En este diálogo con Mensajero Periódico Turístico, Luz Helena Naranjo Ocampo habla de una ciudad que decidió despegarse de una imagen negativa, presenta su fanatismo con el tango, analiza Buenos Aires y propone el trabajo en conjunto en todos los niveles.

¿Como decidieron separar a Medellín de la imagen de ciudad del narcotráfico?
Yo creo que básicamente llega el hastío del dolor y la violencia. Llega un momento en que uno mira alrededor y dice: “esto no puede ser”, “así no es el camino, algo hicimos mal, paremos y repensémonos”. Ese momento también ha coincidido con momentos políticos donde personas que no son de partidos tradicionales han dicho: “estamos asqueados con la politiquería tradicional y con los resultados desastrosos de nuestro país y de nuestra región”. Entonces llega el momento de hacer la pausa. Esa dinamización política ha acompañado especialmente desde el Gobierno del Presidente Uribe y de los dos últimos gobiernos de Medellín por la decisión de cambio. Otra cosa muy importante es que cuando ganó el primer gobernante que logró plasmar este plan de trabajo, él no era político sino matemático de Medellín y dijo: “a mí me valen lo mismo los políticos, yo voy a ser el Gobernante de esta ciudad” y se fue a tocar puerta a puerta, carro a carro, calle a calle, se consiguió los votos y fue elegido, dejando con gran sorpresa a la clase política de la ciudad que a partir de ahí también tomó la decisión de tener un gobierno transparente y técnico. Los gobiernos transparentes y técnicos han permitido que estas cosas se den. Yo creo que el gran ahorro que ha tenido la ciudad es porque la plata no se la roban. Y ese se vuelve el plus para la inversión: lo que se dejan de robar los políticos se reinvierte en obras y entonces ha sido un boom positivo con muy buen tino, con una buena orientación, revisando modelos internacionales y hoy tenemos este resultado. El compromiso de la ciudadanía de cambio porque esto no lo hace el Gobierno, no se decreta que Medellín será segura, se ha hecho con la ciudadanía y porque la gente también dice: “si usted le juega a eso, nosotros también lo haremos”. Hoy tenemos modelos de gobierno participativos hasta en el presupuesto del dinero municipal. La ciudadanía puede definir directamente en qué invierte el 30 por ciento de todo el recurso, es decir, el gobernante y nosotros los que estamos en el Gobierno, definimos qué hacemos con el 70 pero la comunidad dice qué se hace con el 30 y es ir formando a la ciudadanía para las decisiones que le competen para un mejor futuro.

¿Cómo ves a la Argentina?
Creo que tienen un desempeño disparejo, todavía no hay una identidad. Algunos me dicen que nosotros vivimos embrujados con el tema de la inseguridad pero no es fácil salir de ahí. Cuando uno ha pasado por ahí. Tal vez eso es en lo único que Colombia entera tomó la decisión independientemente de quién esté en el Gobierno. Colombia entera dijo: “la seguridad se controla y aquí la violencia no vuelve más”. Hoy tenemos una campaña que tiene una mano así -extiende la mano con la palma hacia el frente significando alto- y dice: “a Colombia y a Medellín la inseguridad no vuelve más”. Eso es una maravilla. Es el tema que nos congregó a los colombianos así como en otras partes es la Selección de Fútbol o la Reina de Belleza, en Colombia fue la seguridad y a partir de ahí cada ciudad hace su elección y su decisión de cómo moverse. Pero no ha sido fácil.
Las cosas se hacen con decisión: nosotros acabamos de salir del último warning. Cualquier extranjero que fuera a viajar a Colombia y se metiera en Internet, iba a ver el cartel de “ciudad no segura. No vaya”. Entonces, la salida de esos warnings había que abordarla de frente. Lo que nosotros sostenemos es que esos temas no se maquillan. No se negocian, esos temas se hacen y el riesgo es: si va a Colombia lleve mucha ropa porque ahora se puede quedar. Claro que si esa propaganda fuera de Argentina yo también me podría quedar aquí. Tienen un país hermosísimo, bellísimo. Pero siento que Argentina tiene desempeños desequilibrados. Uno ve una ciudad como Rosario en la onda, pero no ve una Buenos Aires en la onda. Y lo que pasará al final es que haya unas ciudades con mayor desempeño y otras con menor desempeño. ¿qué es lo óptimo? Que todos encontremos una línea única de trabajo y la jalemos a eso. Pero estamos hablando de propósitos superiores de la humanidad. Tan inteligentes no nos han hecho. Yo creo que el reto no es pensar ni como ciudad ni como país: el reto es pensar como región. No debemos ir de a uno a enfrentar a Europa, tenemos que ir todos juntos.
¿Qué grado de importancia tiene que todos los sectores de un país apunten para el mismo lado?
Nosotros en Medellín tenemos un sector público muy positivo y un sector privado también muy positivo. Trabajamos en equipo, que parecerá muy exótico para otros lugares. Yo no entendería cómo no trabajan todos juntos. Yo no logro entenderlo. En otras condiciones yo no podría trabajar. Hay gente que no lo hace y los resultados no se van a ver si no se logra ese desempeño conjunto. No se van a ver. Yo creo que Argentina tiene esas dos cosas por resolver. Yo percibo una inconformidad con su gobierno muy grande.

