Aunque para el primer ministro Nuri al-Maliki la reapertura demuestra que Irak “ha superado una era sombría”, para otros ha sido una movida precipitada y controversial. Según la Unesco, aún siguen desaparecidas unas siete mil piezas, incluidas cincuenta de gran importancia.
El Museo Nacional de Irak abrió sus puertas en 1926. Durante la Guerra del Golfo, en 1991, cerró por primera vez. Reabrió temporalmente en abril del 2000, pero los saqueos posteriores a la caída de Bagdad durante la invasión de Estados Unidos impusieron un nuevo cierre. Las crónicas que llegaban desde Bagdad en abril de 2003 hablaban de saqueadores que cargaban piezas en carretillas sin que las tropas estadounidenses intervinieran. En los meses posteriores trascendió que también habían participado traficantes que contaban con apoyo de empleados del museo. Se calcula que la colección tenía unas 500 mil piezas y que al menos quince mil desaparecieron durante los saqueos.