Cuando Cristóbal Colón llegó al continente americano en busca de oro y plata para sostener económicamente a la corona española nunca imaginó que las grandes riquezas y aportes a la humanidad llegarían de la mano de sus humildes productos vegetales. Maíz, tomate, papa y tabaco forman parte hoy de la vida diaria de cualquier habitante de este planeta.
Cuba jugó un papel importante en la difusión del tabaco y sigue siendo hoy en día sinónimo de calidad, tanto en el cultivo, como en el “armado”  de los puros, toda una industria para la isla.
Las leyendas de su descubrimiento relatan que cuando llegó Cristóbal Colón a tierras cubanas en 1492 envió a dos de sus mejores hombres con las cartas de presentación de los reyes católicos para los emperadores chinos, al creer que habían arribado a Asia, pero Rodrigo de Xerez y Luis de Torres, se tropezaron con los nativos antillanos que portaban tubos de hojas enrolladas en los labios, que encendían por un extremo y por el otro absorbían el humo. Así, sin proponérselo, pusieron al descubierto una de las mayores riquezas de Cuba.
Para los nativos esa planta recibía la denominación de “cojiba o cohoba”.
Los cinco distritos tabaqueros de cuba son: Zona de Vuelta Abajo, Zona de Semivuelta, Zona de Partidos, Zona de Remedios y Zona de Oriente. Las tierras con el mejor cultivo de tabaco se reservan para las variedades dedicadas a la exportación, y casi todas ellas están situadas en la zona denominada Partido en la Provincia de la Habana, y especialmente en el área de Vuelta Abajo, en el extremo Oeste de la Isla, cuyo tabaco es reputado como el mejor del mundo. Vuelta Abajo ocupa casi toda la provincia de Pinar del Río, excepto su parte meridional, que está ocupada por la llamada Semivuelta.

La Ruta del Tabaco
Si bien en casi toda la isla se dan las condiciones para el cultivo del tabaco es indudable que las mejores tierras para esa actividad se encuentran en el occidental territorio de Pinar del Río.
Una perfecta combinación de suelos, clima y humedad dan lugar a un producto que es calificado por los entendidos como exclusivo por su aroma, color, textura y sabor, todo ello indispensable a la hora de preparar los famosos habanos de la isla que despiertan tanta ilusión entre los fumadores más exigentes.

Paso a paso
Para producir las mejores hojas el primer paso es cavar la tierra para poder plantar los delicados y pequeños retoños. La siembra se realiza a la mitad de la temporada de sequía, cuando la tierra ha recibido abundantes lluvias de las tormentas del período de mayo a octubre.    
Luego se encargarán de ellos por tres largos meses. Durante la temporada de desarrollo, las temperaturas llegan a promedios de 26,7°C, con unas ocho horas diarias de sol y una humedad promedio de 64%. Las malas hierbas tendrán que ser eliminadas para darle espacio al tabaco y que crezca fuerte. Largas batallas contra numerosos insectos deberán ser combatidas durante el curso de la estación.
En el mes que precede la cosecha, se necesitará podar mucho las plantas para permitir que las hojas altas, utilizadas como capa en la fabricación de los puros, crezcan grandes y sanas.
Luego, en el mes de febrero y marzo la cosecha empieza. Se necesitan varias semanas para que todos los miembros de las familias productoras puedan completar la cosecha en los campos alrededor de su casa. Las hojas son  transportadas a los grandes almacenes de madera, -las casa de tabaco-, donde descansarán por tres meses.
Numerosas mujeres que viven en la zona trabajan incansablemente insertando estas hojas con una gran aguja y un hilo grueso hasta hacer unos bultos consistentes. Luego son colgadas arriba de unos palos de madera, llamado cuyes, a curar. Al final el tabaco es llevado a las fábricas donde continuará la maduración que durará por lo menos un año antes de ser enrollado en espléndidos Habanos.

Vuelta Abajo (o Vueltabajo)
La zona tabacalera que abarca gran parte de la provincia de La Habana está constituida  por tierras rojas tropicales, con óxido de hierro o terra-rosa, depositadas sobre calizas con pequeñas partículas de cuarzo y poca materia órganica con un Ph ligeramente ácido.   
Vuelta Abajo ocupa la mayor parte de los 414.4 kilómetros cuadrados de Pinar del Río, región del extremo occidental de Cuba, situada entre las montañas y la costa, la tercera provincia más grande de la isla.
El tabaco se cultiva en pequeñas parcelas (muchas de ellas de propiedad privada, pero que venden el tabaco al gobierno), con un total de 40 mil hectáreas.
Pero el más fino que es destinado a los cigarros conocidos como habanos, viene de un área sorprendentemente pequeña, centrada alrededor de los poblados de San Juan y Martínez y San Luis. Entre las plantaciones más conocidas están EL Corojo, donde se desarrollo la variedad corojo, para capas, y Hoyo de Monterrey, célebre por sus tripas (hojas que forman el interior del puro).
Para aquellos visitantes que quieran acercarse y conocer desde sus entrañas cómo se trabaja y produce el tabaco, hay múltiples opciones.  Podrán realizar visitas a distintos lugares y conocer las fases por las cuales pasa el tabaco antes de tomar su forma final como, por ejemplo, la fábrica de tabaco Francisco Donatién o el Museo del Tabaco.
Otros sitios donde dirigirse y vivir desde adentro cómo se trabaja este cultivo pueden recorrer distintas plantaciones, secaderos, casas de selección de las hojas, e incluso compartir almuerzos en algunas de las fincas.

Los atractivos de la zona
La provincia de Pinar del Río, con su accidentada geografía, tiene grandes bellezas naturales que atrapan a los amantes de la naturaleza, además de los que llegan allí para interiorizarse por su cultivo más emblemático, el tabaco.
Uno de los sitios más visitados es el Jardín Botánico Orquideario Soroa, parte de la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario. Ubicado en una fértil colina en las estribaciones de la Cordillera de Guaniguanico, reúne más de 25.000 ejemplares de orquídeas entre más de 750 especies provenientes de distantes lugares del planeta. De ellas 100 son cubanas, incluidas la Orquídea de Chocolate y la Negra. Asimismo, el jardín cuenta con 6.000 especies de otras plantas ornamentales, árboles y flores que representan la flora nacional de varios países.
También es motivo de atracción el Salto de Soroa, con más de 22 m que provoca el río Manantiales, conocido también como el Arco iris de Cuba. Hay senderos que llevan hasta la poza natural donde cae la cascada, para tomar un baño y disfrutar de un panorama inolvidable. El río Manantiales, que alimenta el salto, también le da frescura al bosque donde conviven el tocororo y la cartacuba, mientras en las aguas pasa largas jornadas el lagarto caimán.
Sobre la costa el atractivo es el centro internacional de buceo María la Gorda. Zona visitada por piratas de cuya presencia son testimonios anclas y cañones que yacen en el fondo del mar.
A sólo 14 metros de profundidad, es impresionante la abundancia del cotizado coral negro. Otras 15 especies de corales están también representadas en la zona, donde viven miles de peces habituados a la presencia del hombre.

Semivuelta  y Partido

La zona de Semi Vuelta, en la parte oriental de la provincia, es la segunda área tabacalera de Pinar del Río, y produce unas hojas más gruesas, con un aroma más fuerte que las de Vuelta Abajo que hoy se emplea en la industria doméstica del puro.
Mientras tanto la zona de Partido, cerca de La Habana, también produce capas (hoja externa) de alta calidad para los habanos hechos a mano.</a