La crisis financiera internacional obligó a postergar la presentación de ofertas para el tren de alta velocidad que iba a unir Buenos Aires con Mendoza. Un revés para uno de los proyectos más ambiciosos de los Kirchner.

En medio de una disputa intergubernamental por los fondos del presupuesto 2009, se cayó la licitación para el Tren de Alta Velocidad que uniría las ciudades de Buenos Aires y Mendoza.
La presentación de ofertas prevista para el martes 30 de septiembre fue aplazada para el 6 de noviembre próximo, de acuerdo a lo comunicado por el secretario de Transporte de la Nación, Ricardo Jaime la semana pasada. Al parecer, la caída de entidades financieras en Estados Unidos, las discusiones en el Gobierno estadounidense por el plan de rescate propuesto por George W. Bush, y la inestabilidad en los mercados internacionales se siguen cobrando víctimas a lo largo de todo el planeta: las empresas que podrían financiar el proyecto -uno de los más ambiciosos de la administración K- no pudieron garantizar la inversión.

Postergado por el momento
El llamado a licitación pública nacional e internacional con financiamiento para la contratación de la obra integral de infraestructura de vías, obra civil, señalamiento, comunicaciones y provisión de material rodante, para la puesta en funcionamiento de un tren de alta prestación, en el corredor Buenos Aires - Mendoza, correspondiente a la línea del Ferrocarril General San Martín recibió esta postergación, por el momento, ya que no es seguro tampoco que finalmente se lleve a cabo en noviembre, de acuerdo a lo publicado al cierre de esta edición por el matutino Crítica. Todo dependerá de la situación financiera a nivel mundial.
Entre los consorcios que iban a presentar sus ofertas económicas y técnicas se encuentraban la española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles-Siemens (asociada con las locales Roggio y Cartellone), Corporación América (junto con Helport y Cometrans), la brasileña Odebrecht con el grupo Emepa y Alstom-Isolux con la local IECSA.

Diez mil millones
La obra más cara que tenía en carpeta la Secretaría de Transporte de la Nación estimaba un presupuesto oficial de $8.328.944.000, sin IVA. Con el impuesto, llega a casi $10.100 millones; de los cuales, de acuerdo al pliego de condiciones, se exigía un mínimo de un 50 por ciento del costo de la obra.
Las condiciones de los pliegos estipulaban que la empresa seleccionada debía construir, proveer material rodante y mantener por 10 años un tren de alta velocidad que uniría, a 160 kilómetros por hora, las localidades de Buenos Aires y Mendoza partiendo de la estación Retiro. Desde allí correría hasta Pilar por las vías del tren interurbano de la línea San Martín (una de cuyas formaciones fue incendiada la semana pasada en la estación Bella Vista por parte de los pasajeros que quedaron varados por una interrupción del servicio), mientras que el resto del trayecto sería por la vía de carga concesionada al grupo ALL. De acuerdo al pliego de la licitación, la obra no debería extenderse por más de 48 meses.
El tren bala a Mendoza preveía diez estaciones comerciales: Retiro, Pilar, Junín, Chacabuco, Justo Daract, Vicuña Mackenna, Laboulaye, Villa Mercedes, San Luis y Mendoza.

La interna

Ya había entrado en compás de espera el primer y más discutido proyecto de tren bala argentino -que iba a unir Buenos Aires, Rosario y Córdoba- luego de la presentación del presupuesto 2009. Allí no aparecía ninguna partida de dinero específica para este proyecto (y tampoco para el que uniría a Buenos Aires con Mar del Plata). Aunque desde la Secretaría de Transporte aseguraban que dentro de los 2.000 millones de pesos previstos para la recientemente creada Administración de Infraestructuras Ferroviarias, estaba el monto asignado para las llamadas “obras con financiamiento externo”.
Por su parte, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, aseguró que el tren bala no entra en el presupuesto 2009 y agregó: “No somos autistas. Creemos que hay que mejorar el transporte que ya existe. Y consideramos que la situación es complicada por las dificultades de financiamiento”. Lo mismo había manifestado en la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa.