Coincidiendo con la información publicada en El País, en un desayuno organizado por Turismo de Barcelona, Soriano dibujó la disyuntiva en la que se halla El Prat: consolidarse como aeropuerto de bajo costo o pugnar por actuar como hub y, por tanto, atraer sedes de empresas.
La expansión de El Prat es el objetivo que se ha marcado Spanair en su nueva etapa en manos de empresarios e instituciones catalanes. El proceso de compra tiene que completarse: de los 100 millones de euros de ampliación de capital necesarios para cerrar la compra de Spanair, SAS y los inversores han desembolsado ya 65 millones, pero faltan 35 millones hasta finales de año. Soriano animó ayer a los empresarios catalanes a invertir. “Hay capital fundacional disponible para los que ya están en el proyecto y para nuevos inversores”, recalcó, y apuntó que la aventura de Spanair “es de alto riesgo, pero también de alto retorno, porque si el proyecto se cumple, en tres o cinco años la compañía pasará a valer entre 300 y 500 millones de euros”. Poco a poco gana adeptos y ha comprometido a cinco nuevos inversores recientemente, sin concretar su identidad.
La compañía duda ahora entre construir un hangar, tal como prometió el anterior equipo gestor, o aprovechar alguna instalación ya existente. "Es una cuestión que valoraremos en los próximos meses", señal&oac