A lo largo de los años el restaurante se ha vuelto un lugar emblemático de Buenos Aires y una parada obligada para quienes quieren disfrutar de la mejor carne argentina. A cinco años de su reapertura, mantuvimos una charla con quienes encararon este proyecto.

Todo destino tiene su cultura, su tradición y su historia. Sus habitantes, sus monumentos y su literatura forman parte de ella y la reflejan. Pero también hay lugares emblemáticos que la integran y hacen que una ciudad -incluso un país- sean representados a través de ellos. Si hablamos de gastronomía, tradición e historia, podemos nombrar en esa lista al restaurante La Cabaña, que abrió sus puertas un 14 de septiembre de 1935 y, a lo largo de los años, se ha convertido en un sitio donde acudir, de manera casi obligatoria, cuando se habla de comer las mejores carnes.
A pesar, de cerrar sus puertas en 1996, el grupo Orient-Express lo compró y mudó sus instalaciones de la calle Entre Ríos a la Recoleta, en Rodríguez Peña y Alvear. Desde el 14 de septiembre de 2003 reabrió sus puertas y desde entonces no ha parado de crecer. Por ello este medio dialogó con quienes trabajan en La Cabaña y forman parte de esta nueva etapa.
El gerente general del restaurante, Maximiliano Pazo, afirmó: “El balance de estos cinco años es positivo acerca del objetivo que nos planteamos siempre, que fue el de mantener el estilo de La Cabaña, lo clásico y aggiornarlo con la visión de Orient-Express y la tendencia del mercado. Si miramos hace cinco años atrás, incluso en los inicios, la esencia sigue intacta.
Otro integrante importante del equipo de trabajo, es el encargado de Relaciones públicas y Prensa, Oscar Meier, que aporta un valor agregado desde sus conocimientos y su experiencia. “Es un lujo estar aquí. Trabajé muchos años para el Bora Bora Lagoon, de Orient-Express y después de un tiempo me vinieron a buscar para hacerme cargo de La Cabaña. Ya tengo algunos años y, a esta altura, que la gente tenga un buen recuerdo mío por haber trabajado en el Bora Bora Lagoon y estar de vuelta quiere decir que tan mal no hice las cosas. La Cabaña es un gran desafío para todos y para mí es una prueba de que a pesar de mis años sigo vigente, con mi experiencia y mis códigos”.

Lugar tradicional
En cuanto a las características del restaurante, la gerente de marketing de La Cabaña, Fernanda Mongiano, explicó: “El lugar cuenta con un salón principal en la planta baja donde está el restaurante con 78 cubiertos,  donde se sirven platos típicamente de parrilla argentina, con una variedad de cortes importantes y dos tipos de carne: angus y kobe. Somos el único restaurante en Buenos Aires que tiene en su carta, constantemente, cortes de carne kobe”.
En cuanto al primer y segundo piso, detalló que, en cada uno, hay dos salones de eventos privados con el equipamiento necesario para reuniones de negocios: wi fi, pantalla, videoconferencia, etc. Estos se alquilan en privado y lo mismo para eventos sociales.
Además, cada salón está decorado y representa una región específica del país. En el primer piso hay un salón que es el Molina Campos, dedicado al conocido pintor, donde hay cuadros originales. Enfrente el Pampa, dedicado exclusivamente al polo donde la decoración son elementos de polo reales.
En el segundo piso, está el Patagonia, un típico reducto galés, un living y, enfrente, el Salta, bien típico del norte, con las paredes en cueros enteros y ponchos salteños. Finalmente, en el tercer piso hay una terraza donde, cuando el tiempo lo permite, se pueden hacer cócteles y eventos privados también. Allí hay una cava privada que tiene alrededor de 200 etiquetas, principalmente argentinas. “Estamos pensando para esta temporada de verano habilitar la terraza para after office, tapas y tal vez, el año que viene como restaurante”, aseguró Mongiano.

Universo de clientes y decoración
“La mayoría de los que nos visitan son extranjeros, casi un 75 por ciento. En un principio cuando La Cabaña estaba en la calle Entre Ríos, con sus antiguos dueños, era un lugar de encuentro para todos los extranjeros y las personalidades que pasaron por el país y todas las familias argentinas, era muy diferente la coyuntura y la situación; era un punto de encuentro muy grande”, afirmó Mongiano, quien agregó que el mayor flujo proviene de Brasil y Estados Unidos.
La decoración es de características típicamente normandas de principios del siglo XX. El mobiliario pertenecía a La Cabaña auténtica, al igual que las dos vacas que siguen estando en la entrada.

Objetivos y expectativas
“El objetivo es mantener la tradición pero ir aggiornándonos y ser reconocidos como un restaurante de carne. Que el que quiera comer carne piense en La Cabaña y cuando llegue encuentre distintas razas vacunas, distintos tipos de animales, que sea una experiencia. La idea es seguir trabajando con turistas pero no perder el público local que es muy importante para nosotros”, confesó Pazo.
“La idea es que vuelva a ser el restaurante número uno de carnes en Argentina. Queremos recuperar el mercado argentino, ya que antes estaba proporcionalmente dividido entre público local y extranjero (Ver Huépedes famosos). Buscamos que vuelva a ser la de antes.”, finalizó Meier.
www.lacabanabuenosaires.com.ar

Cinco años que en realidad son 73

El 14 de septiembre La Cabaña festejó su 5º Aniversario desde que reabrió sus puertas en 2003, cuando fue adquirido por Orient-Express. Esta fecha coincide con la misma fecha en que se inauguró el establecimiento original del restaurante en 1935. Al festejo estuvieron invitadas distintas personalidades de la política y el espectáculo que se acercaron a disfrutar del cóctel.
“La idea era volver a la esencia de La Cabaña original, donde las personalidades del mundo del espectáculo, política, clientes y amigos compartían el mismo espacio”, afirmó Mongiano.
“El 5º aniversario fue muy bueno. Pasamos un año de cambios y lo que buscamos fue hacer un relanzamiento a partir de todas las cosas que habíamos modificado”, sentenció Pazo.
Huéspedes famosos
Por las mesas de La Cabaña han pasado a lo largo de los años distintas personalidades en busca de un plato típico de nuestro país. Quienes iban a comer podían encontrarse con Juan Domingo y Eva Perón o Winston Churchill, por ejemplo.
“Tenemos una colección de cubiertos que fueron utilizados por Fidel Castro, Eva Perón, Juan Domingo Perón, Rita Hayworth, El rey Juan Carlos cuando era príncipe, Sofía Loren, Vittorio Gassman, Robert Duvall, Sarah Ferguson. Hay un salón de la fama con las fotos de todas estas celebridades que nos han visitado”, explicó Mongiano.