¿Qué le falta a Buenos Aires?
A mi sorprendió en Buenos Aires, volviendo al tema de la seguridad, que la seguridad de la ciudad es de la Nación, y que a veces la ciudad se siente como en desventaja con el manejo de la seguridad porque no la domina. Pero hoy yo no sé cómo puede funcionar una ciudad donde la seguridad es nacional y no es local y no se puede manejar. Pero Buenos Aires es una ciudad internacional espectacular. Los argentinos son extraordinarios anfitriones. Tiene todo el potencial para ser muy buena, se nota que tiene dificultades políticas. Uno que viene de afuera lo va percibiendo fácilmente. Entonces se desgasta la gente en otras cosas que no debería. En vez de encontrar líneas de trabajo son líneas de desgaste y eso es finalmente lo que atrasa. Tenemos que ponernos de acuerdo en cosas que deberían estar ya listas y hacer lo que hay que hacer. Buenos Aires tiene atraso político, en resumen.

¿La gente delega demasiado en los gobiernos?
Ese es un riesgo que pasa por la educación. Yo creo que los gobiernos tan protagónicos, tan ejecutivos, son importantes pero ofrecen un riesgo de formación a las comunidades y de resultados a largo plazo desde la comunidad. Si ese gobierno es protagónico pero a su vez le da lugar a la comunidad, le enseña y pondera que vayan juntos en el camino. Si eso pasara no tendría ningún riesgo. En Medellín estamos formando a las comunidades en presupuesto participativo, en una cosa que es muy importante y me parece que va a ser hito en Latinoamérica: formación política para los jóvenes. Nosotros queremos que los jóvenes sean los protagonistas de la política local. Tenemos una escuela de formación política para los jóvenes y esperamos el relevo generacional muy rápido. Yo doy clases en la Universidad y siempre le digo a mis alumnos que estoy esperando que me reemplacen ya.

¿Cuánto tiempo les llevó el cambio de imagen de la ciudad?
Nosotros lo logramos en cinco años, invirtiendo muchos recursos; al mercadeo territorial, a la venta de imagen. A eso hay que destinarle muchos recursos. Y lograr que lo que se proyecta afuera la gente de verdad lo encuentre adentro. Nosotros nos demoramos cinco años en vender una nueva imagen. No en solucionar los problemas estructurales, que creo que se demoran más. Nosotros perdimos veinte años en turismo. Los resultados del turismo del año pasado son los mismos que teníamos en 1985. Alcanzamos el flujo de turistas de hace veinte años. La cuenta es simple: perdimos veinte años. Y si hablamos de una medida fácil: el dirigente nacional tiene seis años y nosotros en dos gobiernos también tenemos seis años. Lo mínimo son seis años para empezar a ver. Todavía nos falta muchísimo. Un buen tiempo serían diez años: una generación entera.

