Octubre es el mes que venimos nombrando desde hace tiempo como algo abstracto, pero que ahora se vuelve realidad. El problema de lo que mucho se espera es que no siempre llega de la mejor manera o no como al menos uno hubiese podido pronosticar.

Así que acá estamos, a menos de tres meses de las generales y con todo más confuso que el año pasado. Los manotazos de ahogado y los cambios de discurso se volvieron moneda corriente. 

Las encuestas fallaron y los pronósticos de los especialistas también. Será que todavía falta entender la parte en la que todo cambió y las reglas de juego son otras. 

Además de la autocrítica, ahora hay que agregar la falta de registro de la realidad, porque si no no tendría por qué haber habido tantas caras de sorpresa en uno y otro bunker. 

Ahora que ya pasó el tiempo, que la turbulencia se calmó, es momento de pensar en lo que viene. Ante este escenario, lo primero es sacarse de encima las recetas hechas, analizar el contexto y las consecuencias de las elecciones. 

Porque ante tanto grito, cruces y demás, los que trabajamos dentro del sector nos vemos en la obligación de poner a la actividad en el centro de la escena. Eso es lo que venimos intentando hacer desde Mensajero: mostrar el lugar del turismo en las plataformas de Gobierno. 

Todo es esto lo hacemos porque creemos que es momento de salir a marcar la cancha y remarcar qué es lo que está en juego en octubre. Hay quienes lo entienden, otros no tanto. Quizás no es tan difícil entenderlo, pero parece que sí. A pesar de "todo lo que viene pasando" el turismo atraviesa un gran presente en cuanto a reservas, consultas y ventas. Los agentes de viajes no dejan lugar a la duda: "Estamos trabajando más que en muchísimo tiempo". Aunque las reglas de juego no sean las más claras y las trabas estén a la orden día, la actividad se reconvierte y sigue. No es que el turismo no tiene lógica, sino que tiene una propia y no todas las gestiones le sacan la ficha. 

Revisando los planes y plataformas de los candidatos vimos que el turismo tiene un lugar básico. Más infraestructura, más aviones y paremos de contar (sin contar al postulante que directamente planea no tener en cuenta al sector). Pero en las profundidades, la carencia se vuelve protagonista. ¿Cuáles son las políticas, las medidas, las herramientas tangibles que se van a incorporar al sector? Eso está más cerca de ser un misterio que una certeza.

El punto es que lo que se pone en juego en estas elecciones, es muy importante, para el turismo, para el país, para el mundo. Porque mucho de lo que se resuelva en octubre será determinante sobre cómo nos mostraremos en el mundo y lo que vamos a atraer.