El gobierno de Estados Unidos aprobó la propuesta fusión de las aerolíneas Delta y Northwest, creando de esta forma, la línea aérea más grande del mundo. El Departamento de Justicia manifestó ayer que su división antimonopolio determinó que la fusión probablemente no disminuya la competencia y que probablemente produzca ganancias que beneficien a los consumidores, incluyendo ahorros y mejor servicio. La decisión pone fin a la investigación de seis meses por parte del Departamento de Justicia. La aerolínea combinada mantendría el nombre de Delta, su sede en Atlanta, y su jefe ejecutivo, Richard Anderson. Tendría 75.000 empleados y 800 aviones.