Los hoteles de Punta del Este facturaron un 80% menos que en el mismo mes de 2020, mientras que la ocupación en Montevideo apenas rozó el 18%.

La pandemia de COVID-19 y la decisión del presidente Lacalle Pou de cerrar las fronteras hasta el 30 de enero para el arribo de turistas no residentes generó un fuerte cimbronazo en el sector turístico uruguayo. Sin argentinos, las empresas de destinos que viven de la industria de los viajes registraron estrepitosas caídas en la facturación durante enero.

Por ejemplo, según los datos recogidos por el Monitor de Actividad Turística de la Cámara Uruguaya de Turismo (CAMTUR), los hoteles de Punta del Este tuvieron una facturación promedio del 22% en la comparación interanual durante la primera quincena del mes. En los establecimientos de dos estrellas el porcentaje fue de 26%, mientras que en las categorías de tres y cuatro estrellas fue de 27% y 22%, respectivamente. Sin embargo, el golpe más grande lo recibieron los hoteles de lujo, dado que registraron una facturación de apenas 12%.

Por su parte, la Asociación de Arrendadores de Autos informó que la caída con respecto al primer mes de 2020 fue del 80%.

En Colonia del Sacramento, localidad que normalmente es muy visitada por los argentinos durante los fines de semana y feriados, la ocupación entre semana fue del 23%, mientras que de viernes a domingo tuvo un pico de 26%. No obstante, sigue siendo una cifra demasiado baja para lo que se registra usualmente en esa localidad uruguaya.

En tanto, la ocupación en Montevideo fue todavía más baja: en promedio, registró un 18%, aunque en los hoteles de cuatro y cinco estrellas (el 70% permanece cerrado desde abril) fue de 10%.

Los únicos destinos que tuvieron números relativamente buenos fueron Piriápolis, con un 59% de ocupación, y Canelones, con 52,3%.