Medellín tiene programas especiales para PYMES ¿cómo se organizan?
Nosotros tenemos un sector formado por PYMES. Nuestro sector turístico y, en general la industria en Colombia, está formada por pequeñas empresas, no por grandes emporios ni grandes multinacionales. Somos muchos pequeños. Con lo que significa ser pequeño: poca tecnología, una preparación modesta, los recursos para ciertas cosas muy limitados. Pero cuando muchos pequeños nos juntamos, tenemos grandes avances y esa es la apuesta que hoy queremos hacer. En turismo acabamos de hacer la comunidad de 137 pequeños empresarios que juntos encontrarán un mejor camino. De a uno no lo logramos ni lo vamos a lograr. Y el Gobierno hace una apuesta muy importante de acompañamiento. Hoy tenemos un ejemplo de mercadeo local donde el Gobierno pone un peso por cada peso que pone el privado para alcanzar mejores desempeños. Y ya tenemos sumados unos recursos que van a permitir apoyar ese trabajo.

¿Esa comunidad va a realizar acciones en conjunto?
Para eso fueron los recursos. Estamos creando una nueva zona turística en la ciudad que se llama el Polo Norte y hay más o menos doce instituciones ahí localizadas, entonces estamos sumando recursos para tener una única estrategia de comunicación, un solo plan de mercadeo y unos apoyos especiales para ellos. Uno por uno.

¿Cómo fue construir en los lugares considerados peligrosos de la ciudad?
Eso fue fácil. El alcalde anterior miró el mapa de los índices de desarrollo humano y se dio cuenta muy fácilmente, lo resalto porque otros no se dan cuenta, que en donde estaba localizada la violencia no había llegado el desarrollo. Entonces, muy simple: todas las acciones de gobierno irán dirigidas allá, donde estaban las deficiencias de desarrollo y pasó lo que tenía pasar: sube el desarrollo y baja la violencia. Pareciera simple. Y las herramientas del desarrollo, todas juntas, puestas en el mismo lugar, por eso los proyectos son integrales. Salud, educación, cultura, emprendimiento, comercio, todo junto allá. La zona donde está el metrocable, cuando llegó esta estrategia no tenía ni un banco, y allá viven 500 mil habitantes. Hoy hay cinco bancos, en cinco años. la gente tenía que irse en transporte público informal, ahora va en metro hasta su puerta. También hay centros de desarrollo zonal empresarial, las unidades médicas se mejoraron. Todo eso desactiva la violencia sí o sí.

Enamorada de Colombia

Mi formación básica es el turismo. Yo he hecho otras cosas y me separé un tiempo del turismo, me dediqué al campo social, al mercadeo, pero mi formación fundamental es en el sector. Yo soy administradora de empresas turísticas, además de estudios en desarrollo social y gerencia pública. Volví al turismo a partir del desempeño de este cargo que reúne todos mis conocimientos. Eso es un privilegio. Pero el turismo es lo que más me gusta. Lo hago de corazón y si se dieron cuenta no terminé vendiendo mi ciudad sino mi país. Yo amo mi país. Yo no me imagino que un chino diga: “quiero ir a Medellín”. Escogerá Sudamérica, luego quizás elegirá Colombia y una vez allí, sí esperamos competir duro para que vaya a Medellín. Pero primero tiene que llegar a mi país. En turismo uno no vende el producto, uno vende el destino. Yo primero debo vender el destino Colombia.
Festival de tango
Nuestra ciudad tiene una característica muy importante y es que en ella murió Carlos Gardel. Yo no sé si por esa razón o desde antes, nuestra ciudad es tanguera. Le competimos a Buenos Aires en el tango. Tenemos fortaleza en la danza, no en el canto ni en la música. Somos bailarines de primera categoría. Somos campeones mundiales de danza de tango. Hemos hecho un primer festival, vamos para el segundo y en el 2010 tendremos una cumbre extraordinaria de tango conmemorando los 75 años de la muerte de Carlos Gardel. En nuestra ciudad está la Casa Gardeliana que es un museo de Gardel, hay una plaza con su nombre. En el aeropuerto donde él falleció hay un sitio de conmemoración y allá Gardel es muy importante. Nosotros queremos convertir a Medellín en un producto de tango y ojala establecer unos convenios de intercambio cultural con Buenos Aires. Ya tenemos uno para recibir del Gobierno de la Ciudad clases de bandoneón y dirección musical, que es lo que nos falta. Y nosotros traeremos de vuelta a Buenos Aires los ejemplos de los Parques Bibliotecas que le interesan mucho a Buenos Aires.