Es uno de los integrantes de la Asociación de Cooperación Internacional de Japón (JICA -por sus siglas en inglés-) que trabajan en conjunto con el organismo patagónico. Afirmó que muchos de sus compatriotas conocen a la Argentina sólo por el tango y las Cataratas.     

Katsumi Ono llegó en abril a la Argentina, pero ya conocía Buenos Aires, una de sus ciudades favoritas, según le confesó a Mensajero Periódico Turístico. Vino para trabajar en conjunto con el Ente Patagonia, que desde hace tres años tiene un convenio con la Asociación de Cooperación Internacional de Japón (JICA) para la captación del mercado nipón. En 2008 le tocó a Ono viajar, y su rol actual es el de entablar diálogo con los grandes operadores turísticos de su país, para promocionar la región austral constituida por las provincias de La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Antes que él, sus compañeros que representaron a JICA aquí trabajaron con pequeñas agencias de viajes y con el desarrollo de la web del Ente en japonés, para que los turistas del país asiático tuvieran un vínculo aún mayor con la oferta del destino. El acuerdo con la asociación japonesa no es casual, y se da en el marco de una intensa relación entre Sudamérica y Asia a nivel turístico: este año se inauguró en Tokio la Oficina de Promoción del MERCOSUR.

¿Cuál es el balance que hacen del trabajo realizado hasta el momento en la Argentina?

Bueno, en realidad yo he estado pensando en muchos temas para abordar y he preparado proyectos, pero la verdad es que me fui dando cuenta que lleva mucho tiempo conocer bien una región como la Patagonia y más aún un país como la Argentina. Asimismo, no es fácil explicarles a todos los que están cerca de uno cuáles son los planes y cómo uno cree que se deben ejecutar. Por el momento, estoy muy contento con el hecho de poder hablar con la prensa y de trazar lazos con las oficinas de Turismo, aunque esto aún no sucedió con los principales operadores y agencias de viajes de Japón. Luego de haber dinamizado el diálogo con agencias pequeñas (N. de la R.: durante el primer año del acuerdo entre JICA y el Ente Patagonia), este va a ser nuestro próximo paso, porque, por ejemplo, un producto clave de la región es el esquí, y no hay muchas expectativas hacia el mercado japonés en relación a ese segmento; va a ir sucediendo de a poco. Primero es importante vincularse con el sector público e ir delineando pasos a seguir junto a las oficinas turísticas. Lo que quiero transmitir y dejar en claro es que siempre voy a estar dispuesto a colaborar y ayudar con las distintas organizaciones e instituciones del sector.

¿Qué piensa del turismo rural, que es uno de los productos que más se vienen desarrollando en el país últimamente? En la región Patagonia, La Pampa es un exponente…
Creo que todos, como turistas, podemos disfrutar y sacar mucho provecho de las experiencias en las estancias y lugares de ese tipo, pero hay un grave problema en algunos sitios de la Argentina que tiene que ver con el transporte, con los accesos y con los sistemas de alquiler de autos. Muchas veces se trabaja con esmero en la difusión y en la información sobre determinado lugar o determinado producto, pero falta la complementación para que el turista tenga facilidades. Hay que pensar de qué manera se pueden combinar los servicios –transporte, alojamiento, gastronomía, excursiones, guías- y, a su vez, los distintos productos turísticos entre sí. Todo esto debe representar una meta para el sector en la Argentina. Además, no hay que desconocer que el país ya no es tan barato como hace unos años.

Ya que menciona algunos aspectos como para corregir en la Argentina, ¿cómo ve a la actividad, en general, en lo que respecta al bloque del MERCOSUR?
Cuando apenas se inauguró la oficina del MERCOSUR en Tokio, vino una chica de Jujuy en representación del país, a quien conocí allá, en Japón. Vi su entusiasmo y, a la vez, comencé a percibir la energía que había para trabajar entre los dos destinos. Después se concretó la posibilidad de que yo pudiera venir a Buenos Aires para aportar e intercambiar experiencia con la Patagonia, y a partir de todo esto creo que es un muy buen momento y una gran chance para sumar en forma conjunta, incluyendo a Uruguay, Paraguay, Brasil -que es un mercado muy fuerte en turismo, el más fuerte de la región-, a todos. Antes de que tenga que volver a Japón, quisiera que se haya podido hacer un buen proyecto con el MERCOSUR. Siempre he mantenido un contacto con los países sudamericanos y creo que debemos considerar cómo fortalecer los lazos orientales con los latinos. Esto también tiene que ver con que nosotros podemos favorecer que las agencias japonesas trabajen más con Buenos Aires, por ejemplo, o que haya más oficinas de promoción de Sudamérica en mi país. En el caso brasilero, ellos no tienen como objetivo central al mercado de mi país, sino que, pensando en el largo plazo, se enfocan mucho más en China, que es un mercado muy grande. De todas formas, creo que antes de concentrarse en China, hay que conquistar Japón, y en el MERCOSUR saben que es así.

¿Qué importancia le dan al intercambio cultural que puede haber entre Japón y la Argentina, teniendo en cuenta el flujo turístico de un país a otro?
En realidad, ahora -y desde hace mucho- es el tiempo de Internet. La mayor parte o prácticamente todo de lo que los japoneses y asiáticos en general conocen de la Argentina es a través de la red, como sucede, por ejemplo, con el tango. Pasa lo mismo con otros factores típicos de la cultura y las costumbres de acá: todos los jóvenes, que son los que más se manejan con Internet, vienen acá y reconocen que se conectan de esa manera con el folclore de otro país. Esto, a su vez, lo que ha hecho es que el lugar de las agencias de viajes sea cada vez menor, porque muchos buscan el marketing directo con los turistas en otras partes del mundo, sin intermediarios, y saben cómo buscar y atraer a los clientes. Lo que se necesita es una mayor agresividad, en el buen sentido, y más entusiasmo por parte de las agencias argentinas para buscar el mercado japonés.

