Este organismo ha subido del 3 al 5% la previsión de caída para el conjunto de 2009, el mayor descenso en 13 años y el doble de lo pronosticado en abril. En cifras absolutas, 46 millones de turistas menos.
En este contexto desfavorable, la Unión Europea vive su particular vía crucis. La fuerte apreciación del euro frente a otras monedas ha conllevado una caída espectacular en la entrada de turistas a suelo comunitario, del 10,4% de enero a abril. Esta situación ha contagiado a los flujos mundiales, que en el mismo cuatrimestre se contrajeron un 8,4%, según publica el diario Cinco Días.
La contundencia de las cifras no provoca unanimidad entre los expertos. La propia OMT reconoce que mientras algunos analistas coinciden en su visión de que lo peor está por llegar, otros comienzan a hablar de recuperación. Pero por ahora los datos invitan a un desánimo tan marcado como para admitir que la temporada alta no compensará la caída del primer semestre. Es lo que se teme que ocurra en España, afectada por el fuerte deterioro de sus principales emisores (Reino Unido, Alemania y Francia). De enero a mayo la llegada de turistas extranjeros se redujo un 11,8%, una de las caídas más elevadas entre los grandes receptores, lo que ha obligado al Gobierno a rebajar a la baja sus expectativas y estimar que la llegada de viajeros caerá un 10% de junio a septiembre.
No es el único caso ni el más complejo. México ejemplifica la combinación fatal de factores que se han aliado para comprometer el papel del turismo como uno de los motores de la economía. El país donde se originó la gripe A se recupera con mucha dificultad del pánico provocado por los mensajes alarmistas sobre la pandemia, y aún le queda trecho por recorrer. En el segundo semestre la llegada de turistas se redujo un 50%, según un estudio de Bancomer, y a final de año el país latinoamericano habrá perdido 7,5 millones de turistas. De ellos, tres millones a causa de la crisis y 4,5 millones debido al miedo creado por la gripe. Un análisis que difiere del optimismo expresado recientemente por el sector español de agencias de viajes, según el cual, por lo que respecta al flujo de turistas españoles, a finales de año se habrá recuperado la normalidad.