Hace pocos días fue embargado el segundo avión de Aerolíneas Argentinas en lo que va del año. La iniciativa la tuvo, una vez más, el director ejecutivo de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), Santiago Montoya, y el motivo es que la compañía se había negado a cancelar una deuda de 134,7 millones de pesos del impuesto a los Ingresos Brutos. El primer embargo, también a cargo del funcionario bonaerense, fue en mayo, aunque en aquella oportunidad AR era del Grupo Marsans y no estaba en manos del Estado como ahora. Meses atrás, durante los primeros días de agosto, Mensajero Periódico Turístico publicó una edición cuya tapa se titulaba “Depredador”, y hacía referencia a la re-nacionalización de la compañía aérea de bandera y a los posibles pedidos de embargo de aeronaves que podían realizar los bonistas extranjeros que no habían entrado en el canje de la deuda externa de 2005. De todas formas, el reclamo llegó esta vez -de la misma manera que había ocurrido en mayo- de parte de un organismo estatal.

Por escrito
De acuerdo a lo que publicó el diario Clarín, ARBA notificó la medida al domicilio de cada uno de los “responsables solidarios” que pertenecen o formaron parte del directorio de la aerolínea. Un comunicado oficial emitido por la dependencia pública que conduce Montoya explica que “son contribuyentes a los que ARBA les ofreció el plan de pagos ‘Cuenta Regresiva’ para regularizar su situación y que, sin embargo, optaron por eludir sus obligaciones tributarias”.
Ese mismo documento expresaba que la Agencia “ofreció a la firma la posibilidad de adherirse a planes de pago y evitar que sea sujeta a embargos en reiteradas oportunidades, pero los plazos se cumplieron y no se conoció la voluntad de Aerolíneas Argentinas para regularizar el pago de la abultada deuda que mantiene con el fisco provincial”.

Modelos

Los dos aviones embargados por ARBA son un Boeing 737-200, con capacidad para 108 pasajeros y seis tripulantes, y un MD-88, que puede transportar a 149 pasajeros y ocho tripulantes.