Los pilotos de APLA de Aerolíneas Argentinas se encuentran encumbrados sobre sus egos.
Acostumbrados a las prebendas que le otorgaron los funcionarios K para alcanzar el objetivo de desestabilizar al grupo Marsans, ahora los pilotos han planteado nuevas exigencias laborales al secretario de Transporte que no tienen antecedentes en el país y en el mundo, y que dejan ver el difícil escenario en el que se deberá mover el gobierno nacional si no decide poner un coto a la libertad que le dio a los sindicatos aeronáuticos.
Con una clara visión de futuro, los dirigentes de APLA pidieron que los pilotos de B737 hagan los cursos de capacitación para pilotear las aeronaves de Airbus, presagiando que en el corto plazo serán incorporadas más naves del tipo 319 y 320. Claro que omitieron pensar que para ello debilitarían la operación de los 737, que son los aviones con los que aún hoy cuenta la compañía.
Pero no fue este el único reclamo de APLA, ya que en los últimos días los pilotos han sufrido la reducción de la jornada laboral de 8 a 6 horas, un incremento en sus salarios, un nuevo acuerdo por viáticos en el exterior, tener un auto a disposición durante el viaje, nuevas exigencias hoteleras que incluyen reemplazar el tradicional hotel 5 estrellas por un apart hotel que pueda albergar más gente, pasajes para un acompañante, etc., etc., etc. Evidentemente no será así como el secretario Jaime bajará los gastos de una compañía en crisis.
Desde el 17 de julio hasta el 31 de octubre el Estado argentino aportó en Aerolíneas Argentinas y Austral 230 millones de dólares, casi el valor de un Airbus 320 con poco uso.
A pesar de ello, los pocos aviones que se han recuperado corresponden al tipo 200 del viejo 737, que están programados para rutas de media distancia y no cuentan con cantidad suficiente de pilotos.
Evidentemente, la falta de conocimientos en la gestión empresarial de una línea aérea le queda muy holgada a los funcionarios K, y ello producirá importantes desembolsos de dinero a la administración de Cristina Fernández.
Si bien entendemos que son pocos las aerolíneas en el mundo que logran balances con resultados positivos, la realidad de nuestra aerolínea de bandera está muy lejos de ser viable en las actuales circunstancias y lamentablemente seremos nosotros, los contribuyentes, los que pagaremos los e