Dos eventos recientes, que pusieron en peligro la vida de las aves en dos puntos distintos de las Américas, activaron una vez más el plan de emergencia del Fondo de Conservación de SeaWorld & Busch Gardens. El Fondo desembolsó de inmediato $10.000 para rehabilitar a los pingüinos de Magallanes en Brasil y a los pelícanos pardos en California.
En Brasil, numerosos veterinarios, estudiantes y voluntarios aún siguen trabajando en el estado Espirito Santo en la rehabilitación de más de 140 pingüinos de Magallanes, rescatados tras haberse quedado varados a lo largo de la costa en esa zona del país. Expertos en el tema citan como posibles causas la contaminación del medio ambiente y los cambios climáticos.
Muchas aves fueron encontradas con manchas de aceite en su plumaje, mientras otras estaban deshidratadas y hambrientas.
Una vez listas para la vida en su hábitat natural, estas aves serán llevadas a Cabo Frío en la costa norte de Río de Janeiro, donde las aguas están más frías y hay abundante comida.
 
En California, durante este verano, centenares de pelícanos pardos, heridos por anzuelos y caña de pescar, fueron traídos a los dos puntos de acopio del Centro Internacional de Rescate y Rehabilitación de las Aves (IBRRC, por sus siglas en inglés), que desde 1971 realiza labores para ayudar a las aves en peligro. Este verano, según los voceros del IBRRC, el número de las aves heridas incrementó considerablemente.
Los pelícanos pardos, que migran al norte desde México a través del sur de California, se enredan en la caña de pescar, mientras tratan de conseguir sardinas y anchoas cerca de los mismos muelles y embarcaderos donde se instalan los pescadores con sus cañas en Santa Cruz, California. En el momento en que los pescadores sacan al pez del agua, los pelícanos tratan de comérselo en la caña, provocándose serias heridas.