En septiembre se realizará la Conferencia Mundial de Conservación de Aves y Ambientes en la Ciudad de Buenos Aires, una actividad que abre grandes perspectivas en el país. De acuerdo al director Ejecutivo de Aves Argentinas, Andrés Bosso, “el país tiene un potencial impresionante”.

La tendencia creciente del birdwatching en la Argentina recibe un nuevo impulso con la próxima Conferencia Mundial de Conservación de Aves y Ambientes, que organiza la Federación BirdLife Internacional –que agrupa a 110 organizaciones vinculadas al tema- y se realizará entre el 22 y el 27 de septiembre en la Ciudad de Buenos Aires. “Con la participación de alrededor de 500 personas, se van a debatir cuestiones vinculadas a la conservación de aves y naturaleza, deforestación, cambios climáticos, biocombustibles, especies amenazadas, áreas naturales protegidas y turismo, entre otros”, comentó a Mensajero Periódico Turístico Andrés Bosso, director Ejecutivo de Aves Argentinas.
A lo largo del encuentro, presidido por la princesa imperial japonesa y Enrique Meyer, secretario de Turismo de la Nación, también se realizará un seminario convocado por AAAVyT y Administración de Parques Nacionales (APN), que se dirigirá a las agencias de viajes. Durante este seminario seis especialistas expondrán cuestiones referidas al turismo ornitológico y las ferias y publicaciones que existen vinculadas a este segmento.
La elección de Buenos Aires como destino para la puesta en escena de este evento, también coincide con la relevancia que cobra la Costanera Sur, ya que, de acuerdo a lo expresado por Bosso, “la reserva cuenta con 300 especies. Y si se calcula que en el continente europeo, en comparación, hay 600, la dimensión de esta área es impresionante. En lo concreto es un lugar muy interesante que debemos poner en valor y, en el marco de la conferencia, el primer paso es que la vamos a declarar como un área fundamental para la conservación de aves”.
De esta manera, en forma progresiva la actividad tiende a abrirse e incursionar con profundidad en el mercado: “En realidad esto es la punta del iceberg, porque el potencial que tiene el país es impresionante y hasta ahora está en etapa de relevamiento y planificación. Estamos trabajando con la Secretaría de Turismo de la Nación no sólo en promoción, sino también en la modelación del producto, en hacer directrices para los guías de turismo, publicaciones que listen las especies presentes en nuestro país y que se puedan observar”, sostuvo Bosso.

Otro enfoque
Desde hace cuatro años, Aves Argentinas trabaja junto a la Sectur en el Programa Aves y Turismo: “Hay varias acciones que estamos llevando adelante, una de ellas es la participación en The British Birdwatching, a la que cada año concurren cerca de 50 mil personas y esta es la segunda vez que participa nuestro país.
Además, hemos hecho folletería especializada dentro de la serie Argentina Invita y vamos a estar en la birdwatching de Holanda”.
Al mismo tiempo, como las acciones apuntan a consolidar las propuestas dentro del país, la entidad y la Administración de Parques Nacionales se avocan a la preparación de las áreas protegidas para recibir a los birdwatchers, por ejemplo, a través del armado de observatorios de aves que son parcialmente financiados por la Nación y las provincias en las que se ejecutan –actualmente se realizan obras en los parques El Palmar, Río Pilcomayo, El Rey y Perito Moreno, entre otros-. No obstante, otras provincias también se muestran seducidas, como Catamarca, que tiene un particular interés ornitológico y apuesta a diversificar los atractivos al interior.

En alerta
A pesar de las ventajas en el desarrollo de circuitos no tradicionales, el nivel de residencia que pueden experimentar los amantes de este segmento y la escasa infraestructura que demanda, sumado a la consecuente posibilidad de acceder a esta actividad y el bajo o nulo impacto que produce, la explotación de este nicho dentro del país evidencia la necesidad de desarrollar políticas que la impulsen.
Ante estas circunstancias, “nosotros hemos detectado 273 sitios valiosos para la conservación y sólo el 38 por ciento está protegido. Podemos desarrollar las cuestiones conceptuales de organización del producto y de hecholo estamos haciendo, pero si no protegemos el 62 por ciento restante, podemos generar el mejor producto y el menor resultado”.
En este punto, Bosso puso énfasis en la importancia de que las provincias incorporen los sitios que ya están identificados dentro de la agenda de conservación, hasta que paulatinamente se incorporen todos: “Un ejemplo claro se da en Villa Marítima El Cóndor, en Río Negro, en donde se halla la mayor colonia de loros barranqueros del mundo, con 40.000 parejas nidificantes; es uno de los espectáculos más maravillosos para un observador de aves y no está protegido, es uno de los pocos que le falta incluir a la provincia, pero en otras hay muchos casos más”.
Por último, el Director de Aves Argentinas agregó: “El birdwatching es una mezcla de hobby, ciencia y deporte, una actividad para toda la familia y es una de las mejores formas y más prácticas de contactarse con la naturaleza, relativamente económica, por lo que creo que es importante avanzar en este tema”.

El birdwatching en números