¿Tienen idea, a partir de las estadísticas que se pueden generar, de cuántos japoneses vienen a la Argentina cada año?
Sí, en los últimos años las cifras han girado en torno a un promedio de 20 mil turistas japoneses por año.

¿Qué lugares del país son los más visitados por ese flujo de viajeros?
Precisamente a eso iba a referirme. Si bien hay interés por la Argentina, la mayoría de los japoneses e incluso de los turistas asiáticos conocen el país por el tango, el asado y por las Cataratas del Iguazú. Casi todos vienen con la intención de visitar la Capital y Misiones, pero de esa manera pueden llegar a desconocer lo que brinda la Patagonia, lo que pueden encontrar en La Pampa y en muchos otros destinos que tienen una variedad de productos (dice esto mientras gira en su butaca y señala, con un gesto leve de la cabeza, el enorme mapa nacional que tiene a su derecha, en una de las paredes de la oficina). Este tipo de turista suele quedarse en un solo lugar en vez de llegar y recorrer distintos puntos del país. Y la verdad es que la Argentina tiene de todo, sólo hace falta pensar en provincias como Mendoza o Salta. Allí hay muchísimo para ver y conocer.

¿Cómo explicaría la filosofía de trabajo de JICA?
Creo que se puede explicar desde distintos puntos de vista y desde diferentes objetivos que tenemos planteados desde un principio. Por un lado, nos define la idea de educación para el turismo, de capacitación. Por otro, tenemos muy clara la importancia de la promoción turística en el mundo. Todo esto se tiene que replicar para que continúe a lo largo del tiempo y no se quede estancado. Sin embargo, en el caso argentino, creo que hay que interpretar este momento como la última chance de captar profundamente al mercado japonés para poder aprovecharla de la mejor manera. En relación al MERCOSUR en general, hay que incentivar lo que se está haciendo en la oficina de Promoción ubicada en Tokio. Vemos que allí hay mucho entusiasmo por trabajar y vamos a incitar a que desde la Patagonia haya más gente dispuesta a colaborar en eso.

Tanto desde la Organización Mundial del Turismo (OMT) como desde otros sectores de la dirigencia que trabajan con la actividad turística se manifiesta el rol social que puede tener este sector. ¿Ustedes cómo ven al turismo desde esa perspectiva?

Coincidimos. De hecho, como conclusión a la definición de nuestra filosofía se podría decir que está determinada también por la impronta social que creemos  que tiene el turismo. Cuando el turismo crece, aumentan los ingresos y hay más puestos de trabajo disponibles. Esto es fundamental tanto para los países chicos, que tal vez no tienen capacidad para generar muchas actividades productivas, como para los grandes, como la Argentina, que tienen un amplio territorio e infinidad de pueblos.

¿Qué significa el turismo para la economía japonesa y para la idiosincrasia de la comunidad?
Es una actividad muy importante en nuestro país, y en general esa idea se comparte en la sociedad, sobre todo en este época en la que la economía japonesa no está en su mejor momento. Sin embargo, el problema más grande es que, como decía antes, el papel que juega internet es preponderante, y esto a veces es una ventaja y otras no. Hay jóvenes que podrían ser potenciales turistas, pero a través del mundo virtual sienten que ya han estado en un lugar al que en realidad no viajaron nunca. Por ese motivo no gastan su dinero. Antes, el segmento de la juventud era muy rentable para esta actividad, pero hoy en día es muy diferente. Tenemos que lanzar una campaña mundial para volver a seducir a los viajeros y me parece que hay que pensar en nuestra generación, que sí viaja.

En primera persona

¿Cómo llegó al turismo y de qué manera empezó?
Cuando tenía 20 años ya estaba trabajando para una agencia de viajes de Japón muy reconocida. Gracias a eso, pude viajar a Europa y me empecé a insertar en este negocio. Fue una oportunidad muy buena y luego estuve trabajando en Alemania, Estados Unidos y China. Creo que todo esto me permitió estar hoy en JICA (se sumó a la institución en 2004) y me siento bien transmitiendo mi experiencia. Ente tiempo pude trabajar en Sudáfrica y Samoa.

¿Estudió Turismo en la universidad o alguna carrera relacionada?
No estudié Turismo, pero me recibí de Licenciado en Relaciones Internacionales.

Perfil

-Una película: “Doce tangos” (aclara que “es una película argentina, pero no es muy conocida acá”). “En Japón tuvo gran repercusión; está enmarcada en 2001, cuando la crisis obliga a muchos argentinos a irse a Europa”, agrega Ono.
-Un destino: Eligo dos: Praga y Buenos Aires
-Un color: Negro.
-Una comida: Pasta.
-Un libro: Alguno de turismo y viajes.
-Una virtud: Soy buen chef.
-Un defecto: No lo sé, seguramente más de uno.
-Una alegría: Poder hablar todos los días con mi nieto, que está en Japón, y saber que mi mujer va a venir a visitarme en septiembre.
-Si no fuera lo que es, ¿qué le hubiera gustado ser?: Me hubiera
gustado trabajar con computadoras.
-Un